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Pelican Blood

Drama. Terror La idílica vida de una madre cambia repentinamente cuando adopta a su segunda hija, que pasa de ser tímida y encantadora a ser peligrosa e incontrolable. (FILMAFFINITY)
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
5 de agosto de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película alemana, que pasó por el Festival de Sitges (ya daba una pista esto de lo que comentaré a continuación, por mucho que dicho certamen sea ahora mucho más transversal que en otros tiempos) y que ahora se puede visionar online en el Atlántida Film Fest, es una obra extraña.

Y lo es porque parece querer jugar a dos bandas: por un lado, durante la mayor parte de su metraje es un drama familiar intenso, psicológico, de los que ponen nervioso al espectador al sufrir con sus protagonistas los indignantes hechos relatados. En este caso el de una niña-"demonia" (qué bofetada tiene la criaja traída de Bulgaria) que con su tan intolerable como inexplicable comportamiento hace la vida imposible a su madre adoptiva y a la hija que ya tenía ésta antes.

Y por el otro lado mencionado, en su tramo final parece cambiar de chip y "traicionar" en parte sus aparentes tesis expuestas hasta entonces y legitimar la credibilidad de lo que sucede, acercándola repentinamente a.. otro género. Eso sí, manteniendo la suficiente ambigüedad para que toda teoría e interpretación puedan ser válidas. Por eso lo de "aparentes tesis" que comentaba.

Una de las películas atípicas de la selección del Atlántida Film Fest de este año, pero atractiva, con factura e interpretación de calidad -siempre solventísima Nina Hoss- y que se sigue con interés, aun en sus instantes más discutibles.
Amor Perro
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24 de febrero de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La escritora y directora alemana Katrin Gebbe nos cuenta una historia desgarradora de una madre soltera con un hijo biológico, que decide adoptar a una pequeña niña búlgara que resulta ser muy problemática, con un carácter peligroso a pesar de tener solamente cinco años, consiguiendo amenazar la estabilidad de la familia.

La maravillosa actriz Nina Hoss interpreta a la madre coraje Wiebke que se dedica a la doma de caballos para la policía nacional, y que no tiene ni idea de lo que se le viene encima con esta decisión. Necesitara un grandísimo esfuerzo y dedicación para intentar "domar" a esta menor con graves secuelas psicológicas de maltrato. 

El titulo "Pelican Blood" viene de una leyenda medieval que cuenta que las madres de los pelicanos en momentos de hambre, son capaces de clavarse el pico y hacerse sangre con la que alimentar a sus polluelos.

Muy realista en el tratamiento y el planteamiento de la maternidad, las cosas cada vez van empeorando más, la niña no tiene ninguna empatía ni miedo, dibuja cosas extrañas, juega con excrementos, tira continuamente la comida, la expulsan del colegio por hacer daño a los compañeros. El trabajo en la granja y una relación sentimental de Wiebke comienzan a tambalearse. Toda una serie de graves conflictos que comienzan a plantearse que hacer con la niña...

Podría asemejarse a películas tipo "El buen hijo" o "Babadook" pero con un planteamiento más real que de ficción. Una película muy interesante que se pudo disfrutar en el pasado Festival de cine de Sitges 2019.
Destino Arrakis.com
videorecord
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10 de septiembre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Son muchas las obsesiones que pueden atormentar al ser humano, de igual manera son muchos los sacrificios que se pueden llegar a realizar para ver cumplidos dichos deseos, la irracionalidad en la que se puede incidir aunque en ocasiones sea con fines nobles y objetivos positivos. Éste es un filón que a lo largo del cine se ha explotado unas cuantas veces y ahora desde Alemania, con Pelican Blood, muy buen nombre por cierto, regresa esta temática.

Wiebke es una feliz madre soltera fuerte e independiente que tiene una niña adoptada, pero todo dará un giro de ciento ochenta grados cuando se disponga a ampliar el círculo familiar con una segunda adopción para la que nadie está preparado.

La directora y guionista Katrin Gebbe, ha creado una historia de demostración de fuerza y superación en el camino del empoderamiento por parte de una madre dispuesta a llegar al todo por el todo, sea cual sea el precio, para lograr mantener unida a su nueva familia, de la cual, ella es la única responsable y subsidiaria. Lamentablemente, la línea entre la cordura y la locura del carácter principal para lograr la implicación del público es menos delgada de lo que en un principio puedo imaginar que se pretendía, pues el desarrollo de la historia para este elemento en concreto se ejecuta de manera descarada con una relativa torpeza y que impide que cuaje el mensaje de una manera natural y fluida. Ni tan siquiera cuando Katrin trata de camuflar sus intenciones cruzando géneros del drama al terror a modo de caballo de Troya, sin tener éste nada que ver en esta historia que de por si cuenta con una línea suficientemente fuerte por la que seguir, el perturbador origen de Raya (la niña adoptada).

No me malinterpretéis, las escenas más “terroríficas” o místicas, están genial dentro de la película, de esta y de todas, por algo somos amantes del género, pero a pesar de no ser especialmente originales, el problema principal es que se fulmina la continuidad que las haría encajar en la historia, dejándolas como una mera anécdota a pesar de la gran fotografía de Moritz Schultheiß, con quien ya colaboró la directora en su primer film.

