Black House

Porque turbia es un rato cuando se lo propone, y ciertamente toda esa trama que gira alrededor del agente de seguros que quiere ir más allá (algo típico ese aspecto, pero tampoco desmerece) resulta ciertamente sugestiva, como para no pedirle mucho más a la propuesta en cuestión, aunque lo malo es que la turbiedad de la que hablo ahí no es precisamente la que hallamos en su palpable atmósfera, sino en su inenarrable tramo final.

Lejos de quedarse a las puertas con tal idea, sí que da más: La interpretación de su protagonista es bastante buena, amen de que, como se puede observar en el cartel, no es uno de los típicos prototipos que van por ahí resolviendo casos con sonrisa profident y haciendo amigos constantemente, y todo ello ayuda a que el personaje resulte más palpable, más real y muchísimo más creible, el transcurso no se enmaraña en exceso y está contado con una sobriedad patente, la atmósfera y el seguimiento del caso son bastante buenos y posee alguna que otra escena tan curiosilla como bien llevada y resuelta que, de paso, salpica con un poco de sanguinolencia el global.

El error cometido por el realizador aquí, en cambio, es el que termina lastrando su propio trabajo y dejándolo en algo irregular y fallido, puesto que aunque la intentona por hacer resurgir un campo como el del psycho killer encubierto de un modo tan extraño es loable, los últimos minutos de metraje no hacen más que enterrar la cinta en un aluvión de tópicos e incomprensibilidad de un espectador que se preguntará porque, una vez llegado a un punto de tal interés, se encharca todo gracias a un interminable y sobrante intérvalo, cuando está claro que todo había quedado mucho mejor resuelto unos minutos antes, sin tanto embrollo ni ese farragoso desenlace.
Es una pena pues, que se quede a medias, con tal material tras de sí, una verdadera pena.

El asegurador que aseguraba con seguros y entre seguro y seguro, seguro que no estaba muy seguro de si estaba seguro.

El amigo GoVegetarian ya ha hecho referencia a la gran calidad del cine Coreano de hoy en día, opinión a la que me sumo totalmente, solo añadir que es una pena que haya que esperar a eventos como el festival de Sitges para que se añadan películas orientales en Filmaffinity. (En fin mas vale eso que una patada en los huevos).

Sobre la película en cuestión, hay que decir que “Black House” es un thriller bien construido que no tiene nada que envidiar a cualquier superproducción americana, los cuales carecen de cualquier tipo de originalidad, eso cuando no hacen remakes o se basan en comics, “Black House” no es que tenga su punto fuerte en la originalidad (aunque nos encontraremos varias sorpresas que no la harán previsible) y si en su forma de ser contado, ya que estos debido a que la censura es inexistente, (otro gran lastre del sobrevalorado cine estadounidense) no se cortan ni un pelo como ya vimos en “Olboy”, y auque las dos películas no tengan nada que ver, las dos tocan temas políticamente incorrectos, son retorcidas, con un ligero toque gore y la violencia corre sin ningún tipo de mesura, y cuando me refiero a violencia, no siempre me refiero a violencia física.

La intriga es la base de la primera parte de la película, dejando paso a la tensión durante su segunda mitad, todo con un aire ligeramente siniestro, desde el primer al último minuto que le da al film una atmósfera bastante atrayente, el pequeño toque oriental que eleva el suspense a su máxima expresión.

El montaje y la dirección artística son bastante destacables, las semejanzas con Park Chan-wook son inevitables, se palpa la tensión del protagonista así como el de su esposa al igual que su humanidad en contraposición a la escasa que parecen poseer sus antagonistas, un choque de caracteres que hará que no decaiga el ritmo durante ningún tramo, lo cual, es mucho decir.

Prefiero no desvelar ningún detalle de la película mas allá de la sinopsis, solo añadir que cualquier fan de de los thrillers le podrá gustar más o menos esta cinta, pero que en ningún caso nadie sentirá haber perdido el tiempo, mas aún teniendo en cuenta como esta la cartelera últimamente, que tal como dijo el gran Gasset, hay que tener coeficiente intelectual negativo para acercarse al cine hoy en día.

Juno es un vendedor de seguros al cual le piden que visite la casa de un cliente. En ésta encontrará una visión dantesca, la del hijo del cliente, muerto. Todo indica que ha sido un suicidio, y la policía está convencida, pero Juno no. Un misterio encierra la Casa Negra.


Nos encontramos ante un thriller psicológico con buena dosis de intriga y, por momentos, bastante retorcido. Gracias a un ambiente tétrico y atmósfera oscura, engancha de inmediato.


No nos equivoquemos; no es la típica película de miedo asiática. Es un soplo de aire fresco a un cine que, por desgracia, se ha ido caracterizando durante mucho tiempo en una sola etiqueta: la de terror.


Es una historia original, con cambios de argumentos constantes, como si de vueltas de tuercas se tratara, que nos sorprenderán sin duda. Esto conseguirá que lleguemos a pensar que cualquier final es posible.


La banda sonora acompaña en todo momento, y la fotografía es de alta calidad.


Recomendadísima para pasar un buen rato de suspense e intriga.