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El noveno día

Drama Narra la historia del sacerdote católico Henri Kremer, prisionero en un campo de concentración por negase a obedecer las leyes racistas de la Alemania hitleriana. Kremer fue también amenazado con la muerte de su familia y de sus compañeros si no convencía al obispo de Luxemburgo para que se comprometiera con el régimen nazi. (FILMAFFINITY)
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Críticas 13
Críticas ordenadas por utilidad
11 de febrero de 2006
19 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
En las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, antes de la decadencia del Tercer Reich, los nazis buscaron el apoyo de la Iglesia Católica a través del Obispado de Luxemburgo y para ello emplearon a este conocido sacerdote. Esta es la historia de los nueve días "de vacaciones" que le dieron para realizar su trabajo.Destacan los duros examenes de conciencia, de este hombre de Fe con serias dudas entre la salvación para él y para su familia a cambio del pronunciamiento a favor de esta atrocidad por parte de la Iglesia Católica, que como ha sucedido varias veces en la historia se encuentra atada de manos en las guerras permaneciendo neutral a la espera de un vencedor.

Ulrich, que el mismo año estuvo del lado del régimen en la película "El Hundimiento" borda este papel de sacerdote fiel a sus principios pero que, no sin remordimientos, llega a pecar de egoísta ante la necesidad sufrida en el campo de concentración de Dachau dónde compartía barracón con los demás sacerdotes católicos opuestos al régimen.

La película, lejos de centrarse en el sufrimiento del campo, reduce esto a una introducción, mostrando sólo la marca que la estancia en él deja en el sacerdote. Hago saber, lo digo por aquellos que estén hastiados de ver escenas de muerte y sufrimiento en los campos de concentración, que esta película no trata de eso.
Rubén
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28 de enero de 2008
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Duro retrato de la vida en los campos de la muerte que la barbarie nazi implantó en media Europa, y duro dilema el que se le presenta al protagonista, un cura luxemburgués que por su gran reputación, inteligencia, coherencia y sentido común quiere ser utilizado por los jerarcas alemanes para limpiar su nombre a ojos de la Iglesia y autorizar así su particular cruzada contra lo que dieron en llamar "la barbarie eslava" y a su enfermizo juicio otras razas inferiores.

Interesante el remordimiento del protagonista, por absurdo visto a ojos de cualquiera que entienda que nadie debe culparse por hacer lo necesario para sobrevivir, más cuando su vida se desarrolla bajo la tutela de un comandante de campo que haría parecer a Amon Goethe una hermanita de la caridad. Interesantes también los debates filosóficos entre el cura que fue y el cura que se quedó por el camino, que como el propio protagonista dice "no entiende nada ni puede llegar a imaginarse que vida es esa solo hablando por teléfono con quién allí manda".

Dachau, cerca de Munich, puede visitarse hoy en dia como mudo testimonio de la voluntad de aquellos hombres que fieles a su conciencia no desearon traicionarse a si mismos y a los suyos. Ésta es la historia de como un sencillo sacerdote no quiso convertirse en el Judas en el que el propio dirigente de su Iglesia, Pio XII, se había convertido prestando su ceguera y alabanzas al Führer. Una historia muy recomendable.

"Los nazis no sirven a Dios, idolatran la sangre y la raza"
LordLeal
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1 de febrero de 2008
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Junto a Amén, la excelente película de Costa Gavras, ésta acaba la figura de la Iglesia frente al nazismo: mientras en aquella se mostraba la falta de compromiso del Vaticano, en ésta se muestra el compromiso de unas autoridades bastante impotentes y un cura con enorme capacidad de resistencia en un pequeño país, Luxemburgo, bajo la ocupación.
Si el cura dice que no ha visto a Dios en un campo de concentración, él mismo se ocupará de hacerlo reaparecer tal y como lo considera posible: en actos de valentía con un incondicional amor por sus compañeros de sufrimiento y una solidaridad a prueba de torturas.
En el epílogo se dan las pautas de los hechos reales sobre los que se basó la película, pero en realidad si no estuvieran sería mejor, porque la grandeza del protagonista, el final de su doloroso camino contado en 90 minutos de cine, se resume en sus últimos gestos, en el movimiento delicado de sus manos, en su conmovedora mirada.
El director ha elegido una técnica bastante molesta, efectista en exceso, para las secuencias del comienzo, pero luego se enmienda y escoge una narración clásica mucho más efectiva.
El reparto es excelente con actorazos desconocidos.
horacio
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2 de marzo de 2008
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película basada en un hecho real, que yo creo que es lo que salva a la película en sí, porque, a mi juicio, se hace excesivamente lenta, y uno va agonizando con el protagonista poco a poco.
El juego de color es bueno (marronáceo para las escenas del campo de exterminio, verdoso para las escenas de las oficinas de las SS), pero hace que uno se ahogue un poquito en la angustia de los personajes. La música es, a mi parecer, una equivocación: hay estridencias donde las escenas no tienen por qué serlo, y melodías donde hay frustación y desolación.
Lo dicho, la historia es lo que salva todo, porque es real e interesante. La interpretación de los protagonistas, sublime. Por lo demás, yo no volvería a verla otra vez.
Han Vancouver
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1 de abril de 2009
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
128/25(18/03/09) Interesante film que trata la eterna lucha entre el bien y el mal, y de como un sacerdote luxemburgués, Abbe Henri Kremer (Ulrich Matthes), condenado a un campo de concentración, el de Dachau cerca Munich, es tentado durante un extraño permiso de nueve días por el demonio nazi, representado por un agente alemán, Gebhardt (August Diehl) para que se traicione a sí mismo y a la Iglesia en particular, es durante estos días que se establece un duelo psicológico entre el cura y el nazi, un duelo donde el personaje de Judas toma protagonismo, donde los sentimientos de culpa por lo que ha pasado el sacerdote en el campo de concentración le torturan y le hacen dudar sobre lo que debe hacer. El argumento es una reflexión sobre el poder del espíritu, sobre la traición, sobre las dudas y sobre la firmeza moral. Su puesta en escena es sobria, sin ningún alarde, sin enfatizar machaconamente los archiconocidos horrores del campo de la muerte, lo cual hace que nos centremos en la lucha personal de Abbe. La cinta no termina de enganchar, le falta fuerza, resulta demasiado gélida y distante, pero aún así merece la pena verla. Recomendable a los que gusten de reflexiones morales. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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