Viudas

El amigo Augusto se fue, y dejó un zafarrancho en su micromundo femenino: esposa, amante, doméstica y perra que lo extrañarán horrores. El problema es que -como suele suceder- la esposa no tenía idea de la existencia de la amante. No obstante esto Augusto tiene el tupé de pedirle a su legítima Elena en el último suspiro que le cuide a la pobrecita Adela. Se imaginan. En fin, tal vez el nudo de la historia no sea de lo más original que ha dado el cine, pero todo el resto sí lo es: el contexto, los personajes, las actuaciones y el desarrollo de los acontecimientos. Debo decir que es lo mejor que vi de este Director, que de hecho hizo películas nada desdeñables como "Anita" o "Elsa y Fred". Incluso creo que aquellos de paladar exigente que consideraron demasiado edulcoradas las anteriormente nombradas obras, tendrán que reconocer que acá hay una muy perceptible superación. En lo que a mí respecta, me saco el sombrero por la soberbia actuación de la Bertuccelli (Adela), la grandísima y conmovedora composición de Graciela Borges (Elena), la simpatía de Rita Cortese (su asistente y amiga) y dejo para el final el delicioso, bizarro y tragicómico papel que juega Martín Bossi como Justina, el travesti empleada doméstica de la casa del matrimonio, sede central donde transcurre la mayor parte de la historia. Y como si eso fuera poco señora, para frutilla del postre, como leit motiv sonoro hay una gran versión a cargo de Vicentico de "Paisaje" la balada de Franco Simone. Yo a esta película le veo destino -sino de grandes premios- al menos de grandes satisfacciones por igual para el público y la crítica.

El pasado jueves se estrenó en las salas de cine de mi ciudad la película argentina “Viudas”.

La película es entretenida sin ser desopilante. “Viudas” cuenta una historia común y corriente que se hace más interesante gracias a las actuaciones de sus dos actrices principales, aunque está claro que no va a pasar a la historia del cine. Quizás un espectador muy exigente puede reclamar que algunas subtramas no quedan resueltas, pero la mayoría quedará conforme.

Cabe resaltar, de todos modos, la banda sonora del largometraje, destacando la hermosa versión de Vicentico de la canción "Paisaje", de Franco Simone.

El director Marcos Carnevale logra imprimir a la historia el ritmo adecuado para mantener al espectador atento, profundizando en las interrelaciones entre las dos mujeres, y en la forma en que ambas viven el amor, la comprensión y el dolor.

La película es una buena opción para pasar un buen momento de entretenimiento, y quizás hasta los más analíticos puedan iniciar una reflexión sobre la complejidad de las relaciones humanas. No hay que pedirle más que eso a una película que tiende a ser pasatista e intrascendente. Eso sí: feministas empedernidas con un importante instinto asesino, abstenerse jajaja.

El puntaje para esta película es un 5 sobre 10. Aprobado menos.

Tener en el Staff a Graciela Borges y Valeria Bertuccelli es arrancar ganando desde el vamos.

Creo que el gran mérito del director no es tanto el guión (aunque todos los diálogos de Martín Bossi sean ideales) sino la elección de casting.
Y acá me voy a detener, porque en un escenario listo para que brillen dos grandes actrices, lo que menos se esperaba es que los aplausos se los llevaran los secundarios.

Tanto Rita Cortese como Martín Bossi, están óptimos. Ambos son los que en definitiva le ponen el color a un film que si bien no es para nada malo tampoco es ninguna maravilla.

El contraste entre los momentos sin diálogo y los que tienen diálogo es abismal.
La música quiza compensa un poco esta diferencia.

Viudas alterna momentos interesantes y otro no tanto, algunas veces derrapa y se vuelve a encarrilar.

Es que esta historia de la mujer casada durante 40 años que el día que muere su esposo descubre que tuvo una amante muchos años no es tan efectivo como sus pequeñas conversaciones.
Es que el efecto de la viuda y la amante/viuda intentando convivir por pedido del difunto no es tan intenso como las discusiones entre sus protagonistas.

Es que el film funciona más como varias situaciones límites que como un producto redondo.
Es que a veces, sin importar la historia en sí, uno espera que llegue el momento de la diferencia de opiniones para que al fin puedan brillar sus principales riquezas: sus actores (principalmente Bossi y Cortese).

Nota: 6,5

Las tremendas actuaciones, Borges, Bertucceli, Córtese, Bossi (toda una revelación y un acierto del casting) mas algún guiño del guión salvan a Viudas de marcos Carnevale que no logra evitar los lugares comunes, esos lugares donde el film cae en un pozo y del cual le cuesta salir, un film que se torna reiterativo (y en muchos pasajes aburrido, por sus escenas largas) y cae (casi todo el metraje) en sentimentalismo (en la mayoría de los casos) injustificado, si bien el tema del sentimentalismo Carnevale lo maneja a la perfección en otros film (Elsa y Fred, Anita) en Viudas no hace mas que cargarle un lastre a la película del cual no puede desprenderse en ningún momento.
El punto fuerte (como ya he dicho) son las actuaciones: Borges y Bertuccelli se destacan en un mano a mano imperdible, Rita Córtese es el encuadre perfecto y la frutilla del postre la pone Martín Bossi (transexual, mucama, paraguaya y el único personaje que parece entender por donde gira todo)
Viudas es un film que el espectador (al finalizar) tendrá la sensación de un gran film, pero no es mas que un puñado de buenas intensiones (con bastante sentimentalismos) excelentes actuaciones y algo del guión...
"son dos las caras de la luna son dos... el tiempo es un efecto fugaz"

Este film bien lo podríamos titular “Augusto y sus dos mujeres”, para hablarnos del amor compartido. Y es que cuando las dos mujeres se encuentran, bien cabe la reflexión de a quien amó más, el difunto Augusto. De todas formas, al margen de esta consideración moral, el film en clave de comedia negra, plantea la madurez de las almas en tiempos de infidelidad y muerte.

Su director Carnevale, nunca ajeno a su discurso y poética (“Anita”, “Elsa y Fred”), aplica con una Graciela Borges siempre llena de gracia y amor, con unos diálogos diáfanos para una mujer madura, en un roll de dama adulta.

Y es que ya lo expresa el escritor japonés Kawabata en algunos de sus libros como intertexto: La edad del hombre son los años de la mujer que ama” —entiéndase Esther (Rita Cortese) —. Y punto.