En el apartado artístico cabe destacar la elección del cast por parte de Simone Bär y Alexandra Fuchansca ya que resulta altamente prolífera, pues  Katrin Gebbe se muestra una vez más como ya hiciera en su muy recomendable ópera prima Tore Tanz (Nothing Bad Can Happen) como una gran directora de actores, encaminando a Nina Hoss a una de las interpretaciones del año, así como el delicado tacto con los interpretes más pequeños para que trabajen sus papeles de una manera natural, destacando a Katerina Lipovska como una auténtica revelación a la que me gustaría ver muy pronto y antes de que crezca en un film de terror puro asombrando a propios y extraños.

En definitiva una película con algún elemento técnico y artístico remarcable que se deja ver a pesar de su obviedad, aunque los 121 minutos pueden ser un buen castigo, este film daría un salto cualitativo muy grande con un nuevo montaje que deje más trabajo al espectador y no lo dé todo tan mascado.

https://www.terrorweekend.com/2020/09/pelican-blood-review.html
TerrorWeekend
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11 de mayo de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
De nuevo una película anunciada como terror pero que tiene más de drama que otra cosa. Pelican Blood, escrito y dirigido por Katrin Gebbe es una película muy cuidada, con un argumento que aunque a priori parezca trillado, está escrito de manera diferente, con un entorno algo americano (granja a las afueras y mujer adiestradora de caballos con sombrero y atuendo texano), pero que gracias a que el adiestramiento es para caballos de la policia montada alemana, distingue bastante eficazmente lo que podría haber sido un error, americanizarlo, algo que en España ocurre con bastante frecuencia.

Nina Hoss hace un papel maravilloso, mantiene su personaje de madre luchadora, soltera y con todo un establo a su cargo, del que se ocupa de manera creíble y sin sacar los pies del tiesto como ocurre muchas veces con personajes made in America. Con una niña a cargo, decide adoptar otra más, la cual le sale rana, pues mantiene una actitud violenta y caótica que le va sumiendo en el caos a medida que transcurre la película. Tal vez nos recuerde algo a Babadook, donde nos columpiamos entre la enfermedad mental y lo sobrenatural, tal vez la mano de las directoras sean sello de algo más firme e interesante que el de dar sustos a adolescentes que van a pasar el rato al cine para ver si ligan.

Como digo la película mantiene el interés continuamente, el drama se va acusando cada vez más con el comportamiento siniestro de la niña, que también va in crescendo, y los personajes que entran y salen tienen peso en la historia, no son meras subtramas de pacotilla como nos tiene acostumbrados la industria de Hollywood. Una mujer que se dedica a adiestrar caballos que van a ir a manifestaciones, es todo un alarde de paciencia y sacrificio, por lo cual trata el caso de su nueva hija como eso mismo, un reto que hay que superar. No hay exageraciones por parte de los personajes, lo que hacen está justificado, y es perfectamente lo que cualquiera de nosotros podría haber hecho si nos ocurriera.

Técnicamente está impecable, una fotografía fría y muy bien llevada a cargo de Moritz Schultheiß, y unos planos y un lenguaje visual que sin aires de grandeza, ni de querer marcar sellos propios, nos deja plasmado lo que se necesita en cada cuadro.

Por poner un pero, la niña “problemática”, no tiene fisicamente ni gestualmente lo que pide ese personaje, se queda en el limbo entre “Diana Bebé” y una niña cualquiera alemana o americana.
IsaacBB
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16 de marzo de 2024
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Drama sobre adopciones problemáticas que tiembla cuando cambia de registro en una cuestionable dirección. Una alemana madura, entrenadora de caballos para la policía, tramita la adopción de una niña búlgara de cinco años para darle una hermana a su otra hija, también adoptada. Al poco, los traumas de la pequeña salen a la luz afectando a todo el entorno de su nueva familia.

No se engañen, no tiene nada de terror, por mucho que el giro que va tomando pasada la mitad de metraje la trata de emparentar con otras películas con niño demoníaco o poseído. No va de eso, o al menos no es la intención explícita. No obstante, el tratamiento tirando a naturalista y racional que se dispensa al comportamiento de la pequeña Raya se cuestiona poco a poco, pienso que el pro de darle una salida al personaje de la madre. Con ello, se torpedea la turbia problemática de las adopciones que no salen bien, un asunto doloroso de narrar, y que parecía ser el armazón principal de la trama.

Tenemos a la siempre solvente Nina Hoss como madre coraje, trabajadora además y empeñada en sacar adelante a la agotadora Raya, que exhibe un comportamiento casi de lunática. Y esquivando los embates de del policía que se pasa media película tratando de llevarla al catre, menudo pesado. El giro del que hablaba, que no es un giro como tal sino un sutil cambio de dirección de la trama, se siente demasiado impostado y nos lleva a una conclusión algo torpe y apresurada. No cuadra ni como metáfora ni como elemento explícito de terror. Al final nos quedamos con la sensación de tener una historia entre manos para la que no hubo valor de llevarla hasta sus consecuencias finales.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
KlingonCome
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