Haz click aquí para copiar la URL

De libros, amores y otros males

Drama En un pequeño pueblo de la Inglaterra de 1959, una joven mujer decide, en contra de la educada pero implacable oposición vecinal, abrir la primera librería que haya habido nunca en esa zona. (FILMAFFINITY)
1 2 3 4 5 10 20 >>
Críticas 100
Críticas ordenadas por utilidad
13 de noviembre de 2017
198 de 292 usuarios han encontrado esta crítica útil
Así lo sentí nada más salir de la sala de cine.

A priori, una película con elementos que me gustan: la temática, la ambientación, los actores y las actrices. Lamentablemente, bastan cinco minutos para que la decepción empiece a asomar la colita. Quieres pensar que no, que todo va a remontar según avance la trama y la relación entre los personajes se afiance, pero es un aspecto que nunca llega a producirse.

Desde mi punto de vista, la película fracasa en el montaje, en la dirección de actores, en la interpretación, en el guion y por un abuso constante de la voz en off. Todo ello da como resultado lo peor que puede ocurrir en el cine: que nada te emocione, que nada te conmueva.

El montaje se siente deslabazado sin que haya un sensación de conexión entres escenas y cambios de escena. La falta de ritmo es constante y la estupenda fotografía se queda en eso, en bellas estampas sin solución de continuidad. A esto se le suman las continuas, innecesarias e idénticas gesticulaciones faciales de Mortimer que utiliza en todo momento para toda clase de emociones a quien se le suma un James Lance sobreactuadísimo (el nihilista Mr Thorne) que produce extrañeza y sonrojo en cada escena por su aparatosidad gestual más que ser seña de personalidad. La niña, Honor Kneafsey, sientes en todo momento que está desaprovechada, al igual que Bill Nighy y Patricia Clarkson, dos estupendos profesionales. De los más secundarios y terciarios mejor no hablar.

Porque el guion también va a saltos en ese afán de soltar frases lapidarias. No funcionan en casi ninguna ocasión entre casi ningún personaje, y así poco se puede hacer. Al no tener un montaje adecuado ni un guion que defina personajes (además de la cargante voz en off), las interpretaciones fracasan, los sentimientos no llegan. Y el problema es que quieres emocionarte, empatizar, pero es imposible. No entiendes por qué adjudican a la protagonista el adjetivo "coraje" (tienes que adivinar que simplemente por el hecho de abrir una tienda y no hacer caso de la rica del pueblo que está acostumbrada a hacer lo que le viene en gana ya es muy valiente, aunque no haga nada más y luego el coraje brille por su ausencia cuando tiene que luchar de verdad), por qué la mala es tan mala (sí, hace lo que quiere... pero para abrir un centro cultural, carajo, que no va a abrir una tienda de ropa. Además, apenas aparece en la película), por qué se llevan tan bien Nighy y Mortimer hasta el punto del enamoramiento si la relación no está construida bajo ese prisma.

Termina la película de una forma incendiaria pero la apatía se ha instalado en mí y ya ni siquiera ese último gesto de resistencia llega al corazón, porque de nuevo ahí está esa voz en off que te dice lo que tienes que sentir, la moraleja.

Resoplas, te pones la chaqueta, sales del cine y sientes tanto, tanto, tanto que la película no te haya gustado...
Áralan
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
12 de noviembre de 2017
84 de 123 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizás la novela de la británica Penelope Fitzgerald (1916-2000) – publicada en 1978 – tenga un encanto y un aroma que la directora y guionista Isabel Coixet no ha sabido trasladar en su adaptación: no por falta de empeño, porque se nota que la ha hilvanado con amor y esmero, pero todo huele a rancio, la acción resulta morosa, los personajes apenas se deslindan del cartón piedra, las emociones parecen impostadas, la minuciosa recreación de los años cincuenta carece de vida, vigor y fuerza, la afición por los libros deviene en un axioma irrefutable, casi un acto de fe… Es decir, todo el mimo y dinero invertido en llevar a la gran pantalla esta historia melancólica, impregnada de nostalgia libresca, destaca por su estilizada pulcritud, pero adolece de alma, de tensión, de veracidad.

Es triste escribir un comentario sobre una cinta que a todas luces nace fruto de la pasión por la literatura, por el entusiasmo por la letra impresa, por la importancia simbólica que cobra una librería como expresión de un mundo que se está desmoronando a nuestro paso, donde la cultura parece que no tiene razón de ser y su vigencia se cuestiona a cada paso. Pero cuando tan buenas y loables intenciones no consiguen emocionarnos, ni convencernos, ni subyugarnos, no cabe sino preguntarse a qué puede deberse este craso error. Y no queda sino apuntar a su máxima perpetradora: Isabel Coixet, que dice haber albergado desde hace décadas el sueño de adaptar la novela original desde que cayó en sus ávidas manos de lectora. Compartir – como comparto – el amor por los libros, no basta para pergeñar una obra de valía, ni tan siquiera una obra relevante, cuando se yerra en lo fundamental: todo resuena a superchería, un cansino ejercicio de estilo repleto de artificio y falsificación.

