Chicas pesadas

"Chicas Malas" hace honor a su título: una auténtica pelea en la que las armas principales son el critiqueo, la envidia, las mentiras y las puñaladas traperas. Un reflejo hiperbólico de los lazos afectivos que se suelen crear en el instituto, de esa gente a la que ponemos buena cara pero no tragamos, nos alegramos de sus desgracias y ridículos y hacemos daño simplemente para divertirnos sin pararnos a pensar en el trauma que podemos estar creando. Por su parte las marginados también rajan de los populares por el mero hecho de que les gustaria ser como ellos pero saben que nunca llegaran a eso.

La película es la típica cinta adolescente de institutos, aunque con algo de más mala uva, gags muy buenos, un ritmo excelente acompañado de una buena banda sonora que hacen que la cinta se pase volando.

El personaje de Lindsay hace también de narrador de la historia, por lo que son constantes sus comentarios respecto a lo que sucede a su alrededor, sus pensamientos, su forma de encauzar la historia es muy amena, divirtiéndonos con sus perspicacias. Lindsay se consagra en esta cinta como musa del cine adolescente, le viene como anillo al dedo el papel y se nota que se encuentra comoda en este género, queda perfecta en cámara, simpatiza mucho al espectador. Por supuesto la Lohan tiene que aprovechar alguna escenita para demostrar que también es cantante como ya hizo en "Quiero ser super famosa" o "Ponte en mi lugar". Sus "amigas" resultan sorprendentemente graciosas en sus papeles de bichos, son la salsa de la película. El nivel interpretativo es muy bueno en comparación con el que nos acostumbran en este tipo de cintas.

No obstante la historia tiene que acabar con un tono light, y con las típicas escenas para que el público infantil que vea la cinta sepa que todo lo que hemos visto anteriormente esta mal, que lo importante es como seamos y todo eso... A mi juicio habría ganado puntos si hubiera mantenido el tono hiriente hasta el final, no es que el final aburra pero ya nos lo sabemos un poco de memoria.

Como bien compara Linday, el instituto no se aleja mucho de la selva de Kenya en la que ella se crió. La amistad a estas edades es un concepto efímero y está marcada por meros intereses, uno es amigo de otro hasta que empieza a invadir su espacio, en esos momentos no hay que tener miramientos en machacarlo. Los amigos influyen y determinan nuestra forma de actuar. La propia protagonista mientras se dedica a fulminar a las "divinas" se acaba convirtiendo en una de ellas.

Lo mejor: Ser la "American Beauty" de los institutos.
Lo peor: Acaba cediendo a los moldes de Hollywood

Película de ese género especialísimo norteamericano que es el dedicado a las películas de instituto y sempiterno baile de primavera o de fin de curso. Es una buena película pero siempre teniendo en cuenta el género al que pertenece. Dentro de ese género es de las mejores.

Chicas malas reúne todos los tópicos de este género pero los presenta de un modo distinto: un instituto vivido por una norteamericana que ha vivido toda su vida en África y jamás ha ido al colegio. Debe aprender las normas internas escritas y no escritas de un instituto yankee. Al ser una inadaptada en un principio se juntará con los inadaptados como ella (el 98% del alumnado) pero una serie de situaciones la hará contactar con las estudiantes más populares del centro que son unas auténticas víboras lo que enredará la situación de tal manera que estallará afectando al alumnado entero. Sus peripecias y las de sus compañeros marginales son presentadas de un modo gamberro, muy divertido que se salen de la norma. Algunos temas son políticamente incorrectos como por ejemplo el caso del profesor de gimnasia. Así como también trata con mucho humor la hipocresía entre algunas amistades, las puñaladas traperas y sobretodo la maledicencia: levantar rumores falsos que pueden perjudicar seriamente a la gente.

Si te gustan las películas de este tipo, Chicas malas te gustará.

Si te gustan las comedias que se ven de un tirón, Chicas malas te gustará.

Si aborreces las películas de instituto (excepto "Carrie"), Chicas malas no es para tí.

LO MEJOR: el chico gay y su amiga, la batalla campal, los estudiantes en general

LO PEOR: que podría haber sido aún más gamberra de lo que es. Con el guión que tenían la podrían haber hecho mucho más salvaje y entonces sí hubiera sido una película de diez. ¿Por qué no se atrevieron?. ¿Hasta cuándo habrá que esperar esa peli de institutos que dinamite y dé la vuelta para siempre al género?. No perdamos la esperanza.

