Haz click aquí para copiar la URL

Primera victoria

Drama El capitán Rockwell Torrey y el comandante Paul Eddington forman parte de un destacamento de la Marina americana cuya misión es responder al ataque perpetrado por los japoneses contra la base americana de Pearl Harbor. Torrey, enamorado de la enfermera Maggie Haynes, intenta mejorar la distante y tensa relación con su hijo Jeremiah, un joven oficial de la Marina. (FILMAFFINITY)
1 2 3 4 >>
Críticas 17
Críticas ordenadas por utilidad
4 de julio de 2010
21 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy buena pelicula del viejo Otto con un planten de actores de gran fama y maestría como John Wayne, Kirk Douglas, Tom Tryon, Brandon de Wilde (aquí ya un joven de unos 18 años que se hizo famoso por su papel de niño en el western "Raices profundas"), Dana Andrews, Henry Fonda, Patricia Neal o la preciosa y estupendísima de físico Paula Prentiss.

Película bélica en blanco y negro con unas tomas exteriores en playas, puertos, mares, de auténtica contemplación.

El argumento parte del ataque nipón a Pearl Harbour y por tanto del incio de la Guerra sobre todo marítima del Pacífico entre Japón y EE.UU. en los años cuarenta del siglo XX. Pero lo bueno es que no se queda sólo en lo bélico, aborda historias personales como la del Almirante que tiene a un hijo entre los jóvenes oficiales a su mando y no lo sabe hasta que una enfermera se lo dice. O el oficial de confianza del almirante protagonista, hombre rudo y vividor que gusta de las mujeres y de la guerra como un auténtico guerrero, capaz de cometer delitos de faldas y también la heroicidad de un valiente.
Etc., etc. En fin una película muy entretenida y agradable de ver; por supuesto, dramática y con pocos toques de dulzonería que rebajen su realismo.

Muy recomendable
pezpozo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
25 de agosto de 2016
21 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando está John Wayne en pantalla, toda la pantalla es John Wayne (aunque sea ya un John Wayne decadente), y John Wayne está todo el rato. Es un placer ver a John Wayne esté como esté, con su calma, con su saber estar, con su control absoluto de la escena.

John Wayne es tan versátil que en su laboriosa vida militar surgirá otra oportunidad para el amor; la vida le sonríe porque se lo merece: Será una enfermera pulcra, mujer responsable que le encandilará por su saber estar y su discreción. La guerra para John Wayne es un fondo de escenario que le sirve de apoyo para ser un buen paciente y después para conquistar el corazón de esa mujer, paso a paso, con elegancia.

Ahí es donde está la primera victoria, y la única, porque sabiendo un poco de qué van las guerras, no el amor, te das cuenta que todo lo relativo al aspecto bélico no te lo crees más que porque está John Wayne. Efectivamente, si no estuviera ÉL, la película sería de risa o, al menos, de incongruencias todas con imágenes bélicas bastante discretas.

Pero ¿cómo le vas a discutir a John Wayne, un comandante de la Marina, en activo en plena Guerra Mundial, que no vaya a decirle a la mujer de su amigo que éste ha muerto en el campo de batalla? Tendrás que callarte. Lo insólito es que la mujer no está en su casa, no, que va, debe ser militar también, oficial pienso, está en una isla informando por radio del paso de los aviones enemigos: altura, modelo, dirección… Informa de todos los que van apareciendo sin cesar. Eso sí que es una labor de reconocimiento. Uno se imagina que son siempre los mismos en bucle, que pasan, giran a lo lejos y vuelven, porque si no...

