El señor de Ballantry

La última película "como dios manda" de Errol Flynn el aventurero. Cuando su carrera parecía acabada Errol Flynn todavía tuvo tiempo de brindarnos alguna muestra de lo que hubiese podido ser de no haber descuidado tanto su salud años atrás. Pero ya era tarde, Stewart Granger ya había aparecido para suceder al gran Errol Flynn en sus papeles de aventurero.

Esta película nos permite pasar un rato muy agradable así como de disfrutar por última vez del Errol Flynn por excelencia. Resulta muy interesante por ser de los años 50, una de las edades de oro del cine de aventuras, pero en la que Errol Flynn (probablemente el actor más importante que este género de cine ha dado) casi no participó; en este sentido esta película es única. Por supuesto no está a la altura de los filmes de los años 30, pero es que tampoco nunca más volvieron a estarlo (en lo que a estricto cine de aventuras se refiere las cintas de Errol Flynn de la 2ª mitad de los años 30 son especiales).

Muy recomendable.

William Keighley que dirigió 4 veces al intrépido Errol Flynn, finaliza con éste título su estancia en Hollywood, aunque también se puede decir que es la última película "importante" en la carrera de éste actor.

La película empieza con un ritmo bastante frenético, y se mantiene así durante todo el metraje, sin dar lugar a muchas pausas.
Sin ser tan eficaz cómo Curtiz en "El capitán Blood" y "El halcón del mar", Keighley introduce por última vez a Flynn en el peligroso mundo de la piratería.

Para mí la película se queda simplemente en una entretenida historia de venganza, piratería y guerra, eso sí, los incondicionales de Flynn podrán disfrutar una vez más de sus acrobacias con el espadín.

Se le pueden discutir muchas cosas a este título, incluso si es o no un gran clásico, pero, indudablemente, rebosa sensación de aventura por todos sus poros. Desde su inicio en Escocia a su derivación al Caribe y convivencia con piratas, duelos a espada, humor socarrón y una estética bastante bien conseguida en su barroquismo.

La fotografía corre a cargo del maestro Jack Cardiff, dotando a la película de un colorido y luminosidad muy sutil, dejando algo más que desear en las escenas nocturnas en tierra y en mar (hay que recordar que por aquel entonces era casi imposible rodar en la noche y se empleaban filtros para ensombrecer y oscurecer estas secuencias), pero en conjunto es un buen trabajo. En cuanto al protagonista, Errol Flyn, cumpliendo, no en su mejor estado físico, pero curiosamente este estado de "degradada" madurez acompaña bien al personaje y le dota de realismo y menos acartonamiento de lo que era habitual en el, nada grave que objetar; su compañero de aventuras, el actor Anthony Steel, ayuda sin duda con su papel y nos ofrece algunos diálogos cómicos con gracia.

Viajes, traiciones, historia de Amor y celos, todo enmarcado en un periodo de guerras monárquicas que ayuda a situarse en la narrativa y acaba ofreciendo un delicioso pastel, ligero y con las pretensiones justas, cine comercial de la época, que incluso, con su menos, todavía consigue atrapar y divertir. Pudo ser mejor, pero no hace falta.

Saludos

Clásico del cine con temática histórica en la que contemplar batallas y enfrentamientos por un trono, mientras hay espacio para enfrentamientos, aventuras y relaciones familiares conflictivas, con Errol Flyn, intentando solucionar la situación que atormenta a sus compañeros de batalla.
El señor de Ballantry, está bien y es entretenida, pero peca de estar demasiado contada y de no llegar a ofrecer grandes momentos épicos en el campo de batalla.
Los responsables de la película evitan muchas batallas, algo que posiblemente sea debido al presupuesto limitado y no consiguen dar la fluidez deseada en algunos momentos de la trama, haciendo que pueda resultar plomiza.
El señor Ballantry, queda como el clásico cine de aventuras con tronos y batallas de por medio, pero no llega a deslumbrar la corona.

Es increíble que un pedazo de obra literaria como es El señor de Balantree, de Stevenson, sea defenestrada y pisoteada de esta manera, especialmente, en su final, y, nadie haya hecho nada, en más de medio siglo, en demandar a quien haga falta.
Realmente denunciable es su final.... (SPOILER).