Traficantes de cuerpos

Muy interesante filme, al parecer basado en hechos reales. Vamos, que creo a pie juntillas el fondo de lo que me cuentan, pero es que parece tan difícil que estas cosas puedan pasar en la realidad y en un país como EE.UU. que...
En fin, una vez superada mi indignación ante lo que veo y oigo y valorando el film como trabajo cinematográfico, creo que es muy estimable y entretenido.
Lo cierto es que te va enganchando más y más a medida que pasan los minutos.
Está bien realizada, su director fue drogadicto en la vida real y sabe de lo que habla, y el guión es rico en datos que nos hacen ver la suciedad de un corrupto sistema donde se lucran los más ricos aprovechándose de las desgracias de los más desfavorecidos y enfermos.
Todo ello mezclado con una historia donde la intriga y el thriller se mezclan, a mi modo de ver de forma muy atractiva y amena.
A mi me ha convencido y me parece una buena película, ¿mejorable? Claro, pero muy digna, seria y que invita a la reflexión y el coloquio.
Muy bien interpretada, es un placer de nuevo ver en pantalla a la guapísima y excelente actriz Jessica Rothe, que creo tiene un futuro pero que muy prometedor.
En cuanto al final, para gustos, quizás demasiado moralizante.

https://filmsencajatonta.blogspot.com/

Esta película denuncia hechos que demuestran lo pervertido y corrupto que está el sistema sanitario estadounidense. Había dos opciones: hacer un documental con casos reales con nombres y apellidos, o hilar una historia ficticia con un protagonista para contar esos mismos hechos pero con más atractivo, y han optado por la segunda opción.

En USA esta película habrá tenido más impacto. Aquí nos pilla demasiado lejos. Yo ni siquiera había oído hablar de estas tramas hasta ver la peli. En cualquier caso, está bien informarse de estos casos, para mantenerse vigilante y en caso necesario, denunciarlo públicamente, porque cualquier día podría pasar aquí algo parecido. Si algo tenemos a espuertas, son corruptos.

Body Brokers (2021) da cuenta del florecimiento de los centros de rehabilitación para adictos en Estados Unidos y del modo en que consiguen pacientes para llenar sus camas. Dirigida por John Swab, quien vivió en tratamiento durante dos años y medio. Con Jack Kilmer y Michael Kenneth Williams.

Por Nicolás Bianchi

El director John Swab conoció el mundo de las adicciones, y los negocios que se desarrollan en su entorno, de primera mano. En una entrevista realizada a raíz del estreno de la película contó que afrontó distintos tratamientos durante dos años y medio, hasta que finalmente pudo “salir sobrio”, y que muchos otros adictos en recuperación habían intentado contar esta historia pero, por haber mentido tanto, nadie les creía.

Body Brokers es un film de denuncia de comienzo a fin. La narración en off que dispone la película es la de Vin (Frank Grillo), dueño de uno de los centros de tratamientos que de alguna manera explota a los adictos para poder facturar millones de dólares y que, en distintas intervenciones, cuenta con gran cinismo la forma en la que su operación se desenvuelve.

El protagonista es Utah (Jack Kilmer, el hijo de Val), un joven adicto de Columbus, Ohio, que vive entre el delito, la heroína y la calle con su novia Opal (Alice Englert) hasta que son abordados por Wood, interpretado por el recientemente fallecido Michael Kenneth Williams. Wood les ofrece un futuro y un tratamiento por completo gratis. Utah acepta y Opal no.

Así el protagonista comienza el recorrido por un sistema que, lejos de tener como prioridad la salud o la recuperación de los adictos, solo busca generar montañas de dinero. Wood se convertirá en su mentor y pronto Utah también será un ‘mercader de cuerpos’ (body broker). De homeless a exitoso trabajador independiente en poco tiempo, aunque siempre con el fantasma de su adicción rondando por allí.

El esquema que denuncia la película surge a partir de una ley de 2008 que convirtió a los tratamientos de adicciones en una prestación obligatoria que debe ser cubierta ya sea por la seguridad social o el Estado, en caso de que el paciente no tenga cobertura. De un día para el otro florecieron miles de centros de rehabilitación que buscan siempre tener a tope sus camas o salas para que el dinero fluya.

En cuanto a su realización y a su trama Body Brokers es sumamente plana y lineal. Se trata de una obra cuyo objetivo es completamente documental por lo que el mensaje que quiere dar está presente en prácticamente todas las escenas. Su valor radica en lo que denuncia, que sin dudas cuenta con la potencia necesaria para sostener el interés del espectador.

Está disponible on demand en distintas plataformas y también se consigue online. Contacto: [email protected].

Ese es mi título o también... 'el tráiler me engaño'. Qué rabia me da cuando me pasa eso puesto que he perdido casi dos horas de mi vida viendo una película lenta, aburrida y sosa. Vi el tráiler y me enganchó. Me puse a verla y lo único medianamente es bueno cuando cambio de ritmo a los 46 min de metraje durante un par de minutos para después volver a desplomarse. Desde el inicio hasta esos 46 min no esperéis un ritmo continuo y que os enganche a seguir viéndola, olvidaos de eso. Me pase toda la película esperando que empezase lo bueno que me vendía en el tráiler, pero iluso de mí, nunca llegó tal momento. Además añadiendo de que algunas cosas que pasaban no las entendía... yo creo que fue más bien mi aburrimiento viéndola casi durmiéndome que no preste atención, no lo sé. En definitiva, es una mie***.

Narra hechos reales sobre una trama ilegal para lucrarse con el sistema de clínicas de desintoxicación de drogas en Estados Unidos, un caso bastante rastrero y poco conocido.
La película nos presenta a dos jóvenes de muy mala vida para ponernos en situación, y al principio parece que puede estar muy bien.
Pero como muchos dramas basados en acontecimientos reales, el film peca de una fuerte lentitud narrativa.
No cuenta con un reparto muy destacable, para empezar. Solo conozco a Melissa Leo (que sale poquísimo), a Frank Grillo (de la saga “La purga”, que también sale poquísimo y no es que sea un gran actor), y al que hacía de John Connor en la serie de “Terminator” con Lena Headey (que sale todavía menos que los otros dos, y que tampoco es un actorazo que digamos).
La factura es de telefilm puro y duro. Así que lo único que nos queda por ver para salvarla o no, es si es entretenida contando lo que cuenta, pero me temo que no lo es. Se queda bastante coja.
El tema de la adicción y la delincuencia que genera, no lo desarrolla en profundidad. Las reuniones y la terapia están tratados con poca emoción o intensidad dramática por parte de los actores, quedando en meros diálogos que no dan ni frío ni calor.
Tristemente, tiene momentos de documental con voz en off que tratan de imitar de muy mala manera al cine de Scorsese, y que luego bruscamente vuelve la película a su velocidad de tortuga y diálogos tediosos.
Y lo de la estafa al sistema sanitario americano, que es lo que trata de contar, a pesar de su importancia y que sea bueno conocerlo, tampoco lo hacen de forma amena o interesante como para que merezca la pena verla.
Es una especie de “Lobo de Wall Street” de mercadillo, que no termina de encontrar la forma adecuada de enganchar. Se queda en un título más de la inmensa morralla que prolifera en plataformas de vídeo bajo demanda.
Una pérdida de tiempo absoluta.