¿Qué estoy viendo? Ah, a John Wayne. No discutas. A John Wayne le ascienden a almirante porque es John Wayne, lógicamente, y siendo almirante de la Marina USA (oigase el himno en abierto) se monta en un avión con los paracaidistas (insólito en la historia del Mundo mundial: un almirante en un avión de carga) para tirar una botella, o algo así, digamos que un mensaje atado con un pañuelo, derecho hacia una columna de soldados que iban por tierra atravesando una vaguada de monte bajo. Y el mensaje cae a los pies de quien iba dirigido (increíblemente lo ven caer) y dando dos pasos, no más, el interesado lo encuentra. Así como lo cuento. Eso no es más que un ejemplo de un mal trabajo de montaje y de una información nula acerca del aspecto andarín o senderista, sea uno civil o militar, o de lo que se trata de buscar setas o espárragos, o de lo difícil que es encontrar una pieza abatida en medio del campo como no tengas perro.

Se comprende por tanto que Primera victoria va de una historia de amor, con un protagonista imponente que da todo el juego. La historia de amor es tranquila, de una sensualidad oculta, romántica. Ella es muy delicada y John Wayne da una cobertura sensacional haciendo de esta parte de la película, una película agradable. La historia de amor del hijo en cambio es chusca, contestataria… Con reproches. Se queda a años luz de la bella relación entre el maduro almirante y la humilde enfermera.

Y por lo que respecta al aspecto bélico, yo todavía estaría buscando el mensaje.
floïd blue
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9 de febrero de 2014
17 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otto Preminger es un cineasta poco valorado en mi opinión, sin embargo, durante un largo periodo, el autor de películas tan interesantes como “Laura”, “Cara de ángel”, “El hombre del brazo de oro”, “Anatomía de un asesinato” o ésta que nos ocupa entre otras, fue la punta de lanza de una concepción del cine que unió el clasicismo americano con la modernidad europea. Preminger es ante todo un analista, nos muestra hechos, no su opinión acerca de ellos. Somos nosotros quienes debemos sacar las conclusiones, juzgar y comprender. Como el de Fritz Lang, su estilo tiende a la desnudez más extremada a través de la búsqueda del trazo esencial, de la eliminación de todo detalle superfluo.

Esta película no sólo alude a Pearl Harbor, sino que se prolonga en las variantes de la lucha aeronaval en el Pacífico. Diríamos que el film va más allá del bombardeo que inicia la guerra contra los japoneses. El film desplaza su atención desde la actividad bélica para mostrarnos las intrigas políticas y humanas que tienen lugar en el Estado Mayor y en la vida cotidiana. La pugna entre los mandos, y el deseo de notoriedad militar y política. “Primera victoria” disecciona aspectos sociales y morales más profundamente de lo que aparenta, para ser una obra bélica. Una visión de la guerra más humana, pero sin dejar de ser épica, en cuanto a la figura de Rockwell Torrey (John Wayne) al mando de un nutrido y grandioso reparto.

“Primera victoria” arranca con un “travelling” memorable, tal vez uno de los mejores fragmentos jamás rodados por Preminger, con las gorras de los soldados acariciadas lateralmente por la cámara hasta encuadrar el escenario de la fiesta, en un esplendoroso blanco y negro en Panavisión, gran trabajo del operador Loyal Griggs. Con un estilo sobrio, de ahí la pureza del film, la perfección de sus líneas y encuadres, de su estructura, tanto en lo visual como en lo conceptual. De ahí también la emoción que despierta. Estupendos los títulos de crédito de Saul Bass, colaborador habitual en sus films. El montaje de George Tomasini, editor habitual de la última etapa de Hitchcock. Y la música del gran Jerry Goldsmith.

La obra de Preminger puede gustar más o menos, pero nunca deja indiferente. La crítica de izquierdas española le dio la espalda a esta película por haber puesto el cineasta toda su inteligencia al servicio de ideologías conservadoras y abdicar de sus planteamientos intelectuales en claro pronunciamiento por la mitología popular de actores y género. Afortunadamente, en mi opinión, el tiempo, ha corregido la miopía cultural e ideológica de algunos, para reconocer el mérito de esta obra. Por cierto, estúpidamente censurada en el estreno español, pues la versión en DVD tiene muchos fragmentos que no están doblados, y están subtitulados porque en su estreno español, esos fragmentos fueron amputados del original.
Antonio Morales
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
12 de noviembre de 2012
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas veces el cine bélico adquiere una dimensión tan noble, convirtiendo a sus héroes en seres humanos verdaderos, y fundiendo sus conflictos interiores con un profundo amor al deber (la patria, en este caso).

