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Lorca, muerte de un poeta (Miniserie de TV)

Serie de TV. Drama Miniserie de TV de seis episodios. Federico García Lorca tenía 38 años cuando fue asesinado el 19 de agosto de 1936, un mes después de estallar la Guerra Civil. La serie pretende recrear con precisión la andadura maravillosa y terrible del poeta: desde el niño que oía cómo las hojas de los chopos mecidas por la brisa cantaban su nombre, al hombre que escucha aterrorizado cómo sus verdugos amartillan los fusiles que acabarán con su vida. (FILMAFFINITY) [+]
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
11 de septiembre de 2012
21 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buena serie producida por TVE en 1986, 25 años, y dirigida por el genial Juan Antonio Bardem, uno de los padres del cine español. La serie se apoya en los conocimientos y libros escritos por Ian Gibson, el principal estudioso de la vida de Lorca y uno de sus principales artífices de engrandecer la leyenda del personaje por encima de la obra que nos dejó escrita.

La serie tiene la buena factura típica de TVE estilo Fortunata y Jacinta, Cañas y Barro o La Regenta, por lo que no se pierde el tiempo viéndola. La temática es interesante y además continuamente aparecen en pantalla estupendos actores y actrices españoles que hacen muy agradable el visionado de la historia.

La producción de la serie se esmeró mucho en el rodaje y gran parte del mismo se realizó en Granada, en los mismos enclaves en los que se desarrollaron gran parte de los acontecimientos en la vida de Lorca. Así vemos la casa donde nació, actual casa-museo Federico García Lorca, la casa de la familia Rosales, donde prendieron a Lorca, calles de Granada, el Paseo de Los Tristes y la Cuesta del Chapiz donde hubo enfrentamientos entre republicanos y nacionales, las fachadas del cementerio donde se fusilaron a muchos republicanos, el Gobierno Civil, actual Facultad de Derecho de la Universidad de Granada, y un largo etc. Las localizaciones están muy bien logradas.

Como curiosidad personal, comentaré que allá por el 86, grabaron una escena de esta serie delante de mi casa. Concretamente, el paso de varios camiones cargados de presos camino del cementerio para su fusilamiento. Esa escena en pantalla apenas dura 3 segundos y recuerdo que se pasaron el día entero preparando todo para grabarlo. Pruebas de sonido, iluminación, ensayos, etc... todo un día para 3 segundos que se ven en pantalla... Tremendo el esfuerzo que hace todo equipo que rueda una película y que muchas veces simplificamos o ni reparamos en ello.

Otra curiosidad es que en la fachada de mi casa había una pintada de OTAN NO, hacía pocas fechas del famoso referéndum, y el equipo de producción obviamente lo borró porque imaginaos lo que sería ver un camión de presos que van a fusilar en 1936 con un OTAN NO en el plano...
huber
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28 de agosto de 2008
22 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta miniserie que grabó TVE hace ya 2 décadas tiene todos los ingredientes de un buen produccto televisivo. Buen reparto en el que destacan Nickolas Grace como Lorca y Fernando Chinarro como el padre del mismo. La serie es una reinvindicación de la gran figura de uno de nuestros grandes escritores. Muestra la realidad que le tocó vivir y todo ello de una forma amena y entretenida.
Carlos
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15 de octubre de 2013
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenemos materia prima, una tradición literaria que envidian en cualquier país, y que bien aprovechada, permitiría realizar adaptaciones de tipo académico o biográfico (como la que aquí se presenta) o adaptaciones más valientes y actuales (como la BBC hace con Sherlock). Pero dejémonos de disertaciones filosóficas sobre qué es o qué debería ser la TV, y vayamos a dar una vuelta por el mágico universo dibujado por este genial hombre, por su vida y obra, a través del relato que nos presenta Bardem y el hispanista Ian Gibson.

Aspectos generales:

“Lorca, muerte de un poeta” es una miniserie de TVE rodada en 1987, de la mano del director y guionista Juan Antonio Bardem y construida sobre los textos del escritor y estudioso irlandés Ian Gibson.

