Transfer

Interesante drama alemán de ciencia ficción que te hace reflexionar sobre la ética de ciertas conductas del ser humano y te obliga a pensar: ¿Qué haría yo si para alargar mi vida otra persona debiera acortar la suya?

En esta no tan improbable ciudad futurista los ricos tienen el poder (como en todas partes). Pueden elegir vivir y ser jóvenes en otros cuerpos. Cuerpos que jóvenes sin recursos han vendido para poder alimentar a sus familias.

Hermann y Anna, totalmente enamorados no pueden soportar la idea de que la muerte los separe así que deciden transferir sus "almas" a los cuerpos de Apolain y Sarah, dos jóvenes negros, guapos y atléticos que solo podrán controlar su propio cuerpo durante 4 horas diarias mientras dure el período de prueba de este procedimiento de transferencia. Pero ¿qué ocurrirá con ellos después de este período? ¿Y si Apolain y Sarah también se enamorasen y quisieran vivir felices para siempre?

No cuento más. Véanla si tienen la oportunidad. Una pena que películas como esta no lleguen a los cines españoles.

La trama principal de “Transfer” es de por sí bastante polémica, y puede servir de plataforma para establecer debates éticos en torno a las actuaciones y fines existenciales los protagonistas de la cinta. De igual manera la cinta pone de relieve el espinoso tema de la esclavitud en África y deja entre líneas una especie de “mea culpa” de la sociedad europea respecto al atraso y pobreza del continente africano.

El argumento nos presentan a una rica y enamorada pareja de ancianos alemanes, Hermann y Anna, que con el propósito de escapar a la cercana muerte, deciden recurrir a los costosos servicios de una importante compañía para ser transferidos (mente, sentimientos, gustos, etc.) a los cuerpos de dos hermosos y fuertes jóvenes africanos, Apolain y Sarah, éstos últimos los cuales han vendido su cuerpo para solventar la difícil situación de sus familias en África. Lo que los dos ancianos no saben es que sólo tendrán el control de sus nuevos cuerpos 20 de las 24 horas del día, las otras 4 horas restantes los dos jóvenes -Apolain y Sarah- retoman el control de los mismos, con lo que indudablemente podrán surgir algunos conflictos entre los cuatro cuerpos y existencias cruzadas.

El director Damir Lukacevic, desarrolla con estos elementos un filme que puede tildarse de escabroso a los ojos de quienes defienden la ética y el valor de la vida humana; o mejor aún, de aquellos que ven en el filme una postura que tal vez no rechaza -como se espera- la esclavitud y la trata de personas. Esta es una cinta que directamente pretende causar comezón en el espectador, no es casualidad entonces, que sea una pareja de ancianos occidentales (alemanes blancos) en sus últimas horas de vida la escogida para ocupar los cuerpos y por ende la vida de un par de africanos en el esplendor de la misma.

A mi parecer estamos ante un filme de ciencia ficción que tal vez no termina de explorar el objetivo existencialista que se propuso desde un principio. Además, el debate ético que realizan los protagonistas es apenas superficial, y la resistencia de quienes son despojados de sus cuerpos es apenas detectable al final de la cinta.

Las actuaciones responden bien a las exigencias del filme, y los tiempos del filme están bien llevados. El final es tal vez es lo peor de todo, me esperaba algo más emotivo y trascendental y no tan simple.