Muerte anunciada

Brillante parodia del cine de acción... pero con acción!!

Una broma de mal gusto o un gusto exquísito por el cine. Crank: Veneno en la sangre pertenece a ese tipo de rarezas inclasificables que de cuanto en cuanto te sorprenden agradablemente. No recuerdo la última película de acción a la que puntué por encima de un seis. Este género, o subgénero, manoseado hasta el hartazgo durante la década de los 90 ha dejado para el Cine muy pocas obras de relevancia. Si acudimos al Top de Filmaffinity observamos que en la categoría de Acción comparten mesa invitados tan dispares como Los 7 samuráis, Pulp Fiction, Blade Runner o Bonnie & Clyde. Mi conclusión es que cine de Acción es igual a cine con muertos, o en su defecto, bastantes muertos.

La visión de Crank se convierte en un vibrante ejercicio de manejo cinematográfico en todos los aspectos de la producción. Jason Statham excede en su interpretación al personaje original, brillando en secuencias tan surrealistas y delirantes como la escena del polvo con el que más me he reído nunca, a la altura del de Barry Pepper en Los tres entierros de Melquíades Estrada. El humor surrealista, directo y chungo impregna cada secuencia del film suavizando con inteligencia a las situaciones más macabras que acompaña. Un brillante guión que en manos de cualquier otro hubiérase convertido en morralla, nos guía en tiempo real a un final tan anticipado desde el comienzo como glorioso en su final. Una montaña rusa de espídicas sensaciones que hará las delicias de quién se tome esta película como un puro choteo sin más pretensiones que hacer disfrutar al respetable de un vodevil surrealista sin perder las señas de identidad del cine de acción. Una tarea complicadísima de lograr que aquí pasa con nota debido a las bajas pretensiones desde las que partía. Realizar algo decente con un guión tan infantil como excelente.

¿Que es Crank? Crank es única y sencillamente Jason Statham, reconvertido esta vez en Chev Chelios, un sujeto que deberá recorrer más de media ciudad como un puto loco con tal de encontrar un antídoto para una guarrada china que le ha sido inyectada en vena.
Así, y después de un brillante preludio con New noise -Refused- incluida, comienza el particular itinerario de la destrucción de nuestro entrañable protagonista. Él destruye, él suelta tacos, él se lo carga absolutamente todo y nada le puede detener.
Si, lo se, es una premisa muy estúpida, observar durante poco menos de hora y media como un tipo desesperado por salvar su vida intenta generar adrenalina como puede y, al mismo tiempo, encontrar al buen amigo que le inyectó tal guarrada mientras dormía plácidamente... pero funciona, y vaya si funciona, este film es Jason Statham elevado al cubo: Situaciones desternillantes y concebidas únicamente para la carcajada más delirante, diálogos que harían brillar los ojos al mismísimo McClaine y, sobretodo, acción, mucha acción, trepidante, sin descanso.

De este modo, y después de un inicio frenético, incluso esquizofrénico, se da lugar a una trepidante carrera donde con una dirección curiosa (no apta para detractores de Tony Scott), un montaje extrañísimo en ocasiones, pero suficientemente convincente y una banda sonora magistral, encajada con trazo en cada momento, son algunos de los engranajes que hacen funcionar el film, todos ellos detrás de un gran actor que ya necesitaba un papel así: Jason Statham, conduciendo un personaje cargado de mala leche (normal) con la garra y el carisma suficientes como para hacer que el público esté pendiente de cada gesto y cada palabra que susodicho tipo suelte.

Unos dirán que es absurda (lo es, y mucho), otros que es una gran estupidez (sí, y de las gordas) y, por último, estarán los típicos cinéfilos petulantes con diploma avanzado ya corrientes por estos parajes que injuriarán "sobre tal esperpento cinematográfico", sin embargo, Crank funciona como la moto que nos quisieron vender hace poco y a la cual le faltaban diversas piezas, supuestamente de serie, llamada Snakes on a plane, pero a un nivel mucho más alto donde, sin necesidad de promoción multitudinaria, se ha logrado un producto convincente, divertido, ameno y, sobretodo, sorprendente, por como se presentaba y como ha terminado siendo.
Quizá yo ya me olía que un Statham corriendo por la calle y hasta los cojones de una extraña sustancia no podía reportar nada bueno para la apacible ciudad donde se desarrollase su peculiar historia, pero lo que no imaginaba de ninguno de los modos, es que la acción se transformaría en un cóctel tan atrayente y genial como este.
¿Que quieren reir? Este es su film. ¿Que quieren ver a Statham en su máximo esplendor? Este es su film. Eso sí, aléjense mentes aletargadas, sin sentido del humor y de ínfimo gusto por lo grotesco y casposo.

Firmado: Señor que aboga por que en un futuro esto sea una JOYA de la caspa.

Un cuarto de “Corre, Lola, corre”, otro cuarto dividido entre el episodio de Wim Wenders de “Ten Minutes Older: The Trumpet” y la dirección de Guy Ritchie; y la mitad que nos queda de cóctel, rellenado con mucho GTA bajo la metralla video clip como recurso.

Resultado: la película más idiota, salvaje, estúpida, lamentable, vacua y violenta del año. Pero también la más divertida. La que mejor refleja el cine que se hace actualmente en Hollywood, a la que se le puede criticar la total ausencia de guión, aunque ¿algún producto palomitero lo necesita?

Al igual que el famoso videojuego de Rockstar nuestro protagonista va sumando “estrellitas” en forma de actos violentos y absurdos. La sucesión de momentos lamentables cobra forma en humor negro con ese chiste sobre Al-qaeda, en ese momento “Titanic” en moto, en ese delito de escándalo público, en esos diez minutos finales donde todo, todo, todo, todo vale y con ese remate final coherente con toda la cinta.

Merece la pena verla para reírse de la estupidez ajena, de la idiotez plasmada en el celuloide, de la violencia explícita sin moralidad y de todo aquello que odiamos de las películas americanas y su dirección videoclipera.
Los instintos más básicos se convierten en diversión.

La película por la que Tony Scott vendería su alma o el videojuego filmado que nunca hará Uwe Boll.

Muchos la tacharán de experimento fallido, a mi personalmente, me ha sorprendido gratamente y me ha entretenido bastante, gracias a un ritmo trepidante que dura todo el metraje; evidentemente no todo es perfecto, hay algunos altibajos que claramente denotan ciertas carencias del film, que las tiene, pero si la visionamos sin prejuicios y desde la prespectiva de que es una propuesta nada convencional,puede resultar interesante y entretenida. Además tiene como ingrediente añadido una buena pizca de comedia y algo de locura, que queda bastante bien engranada con las abundantes escenas de acción y violencia. Por momentos me ha recordado a la estupenda "Corre Lola corre"(1999), con quien comparte muchos momentos delirantes y frenéticos. Hasta la surrealista escena final me ha parecido interesante.

En definitiva, no es un "peliculón", pero si, una propuesta atractiva para entretenerte durante 87 minutos de una forma "distinta".

Sin duda una de las mejores películas de acción de los últimos años.

Frenética y desenfadada lo que más me gustó es que ni siquiera se toma en serio a ella misma.

El aspecto videoclipero y la cámara sin un solo plano fijo que hace que en otros films sea una locura, en este son un gran acierto puesto que hace que te metas en el estado anímico y físico del protagonista.