Miniserie que podemos definir como un “docudrama”, y que nos permite rastrear la vida del poeta, escritor y activista español, que fue ejecutado en 1936 por los partidarios del futuro dictador, el general Francisco Franco, durante la Guerra Civil Española.
Cada episodio se abre con la ejecución de Lorca por parte de un pelotón de fusilamiento, para luego retroceder a una época diferente de su vida, que a la vez permite reflejar y conocer la historia política y social de la España de inicios del siglo XX.
Como dato curioso, cabe destacar que en un movimiento inusual, TVE eligió al actor británico Nickolas Grace en el papel protagonista (a mí modo de ver, todo un acierto). En ese momento, Grace era más conocido en España por su actuación en la miniserie británica “Retorno a Brideshead”. La elección de Grace para el papel garantizó la venta de la serie en la televisión británica y estadounidense (miren, miren, visión de futuro).
Miniserie que consta de seis capítulos, los cinco primeros con una duración de 50 minutos, mientras que el sexto y último se extiende hasta los 90 minutos (actuando casi, como una pieza separada del resto de la obra). Serie que resultó ganadora de varios premios, entre ellos, Mejor TP de Oro a la mejor serie nacional (1988), y Premio de la Crítica en el Festival de Montecarlo.

La serie pretende recrear, con precisión, ese viaje maravilloso y terrible de un niño que oía como las hojas de los chopos, mecidas por la brisa, cantaban su nombre, a un hombre que se vuelve atónito al escuchar como sus verdugos amartillan los fusiles que acabarán con su vida. Federico García Lorca fue asesinado el 19 de agosto de 1936, un mes después de que se incendiase en España la guerra civil, no lejos de su pequeño pueblo natal, donde había visto la luz en 1898. Lorca es uno de los grandes poetas del siglo XX y su innovación y versatilidad le sitúan como uno de los mejores dramaturgos de la historia de España. Su asesinato al comienzo de la Guerra Civil española fue motivo una gran conmoción internacional.
Nos encontramos por tanto, ante una serie de carácter biográfico sobre la vida del poeta granadino, basada en la reconstrucción que de ella hizo el historiador e hispanista Ian Gibson en su libro “Vida, pasión y muerte de Federico García Lorca”. La figura de Lorca es tratada en toda su dimensión artística y humana; propone incluso una aproximación a la faceta ideológica y militante del poeta muerto durante la guerra civil.

