Callas por siempre

Franco Zeffirelli, el director y amigo de la diva, que ha dirigido grandes montajes operísticos, se cuida de dejarlo claro desde los títulos de crédito del film: “Los hechos y los personajes representados en esta película son producto de mis recuerdos y fantasías”. El cineasta aborda a sus casi 80 años, uno de sus films más arriesgados y originales, una reflexión sobre el arte, el ocaso del éxito y la gloria, en este caso personalizado en la diva de la ópera, la griega María Callas, mostrando su carácter pasional y rebelde. A los que somos fans de la Callas y de la lírica en general, como es mi caso, esta película recrea un tiempo y una época, sus mejores arias, los últimos días de la diva edulcorados bajo la reflexión del compromiso del artista con su público, su ética profesional, la autenticidad del artista sin adulterar su arte.

Zeffirelli se ha atrevido a especular sobre el último año de la Callas. Es cierto que vivió sus últimos días en el Boulevard George Mandel de la ciudad de París, también es cierto que nunca interpretó la ópera “Carmen” (personaje que suele cantar una mezzosoprano) en un escenario, tan sólo la grabó en disco (su voz era de soprano dramática) y de ahí nace en cierto modo el argumento del film. Especulando la posibilidad de que la diva (Fanny Ardant) aceptara a instancias de su antiguo representante Larry Kelly (Jeremy Irons), protagonizar una película-ópera sobre la “Carmen” de Bizet. De este modo, el cineasta logra un doble objetivo. Por un lado, parece hacer realidad el sueño de todo melómano, ver a la Callas en la gran pantalla interpretando la ópera que nunca hizo en el teatro, y probablemente su propio sueño insatisfecho de haber dirigido ese hipotético film.

Pero, yendo más lejos, “Callas Forever” se erige en una profunda digresión sobre los límites del cine a la hora de captar determinadas parcelas del arte: la diva acepta filmar esa inexistente “Carmen” dirigida por el realizador español Esteban Gómez (Manuel de Blas), en lo que parece un guiño a Carlos Saura. Pues su voz es una grabación de tiempos pretéritos y no la suya actual, en franca decadencia, por lo tanto un fraude al manipular el arte. Aunque la técnica lo permita y se puedan crear maravillas, carece de honestidad, y nunca podrá reemplazar la verdad que constituye la esencia de la creación artística.

De este modo, el film no es tanto una audaz aproximación a la mítica diva como, sobre todo, un reconocimiento explícito de que es imposible hacer una película sobre la Callas, sin la auténtica Callas. Consecuente con este planteamiento, Zefirelli construye el film proponiendo al espectador mínimamente interesado en la ópera, el cine y la cultura en general un maravilloso juego que mezcla lo real con lo ficticio: todo en la película, desde la homosexualidad de Larry – que puede entenderse como un guiño a Visconti, de quien Zeffirelli fue ayudante de dirección – hasta la recreación de esa “Carmen” soñada y nunca realizada, obedece a ese propósito crítico y, en el fondo transgresor. Una película sin prejuicios, con un rotundo desprecio a las actuales modas y tendencias del cine de hoy. El cineasta demuestra, que en ocasiones, no hay mayor provocación ni mejor forma de transgredir los límites de la cultura socialmente aceptada que ser uno mismo y hacer gala de esa personalidad propia hasta sus últimas consecuencias.

Franco Zeffirelli, director del filme, ha sido uno de los mas grandes montadores de ópera de este siglo. Su amistad con numerosas divas y divos le marcó, pero sin duda con la que tuvo una amistad sólida fue con la diva griega Maria Callas. La pelicula, nos muestra la vida de una Callas, cada vez mas sola en su piso de París. La acción de la pelicula es bastante aburrida, pero pasa rapida, por las tres estupendas interpretaciones de sus protagonistas.
Fanny Ardant, borda su papel como Maria Callas. Le da un toque bonito de amargura, que juntado con soledad hacen un coctel explosivo. Jeremy Irons, encarna a un manager musical con ganas de sacar a la Callas del ostracismo, buen papel para Irons. Y la veteranísima Joan Plowright, realiza su papel con rutinaria eficacia. En fin, que no es una maravilla pero se deja ver.

Sobre todo maestro grande en la dirección de ópera, amigo íntimo y director de Callas, Zeffirelli hizo esta vez sin duda su peor película.

No se merecía la grandiosa artista una historia tan opaca, metida con corsé en un guión deleznable, sin atracción alguna.

La película no sólo no está a la altura de su protagonista en ningún momento, sino que carece del mínimo interés como historia y ambientación.

Por otra parte resulta extraña esta manera de admirar a la diva, cuando en cualquiera de sus muchas biografías se cuenta lo interesante que era su "otra vida", en la entrañable, hipersensible cotidianidad fuera del divismo de la escena. Incluso hay una gran obra de teatro, "Master Class" (monólogo interpretado por grandes actrices de teatro en el mundo entero: Nuria Espert en España, Norma Aleandro en Argentina, Fanny Ardant en Francia...) en la que se exhiben sus triunfos y sus terrores cotidianos, muy especialmente su caída terrible tras el fracaso sentimental con Onassis, el único hombre que amó profundamente y que la humilló reiteradamente.

Pero en Callas Forever no hay luces ni sombras. Los protagonistas, excelentes comediantes, dicen un texto sin alma como si leyeran la lista de la compra. O peor aún, con auténticos deseos de pasar página y salir de esos decorados y olvidar que han estado allí.

Curiosa historia ficción en torno a la figura de la grandiosa soprano María Callas, en su enclaustramiento de París, una vez fallecido su eterno y cruel amante Aristóteles Onassis. La espectacular puesta en escena de conocidos momentos cumbre de la ópera Carmen, son impactantes para los aficionados al género. La caracterización e interpretación de la actriz Fanny Ardant, impresionantes, en especial en su doble papel encarnando a la gitana Carmen. La voz original de Maria Callas no necesita más comentarios. Eso sí, para apreciar los valores del film hace falta cierta cultura y conocimiento del mundo de la ópera. En caso contrario, la película puede resultar lenta y cansada.

Película que fantasea con la idea de un regreso a los escenarios de una María Callas en su última época. Jeremy Irons interpreta a un mánager, amigo íntimo de la diva, que le ofrece la oportunidad de volver con un espectáculo que se beneficiaría de las nuevas técnicas de sonido.

Quien conozca un poco de la vida de la soprano sabrá que ésta no fue particularmente alegre, sobre todo en sus años finales, permaneciendo retirada, aislada del mundo. El guion no ofrece ningún apunte novedoso, más allá del estudio de la personalidad de la Callas, tan pronto soberbia como vulnerable, siempre íntegra, muy consciente de su decadencia vocal. Las actuaciones resultan correctas, y ayudan a sostener un film algo plano. Te interesará si eres aficionado a la ópera.