Debo confesar que Chicas malas ha resultado ser toda una sorpresa para mí. Lejos de las estúpidas comedietas de instituto que tanto gustan al público americando, la película es (o mejor dicho, parece) una ácida y despiadada parodia de todos aquellos comportamientos adolescentes que vemos en el cine habitualmente. Así, la "abeja reina" Regina George y sus dos secuaces se nos presentan ridículas desde el principio. Sin embargo, la supuesta censura de su comportamiento y la burla de la auténtica estructura social que han creado en el instituto se vuelve en el tercio final de la película un dechado de buenas intenciones, arrepentimientos y expiación de culpas. Así pues, la mala baba que se había mostrado queda invalidada.
Pero grascias a Dios, esa primera parte gloriosa de sátira sobrepasa a la segunda, y las cuatro actries protagonistas simplemente lo bordan (dentro de sus límites, claro). Rachel McAdams se muestra carismática y arrebatadora, como su personaje; Lacey Chabert, en el personaje más triste de todos, clava el "peloteo" indecente del suyo; Amanda Seyfried, espléndida en Mamma Mia!, hace aquí de guapa sin cerebro; y Lindsay Lohan está tan simpática como siempre. Lástima que se pasase otros dos añosencerrada en este tipo de cine, y sobre todo, lástima que decidiera entregarse a la vida autodestructiva que viene llevando. Una auténtica pena, pues a mí siempre me ha parecido que tiene talento para hacer muchas cosas (como demostró en Bobby).

Lo mejor: Lohan, McAdams, Chabert, Seyfried y la capacidad paródica del guión.
Lo peor: El innecesario giro final al mensaje tradicionalista.

Si partimos del núcleo social al cual está dirigida Mean Girls, en primera medida todo parece listo y sacado del horno para una nueva estupidez sobre adolescentes con hormonas subidas de tono. No pasan ni diez minutos de empezada la peli y ya nos llevamos una sorpresa no minúscula: el narrador objetivo y/o la narradora, en este caso la Lindsay, toman una distancia sorprendente y contadas veces vista con respecto a lo que se observa y se siente. Desde este sorpresivo punto de partida no hay vuelta atrás: la mirada que ejecute la obra será muy distinta a las del promedio standard.

Desde un enfoque femenino de la vida escolar más una curiosa mezcla desde una perspectiva evolutiva, Mean...establece desde los nimios sucesos juveniles una mirada ácida, crítica, impiadosa que caerá sobre la institucionalización de ciertos gustos sociales, posteriormente transformados en convenciones a seguir. Los recursos narrativos son tan tradicionales como efectivos. Su mirada parte de la ironía para caer en latiguillos, frases adolescentes caducas que se utilizan en la trama bajo el papel de...autoparodias!!! Esto no es común.
La protagonista sufre las peripecias tantas veces vista: "quiero ser cool aunque eso implique sacrificar mi naturalidad en post de mi objetivo", con sus respectivas consecuencias...igualmente vistas.
El armado de los personajes no deviene en un paneo general, sino que cada carácter se nota estudiado y recontra calculado: nada en Mean Girls parece tirado a la marchanta y este es, sin dudas, el mayor mérito de esta obra: su atención cuasi obsesiva por el detalle.

Imprescindible, y me permito exagerar, Mean girls es una variable, un producto alternativo con un humor adolescente con rasgos conceptuales a tener en cuenta.

En algún momento alguien tomó la decisión de marcar la culpa en el rostro de las mujeres, víboras consentidas que sólo llevan a la perdición. La maldad personificada, un hombre pensará estar disfrutando de ellas, pero sólo al final se dará cuenta que de todo ellas tienen culpa, se basan en una doble moral que condiciona al mundo. Tan retorcidas que se visten con sus pieles de inocencia, sensualidad o belleza para que los hombres actúen bajo su dominio y capricho, hipnotizados por sus dulces voces, permitiendo que se conformen con lo mínimo ante la esperanza de conseguir, siempre más tarde, todo lo que imaginen. Mentirosas burdas y arpías. Se arrancarán las entrañas unas a otras para ser mejores y cuando menos lo esperen, se unirán como si fueran una sola para destrozar los despojos que queden del otro ser utilizado en sus necesidades.

Santas que crecen como demonios y atraen más cuando más complejas resultan. Todas sonríen cuando utilizan ese idioma incomprensible, donde nada parece lo que es y todo se convierte en una sencilla paradoja.

Maldición insensata con todos los cabos bien atados, quien ose hacerlas llorar sufrirá mil años de mala suerte porque ellas en realidad son sacerdotisas que siempre consiguen inclinar la balanza a su favor.

Ellas no mienten porque han creado su propia verdad, si consiguen creer todo lo que dicen, los demás sin lugar a dudas asentirán a todo lo que digan cual canto de sirena te atrapa en los calmos mares del exterior.

Sus armas son infinitas y sus lenguas afiladas y bien trabajadas permiten que la gente a su alrededor sólo consiga decir sí. Cuando recuerden la palabra no, ya estarán perdidos entre la maleza de millones de arbustos puntiagudos de donde no sabrán salir hasta que encuentren otro ángel, esta vez sí con un sexo específico, que les haga ver que la vida es maravillosa hasta que otro cambio de humor repentino devuelva al humano a la madriguera y a la señorita enfurecida al campo de batalla.

Odiosas y malditas, unas majaderas que no son felices si no destrozan algo. Nunca conformes, siempre espectantes. No se sabría vivir sin ellas pero tenerlas muy cerca resulta peligroso. El hombre tiene una espina clavada en el pie, que enraíza para dominar por siempre su existencia.

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