¡Disfrútenla!
Yo Claudio
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19 de agosto de 2021
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
(Tras los tres primeros capítulos salió esto, un 6 que le daba, la casa por la ventana, estaba buena, no entusiasmaba)
A la divina lumbre. Nada Algo Todo. Estafermo. Garabato de candil. Corremundos. Judío colorao. Endiablado y maravilloso.
Tan preciosa y correcta, bien hecha y cuidada, delicada y exquisita como superficial y roma, anquilosada, acartonada y bonita, Andalucía. Le falta dureza, peso, vuelo, riesgo, cuerpo, arrojo, le sobra hermosura y tiento, es mansa y bella.
Los sufrimientos solo llegan al final, como siempre lo más interesante de todo, el problema, el conflicto, el aguafuerte, la muerte, especialmente cuando se produce el cruce/choque de corrientes o de placas tectónicas artísticas entre el surrealismo pujante, la nueva ola, de Luisito Buñuel y Salvadorcito Dalí frente al andalucismo folclórico sublimado y cliché tan gitano y algo guardia civil de Federico, infantil, emasculado, asquerosamente ambivalente sexual, como él mismo dice rabiando/llorando, o su libro me parece, y parece a las personas que han salido un poco de Sevilla, muy malo; es una poesía que participa de lo fino y aproximadamente moderno que debe tener cualquier poesía de hoy para que guste a los Andrenios, a los Baezas y a los poetas maricones y cernudos de Sevilla, pero de ahí a tener nada que ver con los verdaderos, exquisitos y grandes poetas de hoy, existe un abismo, en palabras del cineasta aragonés; el resto del tiempo se pasa de chiripitifláutico y soleado, un regazo, no hay apenas crisis ni roce ni enojo, parecen todos ángeles del cielo, querubines rosados, ese repaso glorioso por tanta influencia poderosa, Galdós, siempre, Verlaine, el francés, Juan Ramón, Víctor Hugo, Rubén y Machado, y por tanto genio o simplemente estimado contemporáneo suyo, Alberti, Cernuda, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Guillén, Salinas, la generación del 27 en bloque, Góngora mediante con sus soledades, sin olvidar la música de Falla, el toreo bueno de Sánchez Mejías, ese mecenas, junto a la Argentinita, por supuesto, o el Cante Jondo del Caracol de pequeño o el del Niño de Jerez nada menos, todo ese grande elenco.
Su morbosa vida sexual, de tanto que dio que hablar la pobre, queda en amores hetero platónicos de primeras, en sus años más mozos y ñoños, un tanteo/jugueteo con Dalí, ahí lo dejan, no se meten en camisa de once varas estos educados señores, y la aparición fugaz, artista invitado, del leve villano Emilio Aladrén, el mediocre escultor como posible aprovechado del nombre, fama y dineros del poeta granadino.
Causa un poco de risa al principio cuando Federico dice, era muy joven el chaval, ese eterno atenuante, qué el solo cree en el amor universal y la igualdad total, palabras que salen de la boca y las mientes de un señoritingo de aúpa o mucho cuidado, de padre y muy señor mío, criado/amamantado/rodeado de criadas pobres y analfabetas que por mucho que las quiera/celebre/homenajee/ensalce tanto como se merecen no dejan de ser al fin y al cabo sus sirvientas, las de la otra clase, la de más abajo casualmente, a la que pertenecen todas aquellas que no tocan el piano precisamente (ay, Bardem, mío hermano).
La fotografía es luminosa y la voz en off constante que a mí no me molesta ese goteo de noticias como contexto, Cuba, Marruecos, los obreros, sus huelgas, Marx, la primera gran guerra, la dictadura de Primo de Rivera.
Hasta la fecha, vive del padre, un privilegiado, juez nada menos, y ha estrenado por fin con relativo éxito Mariana Pineda y, sobre todo, publicado el Romancero gitano, esa alhaja tan sonora y visualmente bella, el arquetipo destilado, elevado a la categoría de arte, lo popular como fiesta trágica, la palabra como gema de oro, cercana, que restalla y destella.
La gozamos, esas de cómic viñetas, pese a su blandura aterciopelada, perfecta, extraña de tan hierática, parece un museo de cera. Veremos qué más pasa. Aquí lo contaremos con todo lujo de detalles, que para eso estamos.
Muchos actores están doblados y él da el pego, se parece un huevo, está perfecto. Buñuel se pasa de ridículo y Dalí ahí le anda.
(Después de los últimos tres, la cosa ya no va tan bien, hielo donde no se debe, como a De Niro en toro salvaje, ese gran ultraje)
En carne viva. Una tragedia española.
La trama discurría plácida y con algún salero, más o menos, felizmente, llevábamos cuatro horas de travesía aproximadamente triunfal/superficial, cuando de repente aparece la tan temida guerra civil que siempre llega puntual a la cita la muy puta, horriblemente, que sirve igual para un roto que para un descosido, ese esperpento tremebundo, y Bardem pone la cámara con inusitada sutileza en la cara de unos pobres niños, se supone que para enfatizar la barbarie, para que nos demos cuenta de ello, elefante en chatarrería, y todo se va al garete o al trasto, a la mierda seguramente, se tira por la borda.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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25 de marzo de 2009
28 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lorca tenía sensibilidad. No fue justo que le mataran. Él debió ser japonés, allá en mi país sería un héroe y no un proscrito. Aquí apreciamos el talento y la gente puede llevar una gran vida con ello. La película es muy buena, muy recomendable. Aunque al final haga llorar, tiene grandes momentos bonitos, y Lorca ahora ha recibido el reconocimiento que merecía. Él debe estar feliz ahora.

Compuse un haiku:

brazo cortado
en la mañana
brazo gitano
con katana
Minako
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