La corporación

Muchas ideas originales sobre un trasfondo crítico hacen de "La corporación" una película infrecuente en el cine argentino, con una historia que cruza el suspenso del thriller con ingredientes futuristas.

Felipe Mentor, un ejecutivo cincuentón (interpretado por Osmar Núñez) parece haber logrado con creces sus objetivos en la
vida, al ser dueño de una empresa en ascenso y un buen pasar económico, además de contar con una bella y joven esposa. Sin embargo dista de ser un tipo feliz y mucho menos agradable. Todo lo contrario, necesita controlar hasta el menor detalle de su entorno, desde el perfume que usa su secretaria, hasta la forma de vestirse de sus empleados. Ese rol de manipulador sobre la vida de los demás, también se repite en la vida privada con su esposa, que memoriza frases escritas por él mismo, para que ella se las diga en momentos de intimidad, cumpliendo con sus fantasías afectivas y sexuales.
Muy pronto sabremos que esta conducta inusual es producto de un oscuro contrato con una corporación dedicada a brindarles a las clases sociales altas un “servicio de relaciones sentimentales a la medida de sus deseos. Pero existen límites en las cláusulas de esos vínculos pagos, y esto originará el drama del protagonista, desmoronando su organizada vida.



La película gira en torno de una buena idea, aunque su ejecución es despareja: alterna hallazgos y obviedades. Por momentos, inquieta y genera suspenso; por otros, subraya alegorías sociales pero siempre deja la sensación de que podría haber sido más sutil, particularmente en la puesta en escena que oscila entre momentos altos y otros condicionados por un presupuesto insuficiente. En este punto tal vez se encuentre la clave de varios aciertos y deficiencias.
En lo formal, la fotografía juega con los contrastes entre el mundo ficticio y el real. Algunos giros inesperados funcionan; otros, no. La música incidental, que siempre quiere potenciar lo visual resulta invasiva y redundante, como también ciertas moralejas demasiado explícitas.

Básicamente resulta muy interesantes las inquietantes derivaciones acerca del poder, la dominación y el deseo, aunque el resultado final no alcanza a desplegar todas las posibilidades de esta historia que incursiona con suerte dispar en el drama romántico y familiar, el thriller negro y hasta en algunos elementos que coquetean con el cine fantástico y la ciencia ficción. Un film cuya trama funciona de metáfora: la aparente felicidad de una clase privilegiada con ingresos que le permiten acceder al cumplimiento de sus fantasías. Una iidea representada muy bien por momentos y en otros no. Altibajos que se comprenden en los estrechos márgenes económicos de una producción acotada por los elevados presupuestos de realizacion, que a veces no están a la altura de la fábula narrada. Los ribetes fantásticos y simbolicos de la historia funcionan por momentos mejor que otros como el juego de representaciones que ocurren sobre el escenario de un teatro privado, donde se reproducen escenas de la vida cotidiana para que los clientes de la corporacion puedan elegir hasta una esposa de acuerdo a sus gustos. "La corporación" ofrece una mirada al mundo banal que hace un culto de las apariencias, criticando las formas de manipulación que cosifican a las personas volviendolas un producto de consumo con un precio y contrato de por medio.