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The Strain: Night Zero - Episodio piloto (TV)

Terror. Ciencia ficción Un avión Boeing 777 aterriza en el Aeropuerto Internacional JFK en Nueva York procedente de Berlín. Se detiene inerte en la pista de aterrizaje y su interior está lleno de cadáveres pálidos... Episodio piloto de la serie The Strain, dirigido por Guillermo del Toro (El laberinto del Fauno), con una duración 20 minutos por encima de la del resto de la serie. (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
15 de julio de 2014
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este domingo FX estrenó su gran apuesta veraniega, The Strain, el salto a la televisión del cineasta Guillermo del Toro. Un thriller apocalíptico que adapta una trilogía escrita por el propio del Toro y Chuck Hogan, que también está detrás de la serie. El primer capítulo, Night Zero, de 70 minutos de duración está escrito al alimón por ambos y dirigido por el director mexicano. 70 minutos que se devoran como pipas. The Strain no aspira a ser una gran serie que planteé una profunda reflexión sobre nuestra sociedad actual. Su objetivo es ser un entretenimiento de primera división. Un blockbuster veraniego bien hilado para televisión. Si el año pasado nos regaló Pacific Rim, para esta temporada estival, del Toro nos ofrece The Strain. Obviamente aquí no hay grandes efectos especiales ni un empaque visual espectacular, como en la mayoría de sus películas. Pero la historia, y la forma de contarla, huelen a su cine. Y “el monstruo” está muy bien hecho, aunque parezca salido de Mordor.

La serie narra como un médico del CDC (la agencia yankee que controla las enfermedades, y por lo tanto los virus y las epidemias) y su equipo tienen que hacer frente a una plaga que amenaza con destruir el mundo tal que lo conocemos. Vendría a centrarse en lo que, por ejemplo, The Walking Dead o la saga de 28 (ya sean días o semanas después), no nos mostraron, ¿cómo arrancó el Apocalipsis? ¿quién es el responsable? ¿cómo funciona? Lo hace, además, desde un tono opuesto, sí aquellas tienen una fuerte carga dramática, aquí todo es más ligero, que no superficial. Más que hablar de filosofía y sociología en tiempos de crisis, lo que del Toro nos propone es una aventura y un saco de misterios. Por eso el frenesí y la ironía le vienen tan bien a esta serie. También esa estética viscosa marca de la casa, los personajes del submundo (el viejo Setrakian es un tesoro) y los malos de rascacielos enigmáticos. Frente al realismo de las películas de Boyle y Fresnadillo, tenemos la fantasía de del Toro. Hasta en su mirada a la Guerra Civil en El espinazo del diablo y El laberinto del fauno el realismo sucio estaba salpicado por lo fantástico y lo tenebroso. Su mundo es el de las historias y la magia. La explicación al inicio de la pandemia es de corte sobrenatural. El monstruo no es un virus que se escapa de un laboratorio. Su monstruo es un monstruo de verdad. Etéreo y viscoso, a partes iguales. Y justamente esta mitología naciente es lo que logra que el capítulo atrape al espectador y no lo suelte.

Para compensar tantos elogios, voy a decir que el arranque de la serie muestra un problema de personajes, o más que de personajes, de relaciones personales. Tiene un protagonista, Eph Goodweather, interesante interpretado por un actor tan solvente como Corey Stoll (a pesar del ¡pelucón! que le han plantado), sin embargo lo rodean de un conflicto familiar una y mil veces visto. ¿No hemos aprendido con los años que los conflictos familiares para dotar de profundidad a los protagonistas de los blockbusters no funcionan? Al doctor Goodweather lo ha dejado su mujer porque se pasa el día trabajando y ambos se pelean por la custodia de su hijo, aunque aún se aman mutuamente. ¡Por favor! ¿No podían ser más originales? Y lo mismo se puede decir de la relación con sus ayudantes y de cómo están dibujados éstos. The Strain acierta en la mitología, en la estética, en el tono y en la historia de misterio que presenta, incluso nos ofrece un protagonista y un secundario (Setrakian, interpretado por David Bradley) capaces de captar la atención del público y dotados con el suficiente carisma como para que nos importen. Sin embargo, tiene que trabajar las conexiones. Obviamente es un piloto, y aún tiene mucho tiempo por delante para desarrollar este apartado, pero la amenaza de que muchos de los personajes se queden en meros mecanismos de la trama sin alma, está ahí, latente.