No está de moda mostrar personajes tal como lo hace Otto Preminger, que asuman los valores del sacrificio, el esfuerzo, el deber, la lucha, siempre determinantes en un conflicto bélico, en conjunción a los profundos sentimientos y emociones de hombres y mujeres que ansían llevar una vida de ciudadanos normales. Viendo un film así -con más de cuatro décadas de historia-, se tiene la sensación que hay factores en la naturaleza humana que no son moneda de cambio aún de una sociedad como la nuestra, en creciente contínuo de materialidad y hedonismo, y que, sin arrostrar pesimismos, permanecerán a lo largo del tiempo.

Sirvan de preámbulo estas líneas, para manifestar mi admiración por un cineasta que ha sabido -como pocos-, plasmar la ambivalencia de esas dos posiciones con honestidad y coherencia. La película es creible desde cualquier angulo que se la juzgue y cuenta para ello con un insuperable elenco de actores, encabezado por el duro y sensible John Wayne, y el siempre conflictivo y ambiguo Kirk Douglas, sin olvidar a otros acreditados actores del reparto: Henry Fonda, Patricia Neal, Burgues Meredit, Dana Andrews, Tom Tryon... siempre convincentes y bien ajustados a sus personajes.

Los entresijos, interioridades y miserias del mundillo militar quedan aquí muy bien reflejados, con sus envidias, pequeñas traiciones y -también- afectos profundos, todo ello sin atisbo de patrioteria. Una discontinuidad ambivalente que enriquece la psicologia de esos seres, que, ante las situaciones límite llevadas por una guerra no pierden sus valores humanos mostrándo así su verdadera encarnadura.

Aún sin contar con un gran presupuesto, Preminger, logra escénas bélicas de una crudeza y realidad insuperables -bellísima la escena de los acorazados japoneses llegando por la noche a la isla-, y las debastadoras secuencias de la destrucción del acorazado yanke torpedeado, que culminarán con el estruendoso colofón de la batalla final.

Tal vez el metraje (dos horas y media largas), sea excesivo, y se podia haber aligerado algo en la primera parte, pero, en ningún momento se pierde el interés de su trama. Sinceramente recomendable.
Lucman
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4 de enero de 2011
15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se me hace extraño que una película de Otto Preminger donde tiene un reparto espectacular sea tan poco vista... ¿No hay suficiente atractivo?

Aunque esté John Wayne a la cabeza, no es una película que ridiculice al ejercito japonés ni tampoco ensalza demasiado el honor americano en la batalla. Algo que hemos visto muchas veces. (No es por desmerecer al bueno de Wayne, pero sabiendo como pensaba en temas políticos y de guerras...)
Los dos personajes principales están muy bien profundizados. John Wayne, honorable como siempre, es degradado a capitán mientras mantiene un idilio con una enfermera (Patricia Neal), que a su vez conoce a su hijo (Brandon de Wilde).
Kirk Douglas sigue siendo tan hijo de puta como en la mayoría de sus películas, quizás eso es lo que hace de él un actor tan peculiar y llamativo.
El resto de actores también están muy bien. Destacar la presencia del gran Henry Fonda, que lo poco que sale siempre aporta un aire fresco a la película.

Las escenas de acción están muy cuidadas y los exteriores rodados en Hawai son bastante bellos. La música de Jerry Goldsmith hace el resto.
Quizás darle un 8 de nota sea demasiado, pero el hecho de que me haya gustado tanto y tenga tan poca nota ha despertado el interés en mi de animar a la gente a que la vea.
Dusty Rivers
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 4 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow