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Corazones sin rumbo

Western Un cowboy ayuda a los granjeros de trigo de Dakota contra los saqueadores de terrenos. Contará con la ayuda de la hija de un magnate ferroviario. (FILMAFFINITY)
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
6 de julio de 2009
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Encantadora película en blanco y negro sólo por una razón: por la pareja que forman Vera Ralston y John Wayne, donde fluye la sintonía mutua, la belleza de ambos, la excelente relación amorosa.

Luego el guión es algo embrollado, no muy imantador ni interesante: trata de unos recién casados que llegan a Dakota con objeto de instalarse e invertir veinte mil dolares en tierras, las cuales se revalorizarán pues el ferrocarril pasará pronto por allí; pero antes de poner pie en la ciudad unos bandidos a las órdenes del mandamás del lugar le roban el dinero. A partir de ahí se suceden muchas cosas aunque lo mejor es ver las escenas donde están Vera Ralston y John Wayne frente a frente como pareja.
stefani
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29 de marzo de 2021
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de lo que hoy en día sería, las películas de efectos especiales de super héroes (o sin ellos) sin más eliciente que mostrar efectos especiales y entretener de esta manera.

Pues esta película meten un poco de acción, comedia y una chica guapa y también un chico guapo con un argumento un poco cogido con pinzas, y arreando.

Las películas se han hecho algunas, pero no hubo (creo) aún el boom por el western, y John Wayne, era un actor conocido y con papeles importantes, pero creo que no era aún bien bien como lo tenemos conocido hoy en día.

La chica, pobrecita, no tiene tampoco muchos papeles importantes en su carrera.

Así que, todo queda bastante descafeinado. No es serie B, porque se nota que tiene presupuesto, pero no llega a ser buena.
edugrn
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8 de mayo de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Una historia romántica en el Oeste" es la frase publicitaria que aparece en el cartel de la cinta. Junto al rostro de los dos principales protagonistas, se ven en el mismo unos cuantos dibujos con escenas típicas del western: diligencias, caravanas, coristas bailando en el saloon, partidas de cartas y peleas. Y de casi todo esto sale algo.
Todo comienza en Chicago en 1870. Concluida la guerra civil se redoblan los esfuerzos para llevar el ferrocarril y la civilización hasta el Oeste. Y hasta allí marcha una pareja de recién casados, el aventurero John Devlin (Wayne) y la hija de un rico empresario del Este Sandra Poli (Ralston). El resto son las peripecias que pasan cuando se enfrentan a una cuadrilla de especuladores comandados por Jim Bender (Bond), que pretende hacerse con las tierras de los rancheros a medio dólar la hectárea (por lo visto ya habían asumido allí el sistema métrico decimal).
La obra mezcla lo romántico con lo cómico que queda en manos de un brillante Bounce, viejo capitán de buque fluvial que se convierte pronto en fiel escudero de Devlin.
Hay escenas interesantes como la carrera de coches de caballos del comienzo. Buena interpretación en general pues el reparto es más que notable.
El guion sin embargo es flojo pues la obra se sigue con alguna dificultad, aunque hay frases ingeniosas, "Parte de mi trabajo es tener la boca cerrada, pero le concedo el privilegio de pensar usted lo que quiera". No falta tampoco alguna alusión al tópico de la indolencia del negrito Nicodemus (Stewart).
Veremos al médico extraer en su clínica con éxito una bala a Sandra que tiene alojada junto a una importante arteria. Con su bisturí, desinfectante y gasas.
En conjunto, una buena película de visión recomendable.
Lafuente Estefanía
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17 de agosto de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El afán de poseer la tierra: comprándola a centavo a quienes tienes grandes necesidades; engañando a las familias con falsos argumentos para se vean abocadas a vender; haciendo promesas que, o se cumplen mal o ni siquiera se van a cumplir… o forzando a la gente a abandonar su terruño mediante amenazas de muerte o matándola, no es cosa de hoy, ni de ayer, sino de hace siglos. Es la ambición -latente en todos los seres humanos- la que, en muchos, se despierta de manera desmesurada, llevándolos a perder los escrúpulos y a dejar de lado toda moral, sin calcular las terribles consecuencias que, para ellos, se avendrán más tarde o más temprano. Porque si la tierra la obtienes causando dolor... ¡te causará dolor! y ¡jamás traerá felicidad!

El exsoldado, John Devlin, se ha escapado con su novia Sandra Poli con rumbo a Dakota, donde ella espera invertir 20 mil dólares comprando tierra que, luego, espera vender a mejor precio a los ferrocarrileros, aunque éstos están acostumbrados a pagarla a mínimo precio. Pero, el dinero les es robado durante el viaje… y la pareja se verá abocada a luchar, no sólo para conseguir que, a los granjeros se les pague un mejor precio, sino para recuperar el dinero perdido.

El guion de “DAKOTA”, firmado por Lawrence Hazard y Howard Estabrook, parte de una historia escrita por Carl Foreman con la que, éste, pretendía ilustrar la forma como se ha gestado el “progreso”… y cómo muchos se han hecho terratenientes en los EEUU y en el mundo. De ñapa, también se pretendía mostrar cómo, cuando los pueblos se unen, los déspotas siempre pierden.

El director Joseph Kane, tenía ésta y otras bazas a su favor: Contó con un holgado presupuesto que alcanzaba casi el millón de dólares; se puso a su cargo a nadie menos que, Yakima Canutt, como director de segunda unidad, con el que pudo lograr la imponente escena del incendio; y pudo disponer de un acreditado reparto que muchos quisieron volver a reunir luego: John Wayne, Walter Brennan, Ward Bond y los checos Vera Hruba Ralston y Hugo Haas (con posterioridad pasado éste a la dirección).

Pero, el rodaje resultó muy amargo porque, declaraba luego el director: “Wayne se volvió muy difícil en el set. Quería dirigir a los otros actores; objetaba casi todos los diálogos; y hasta al veterano cinematografista, Jack Marta, quería decirle como hacer su trabajo”. (1)

Tampoco, Wayne, procuró llevarse bien con la actriz Vera Ralston y sus aires de dictador llevaron a esa falta de empatía que induce a que, las cosas, se hagan con desgano. Por eso, el filme resulta plano; la iluminación termina dejando mucho que desear; las escenas entre los recién casados dan la impresión de que hubiera un muro entre los dos; la acción fue reducida al mínimo; y la historia de Foreman se conservó en algo, pero no en todo lo que, el escritor, hubiera deseado.

Y, en resumidas cuentas, “DAKOTA” queda como otro de los tantísimos filmes fallidos que protagonizara John Wayne, y fue la única vez que su nombre estuvo cerca del de Carl Foreman… con quien, pronto, rivalizaría por sus ideas políticas.

(1) John Howard Reid: Best westerns movies.

Título para Latinoamérica: “CORAZONES SIN RUMBO”
Luis Guillermo Cardona
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30 de septiembre de 2022
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Se enfrentan los Traficantes de Terrenos, el emporio Ferroviario y las nuevas Inmobiliarias... Tiene un inicio cómico encantador que no te hace presagiar los dramas de rancho que se avecinan. Dakota es la Torre de Babel Americana, hombres venidos de todas partes del mundo, escenarios de todo un poco, locomotoras, trenes, caballería, incendios forestales y negroide.

Una de las excentricidades es ver a Ward Bond haciendo de malo en cojera, el excelente ambiguo Walter Brennan, que siempre que hacía de malo, lo parecía y aquí viceversa, en este film John Wayne a las justas calza, cae simpático pero siempre limitado, en colorizado.
John
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