El reino de los chiflados

"Shrek" con esteroides. Esto es el film.

Es cierto que no peca de original (las referencias al ogro verde de Dreamworks, "Ice Age", "Wallace y Groomit" y muchas otras películas saltan a la vista), pero acaba por importar poco.

La ¿historia? hace gala de un sentido del humor absurdo, anárquico y hasta procaz (con numerosas referencias sexuales que los niños no captarán y que harán reír a los mayores) que ningún film animado de EEUU -recuerden, esta peli es alemana- se hubiera atrevido a incluir.

Por otra parte, el doblaje español no está mal. Florentino Fernández cumple y Anable Alonso resulta hilarante.

Lo mejor: las referencias sexuales y el nivel de la animación, bastante bueno para un film hecho fuera de Hollywood.

Lo peor: algún chiste sin gracia.

Es tan jodidamente mala que es buena. Tan absurda que hace gracia. Tan insustancial que son los 85 minutos más cortos de tu vida.

Sólo diré una cosa, y vosotros ya decidís si la véis o no:



Me acercaría con sigilo...

pero sigilo no está, así que iremos solos.

No es una mala película de animación, sobretodo si no sabes demasiado de que irá y sin pensar en su humor.

Un humor gamberro, mal-sonante y algo picantón, no se la recomiendo a todo el mundo, pero a la gente que sepa apreciar una película de animación sin pensar que es para niños le va a hacer pasar un buena hora y 20 minutos :)

Tiene un punto. Que sí, que tiene referencias a mogollón de pelis ya vistas, pero en ningún momento creo que quiera evitarlo. ¿Que hay mucha tontería? pues sí, la hay, pero al mismo tiempo tambien es peculiar y eso no es malo. ¿Que no tiene nada que ver con Bambi, El libro de la selva ó cualquier clásico de Disney? pues menos mal, porque aunque en su día y contexto fueron muy buenas películas, hoy día no tiene sentido pintar como Velázquez, pese a quien pese, el mundo y sus seres han cambiado.
La animación no es un prodigio pero cumple perfectamente y la historia es más de lo mismo pero contada a su particular manera, sí sí, tipo Shreck pero con el tono un pelín más subido. En eso radica la diferencia (y no nos volvamos majaras, que por alguna crítica que leí, la peli parecía "El mecánico su mujer y otras cosas que meter" y, por favor, si tiene cuatro tonterías, que los niños de ahora son mogollón de espabilados y no la mojigatería que había en mis tiempos (aun recuerdo quedarme sin poder ver King Kong en la tele porque tenía un rombo, los que sabeis de lo que hablo lo entenderéis, ¿o no?).

Bueno, pues eso, para pasar el rato con animación de tono un poquillo apartado del habitual y poco más, tampoco hay que lanzar cohetes que no da para más.

Ahora que arriban esas entrañables reuniones familiares navideñas que la tradición orla anualmente de risas, promesas de encuentros lacrimosos y benignos deseos para el año que llega, todo ello rodeados de pantagruélicos festines suntuosos, se me ocurre pasar el rato degustando una rocambolesca película navideña de corte familiar amable, amena y desternillante.

Eso sí, en singular clave de sorna cáustica, inteligente ironía y un giro argumental alienado que dista mucho de los clásicos de Disney que torpedean sin descanso las salas cinematográficas de todo el orbe.

El Reino de los chiflados, una producción alemana de hace ya cuatro añitos, es como muy bien indica su título, una chifladura divertidísima que se desvincula de los arquetípicos patrones de comicidad habituales en este género predestinado al público infantil, que acaban disfrutando igualmente todos los adultos con espíritu de vívidas reminiscencias pueriles.

Irreverente, anarquista en su contenido como un alma errante que buscara su propio estigma de identidad, "El reino de los chiflados" nos introduce en salas palaciegas y fastuosidad de la mano de la Emperatriz Sissí, convertida en una "mega-pija-super-fashion" insoportable, extremadamente empalagosa, casi vomitiva de tan "ideal", enamoradísima de su Franz, también "super-mega-fashion-pijo-super-ideal".

La exquisita damisela de rancio abolengo será secuestrada por un Yeti, o sea, un "hombre de las nieves", con más marcha que John Travolta en "Grease", y tan "horrendo y espeluznante" como un gorrión urbanita.

El divertidísimo gigantón, que no cesa de buscar nuestra carcajada, debe acometer un nefando empeño de "carga y entrega" en el mismísimo infierno, pero, a medida que avanza el metraje, reparamos en que su empresa estará más abocada a la ternura que al desprecio.

Ya nos avanzan una primigenia entrega sucinta de lo que se nos viene encima, cuando va a comenzar la peli, con la "diezmada" presentación de un gordinflón simpatiquísimo que hace las veces de presentador o maestro de ceremonias...

Las payasadas de Sissí y Franz son lo nunca visto en este género, pero se agradece la valerosa entrega cómica en este tono tan blasfemo, impío y sin lugar a dudas, rocambolesco.

Otro aspecto llamativo, que nos dejará estupefactos a los pocos minutos de pulir nuestra figura en el sillón, es cuando, inopinadamente, la peli parece haber terminado, con esa rúbrica concluyente de: "FIN" clavado en medio de la pantalla...

Falsa alarma... otra de las muchas payasadas que jalonan la peli.

En definitiva, una fantástica película familiar de carisma infantil pero pergeñado desde un prisma más ateo que sagrado, mucho más crápula e incorregible que elegante y suavizado...