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Dillinger, enemigo público nº 1

Cine negro. Drama En 1930 John Dillinger era un joven provinciano que iba de pueblo en pueblo en busca de su porvenir en el mundo de los negocios. Cuatro años más tarde termina siendo el criminal más buscado del mundo. (FILMAFFINITY)
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Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
11 de febrero de 2015
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Notable película de lo que yo llamo "El pim, pam, pum americano" de los años 30, 40 y 50. Esto es, a velocidad de vértigo, con escasos medios y sin actores de mucho renombre, cualquier director "normalito" americano perteneciente a aquellas tres décadas, te hacía en un pim, pam, pum, una estupenda película. Luego, eso sí, nadie la reconocía pues se hacían películas excelentes a patadas.
Con "Dillinger, enemigo público nº 1" el espectador lo pasa en grande, y lo pasa rápido, pues el ritmo es vertiginoso, como lo son sus elipsis y el desarrollo de los hechos que nos cuentan. No hay concesiones para la galería y, la secuencia del asesinato del camarero desconfiado a manos de Dillinger, es de una dureza y de una economía de planos y sangre, verdaderamente admirable (vamos, como en el cine de ahora, más o menos). La secuencia se estructura así: latigazo de ira (rompe la jarra), suena el piano (nos tememos lo peor) las manos del camarero desgarran el mantel (lo peor se ha producido) el pianista toca y mira de reojo (si te he visto no me acuerdo).
Lo dicho. En un pim, pam, pum se hace la película. En un pim, pam, pum Nosseck nos regala una joya. En un pim, pam, pum lo pasamos en grande. ¡Parece tan fácil!...
el chulucu
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4 de junio de 2011
16 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los de arriba se han tenido que dejar los ojos de tanto leer; pero no en los libros de pago. Y es una aseveración que hay una escena calcada que el señor Max Nosseck la coge de Sólo se vive una vez de Fritz Lang. Es tan calcada que es la misma escena fascinante de Fritz Lang. Eso sin contar que el principio cuando están contando la historia se ve un coche sacado del agua y no es precisamente de Detour. Lo nunca visto se ve en Dillinger. Si el señor Max Nosseck quiere lo mejor Fritz Lang se lo da. Y en Detour no esperen ver nada de esto. Max Nosseck en 1937 estaba en primera fila viendo You Only Live Once . Y van..........tres veces vista y sigue siendo muy buena. Y van.......tres veces que veo You Only Live Once en Dillinger, enemigo público número 1.
RONNIE JAMES DIO (CUENTA BLOQUEADA)
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17 de marzo de 2010
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director alemán Max Nosseck realiza esta película basada en la biografía de John Dillinger, el famoso atracador de bancos de Estados Unidos, cuya fama alcanzó por sus métodos como ladrón y al ver cómo se escapaba fácilmente de la policía. A causa de ello, alcanzó tal nivel de popularidad que se convirtió en una leyenda, a pesar de ser el delincuente más buscado de los años 30 durante la época de la Gran Depresión.

La historia nos contará como John Dillinger (Lawrence Tierney) pasa de ser un vulgar ladronzuelo que realiza pequeños robos sin arma alguna pero sí con un carácter sanguinario, una gran habilidad para mentir y una gran astucia. Su carrera delictiva empezará a raíz de ser detenido y encarcelado por robar dinero y una cajetilla de tabaco de un establecimiento. Tuvo tan mala suerte, que en la huida se topó con un policía y lo detuvieron al instante. En prisión, conocerá a Specs Green (Edmund Lowe), un conocido atracador de bancos con quien compartirá celda. A través de Specs, Dillinger conocerá al resto de la banda a la que le promete que les ayudará, una vez cumpla su leve condena. A pesar de que en principio tanto Specs como la banda se mostraban reacios a todo lo que haga Dillinger, finalmente son ayudados tal y como les dijo éste, proporcionándoles armas para poder huir de la cárcel. A raíz de la huida, la banda encabezada primeramente por Specs empezará a planificar diversos robos a bancos en los que Dillinger no esta muy de acuerdo por la forma de actuar de los miembros y se generarán diversas discrepancias con Specs. Es así como Dillinger empezará a ser uno de los delincuentes más buscados de Estados Unidos llegando a convertirse en Enemigo Público Nº1.