En conclusión, el estreno de The Strain es un éxito porque tiene ritmo y personalidad, es jodidamente entretenido y te deja con ganas de más. El cine de Guillermo del Toro podrá gustar más o menos, pero lo cierto es que tiene una visión y un imaginario propios y sus películas, mejores o peores, más o menos ambiciosas, son muy divertidas. Y esta serie sigue la misma senda. Ojalá que a partir de ahora haya aún más estallidos de humor negro, momentos desagradables y el ambiente se vaya enrareciendo cada vez más en torno a los personajes. Me has picado la curiosidad Guillermo… otra vez.
odaesu
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19 de octubre de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es predecible, es bastante superficial y todo lo que queráis meterle, pero es uno de los ejemplos máximos de cómo empezar una serie con éxito en el género.

The Strain: Night Zero tiene todo lo que se le puede pedir a un primer capítulo de todo este mundillo: un misterio sin resolver, una investigación al respecto, traiciones y posicionamietos de los personajes y un punto de clifhanger al final del episodio para invitarnos a no despegarnos de la serie. Guillermo del Toro se monta su propio Creepshow con algo más de presupuesto y nos cuela una historia de vampiros mezclada con las pandemias paranoides que han reinado en los últimos años, todo bajo una base de serie B que se huele por todos sitios.

Como amante del género, quedé encantado con este primer capítulo pero tengo serias dudas de que una trama así dé como para una serie que consiga mantener el nivel. Al fin y al cabo aquí ya hemos visto mucho, quizá demasiado, y rizar demasiado el rizo ya sabemos que suele acabar mal. En cualquier caso, como episodio piloto, es como para mostrarlo en las aulas como ejemplo de cómo empezar con buen pie una serie de este género.
NeoJ
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25 de octubre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La buena factura de esta película, o de este primer capítulo de The Strain, está ligada al inicio de una buena historia. Hay un guion que parece comenzar a despuntar y que sirve para prever mejores cosas. Como episodio no es uno que deje al espectador realmente contagiado de emoción y a la espera del segundo, pero, como suele ocurrir con las series, es justo darles una primera temporada para sacar mejores conclusiones ya que la historia está pensada con esa narrativa de capítulos y temporadas. Mi intuición me dice que la serie será buena y que podrá ser memorable dentro de su género, esperando que no caiga demasiado en los lugares comunes de películas y cómics al respecto. A todo el que se acerque ahora a The Strain seguro le esperan momentos de grata intriga con buenas actuaciones... empezando por el inglés David Bradley. También se perfila una buena música y un espaldarazo a la comunidad latina con sus acciones en el mundo norteamericano.
El avión ya ha llegado con sus vampiros-zombis... ahora que la serie despegue.
Valetamayo
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24 de octubre de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Strain es una historia de vampiros ambientada en Nueva York, pero está lejos de la visión moderna de vampiros guapos y guays de series como Vampire Diaries o True Blood. En este sentido está más cerca de los vampiros clásicos, al estilo de Bran Stocker.

La historia comienza cuando una noche un avión procedente de Europa aterriza en el aeropuerto de Nueva York y se apaga, sin dar señales de vida. Un equipo del Centro de Control de Enfermedades sube a bordo con trajes de protección para descubrir a toda la tripulación y el pasaje muertos, aparentemente de forma fulminante, repentina y sin signos de violencia,... y también encuentran en la bodega de carga una especie de arcón de madera o ataud muy grande, completamente labrado y lleno de tierra.

La verdad es que el comienzo es efectivo e impactante, y recuerda mucho al Drácula de Bran Stocker, a la escena en la que este llega a las costas de Inglaterra a bordo de un barco desierto, en el que toda la tripulación ha muerto. Y de hecho un comienzo parecido fue copiado en el episodio piloto de la serie Fringe, (aunque Fringe es anterior a The Strain, la serie, es posterior a The Strain, la novela) con los del CDC subiendo a un avión que ha aterrizado en un aeropuerto, pero en el que todos han muerto repentinamente.

Aparentemente no todos en el avión han muerto: ha habido cuatro supervivientes incluyendo al comandante a una abogada famosa, poderosa y dispuesta a meterles un puro a los de la compañía aérea y a los del CDC, y Bolivar, un cantante gótico a lo Marilyn Manson.

La historia empieza tratando a los supervivientes y a los no supervivientes como víctimas de una misteriosa enfermedad, y de hecho sigue los pasos del doctor Eph Woodwaether (un desastre en su vida familiar, separado de su mujer y luchando por la custodia de su hijo) y sus colaboradores del CDD (Nora y Jim, interpretado por Sean Astin, el Sam de El Señor de los Anillos).

Tema quizá un poco trillado, aunque pretende actualizarlo al ambientarlo en el mundo moderno y urbano. Quizás un poco previsible, pero no está mál el comienzo.

Puedes var la crítica de la serie completa en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/2014/10/the-strain-los-vampiros-de-del-toro.html
Seldon
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