El reparto, está compuesto principalmente por Lawrence Tierney, quien encarna a John Dilllinger y que a mi parecer es lo único bueno y destacado de la película. Su interpretación es notable ya que no se ve al John Dillinger de carácter blando ni con un gran talante seductor que nos acercan las biografías sobre el mismo. Aquí veremos a un John Dillinger mentiroso, traidor, sin honor, avaricioso, frió y calculador que será capaz de conseguir cualquier cosa. El otro actor destacado del reparto es Edmund Lowe, quien se mete en la piel de Specs Green, un delincuente encarcelado por robar a un banco una suma muy elevada de dinero y que tras compartir celda con John Dillinger y huir de la cárcel, será el líder de la banda. Es calculador y experimentado en realizar atracos por lo que muchas veces se mostrará reacio a las ideas de Dillinger al pensar que no tiene ni idea de lo que hace.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
SCuenca
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16 de octubre de 2011
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Biografía del gángster John Dillinger, el enemigo público número 1 durante los primeros años 30. Se trata de un film de serie B que provoca tras su visión la tópica exclamación: "¡Qué grande es el cine!".
Bajo mi punto de vista, este "Dillinger" del desconocido Nosseck es una obra maestra del cine por tan múltiples como sencillos motivos: es puro cine brioso, elíptico, trepidante, talentoso, sencillo, modesto, con personajes cercanos, una historia que contar, unas interpretaciones excelentes, un tono de nula pretenciosidad o reflexividad que lo hacen un sobresaliente, rápido y delicioso entretenimiento. Película obviamente imperfecta, dónde se la puede acusar de contraproducente en una de sus ya señaladas virtudes: la rapidez y elipsis narrativa que impide desarrollar algunos aspectos interesantísimos (la afición de Dillinger a las películas policíacas) tratados en otras versiones. Con todo aventaja a muchos títulos gloriosos del cine negro americano y pide a gritos un (re)descubrimiento de crítica y público urgente, pues este gángster resulta el más fascinante y cinefílico personaje de los Al Capone y demás reyes del hampa: John Dillinger fue asesinado a balazos a la salida de un cine, en una trampa urdida por su novia.
kafka
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5 de agosto de 2009
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia de John Dillinger, así como la de otros tantos compañeros generacionales del ambiente criminal, ha sido tan trastornada y edulcorada con el paso de los años que cuesta por tanto diferenciar leyenda de realidad, a modo de western. Así comienza la desmitificadora cinta de Max Nosseck, cargada de tantas virtudes como errores, sobre todo la ausencia de un personaje con un drama que le motive y la plana puesta en escena del cineasta. Mientras se proyectan unas imágenes en un cine narrando las fechorías del romántico ladrón, el público contempla estas con expectación, puesto que el plato estrella de la noche está por aparecer: el propio padre de la estrella, quien comienza a narrar ante la atónita platea cómo fue la vida de su hijo. Se puede apreciar una clara intención del realizador y del guionista en esta ubicación espacial: enlazar un documental con la palabra de alguien que, en condiciones normales, no podría mentir sobre la vida de Dillinger, es decir, la pretensión de la cinta es la de trazar un retrato lo más verista (casi objetivo, a la manera de Zodiac) sobre una figura que arroja tantas luces como sombras a los historiadores y mitómanos. Pero del mismo modo tenemos que volver a fijarnos en la ubicación del personaje, el centro de atención de una sala de cine: la pantalla. Contradiciendo a Godard, el cine son 24 mentiras por segundo, y si no mentiras, si engaños o medias verdades, y esta película no es otra cosa que una gran media verdad a la que se le cae su pretensión de realidad al terminar siendo una mediocre cinta de acción que olvida pronto a sus personajes.

Dillinger es presentado como un sanguinolento psicópata de gatillo fácil pero no se justifica, únicamente porque sí. No es por tanto una versión mitificadora y dulcificada de la leyenda, todo lo contrario, algo sorprendente en la época, puesto que no nos propone la clásica visión de un moderno Robin Hood carismático, si no la de un enfermo vengativo que es capaz de matar a sangre fría después de jugar con la víctima, e incluso como un cobarde que le tiene miedo a la silla del dentista. Pero todo ello son meros esbozos que se intuyen y que nunca se llegan a mostrar. La interpretación de Tierney se reduce a poner cara de enfado, aunque salva el papel logrando que, durante algunos momentos muy contados, pasemos por la mente del ladrón, especialmente en los minutos anteriores a su muerte, agazapado como un animal herido en su madriguera. Por tanto, tenemos muchos secundarios que únicamente actúan como peleles de Dillinger pero que no tienen vocación de personaje, únicamente quedan convertidos en actantes cuya función es morir o traicionar al protagonista.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Tony Montana
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