Los actores británicos suelen ser capaces de dotar de vida hasta a los personajes más mustios, pero aquí se estrellan contra un muro insalvable de acartonamiento. Ni Emily Mortimer resulta una viuda creíble en su obcecada y laboriosa fragilidad, ni Bill Nighy puede salvar los papeles desde su atalaya claustral. Deambulan perdidos e indolentes, recitando frases lapidarias carentes de enjundia y sentido. James Lance sucumbe ante su cargante y engolada representación de odioso petimetre y ni siquiera la estupenda (norteamericana) Patricia Clarkson puede salvar los muebles como una pérfida contrincante, ya que su motivación es ficticia y carece de fundamento.

He enumerado muchos rasgos negativos y para ser del todo justos habría también que señalar que se deja ver con cierta simpatía y benevolencia por tu tono de fábula atemporal que adopta. Y el cierre, apenas unos segundos del lánguido metraje, es soberbio, aunque ya extemporáneo.
antonalva
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5 de noviembre de 2017
46 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Librería fue la película encargada de inaugurar La Seminci 2017. Esta coproducción entre España, Reino Unido y Alemania, dirigida por Isabel Coixet está formada por un elenco de lujo encabezado por la actriz inglesa Emily Mortimer (“La invención de Hugo”, “Shutter Island”, “Match Point”, “The Newsroom”), la nominada al Oscar y Globo de Oro, Patricia Clarkson (“Elegy” y “Aprendiendo a conducir”) y Bill Nighy (“Love Actually”, “Su mejor historia“), ganador de un Globo de Oro y dos premios BAFTA completan el reparto principal. La historia de una mujer que lucha por hacer realidad su sueño de montar una librería está basada en la novela homónima de Penelope Fitzgerald.

La Librería hace un hermoso homenaje a la literatura, los libros y la lectura, en donde Isabel Coixet nos relata la osadía de Florence Green, una mujer que tiene un pequeño sueño por cumplir: abrir una librería para convertirla en un lugar de encuentros, recrear ese lugar donde fue feliz y descubrió el amor, volver a tener ilusiones, y contar con el reconocimiento de la clase pudiente de un pequeño pueblo.

El logro de ese sueño por parte de Florence Green no será tarea fácil, porque se tendrá que enfrentar a una sociedad poderosa, manipuladora y egoísta, encarnada en un pequeño pueblo de Inglaterra. Sin embargo, no estará sola en la aventura porque su pequeña ayudante, Christine (Honor Kneafsey), y un huraño personaje, el señor Brundish, magníficamente interpretado por Bill Nighy, están de su parte.

Sobre este aspecto, Isabel Coixet en la rueda de prensa para presentar la película, manifiesta que la historia de un pequeño sueño de una mujer que quiere poner una librería en un lugar donde no hay ninguna, sirva al menos para que “mucha gente que no lee, igual ven la película y deciden leer, y ya sería un triunfo…. pero bueno de momento que vayan al cine y que luego compren la novela.” Coixet deja claro su fascinación por la novela de Penelope Fitzgerald en la que está basada la película, así como su pasión por la lectura, al igual que Florence, la protagonista de La Librería.

La Librería es una maravillosa película sobre la mezquindad existente en la sociedad actual o en palabras de la propia directora “de una sociedad que distingue entre exterminados y exterminadores”. A pesar de ser una adaptación literaria, el personaje principal interpretado por Emily Mortimer es muy característico en la filmografía de Isabel Coixet: una mujer fuerte y con coraje que lucha contra las hostilidades de su entorno. Este es uno de los grandes atractivos de La Librería, un personaje femenino, Florence Green, que tendrá que hacer frente a la adversidad de un sistema represivo e ignorante, encabezado por una veleidosa y fútil, Violet Gamart (Patricia Clarkson) que no concede ningún espacio para la cultura y, además, la cuestiona simplemente por su condición de mujer reivindicativa.

Isabel Coixet cuenta con un elenco de actores de lujo. A destacar la soberbia actuación contenida de Bill Nighy a lo largo de todo el metraje, en el que su personaje establece una intensa historia de amor con la frágil Florence donde se insinúa más de lo que se muestra. Aquí reside otro de los alicientes de La Librería, contemplar la excelente química entre Bill Nighy y Emily Mortimer. Y por último, a destacar los numerosos guiños literarios que aparecen a lo largo del film, como las escandalosas y ruidosas novelas que conmocionaron a la sociedad de los años 50, Fahrenheit 451 o Lolita, las cuales serán utilizadas por Florence Green para atraer a lectores a su librería.

No fue fácil convencer a los que ponían el dinero para realizar La Librería, nos cuenta Coixet, porque muchos de los peros estaban relacionadas con que se trata de un final meláncolico, además de estar basada en una intensa historia de amor, poco comercial, debido a que es una relación llena de contención y poco o nada evidente. Sin embargo, los productores que siempre estuvieron al lado de Isabel, apoyaron su “cabezonería” y consiguió que el final de la película fuera más dulce que el de la novela porque “este es mi nivel de la historia de amor”, puntualiza Coixet,” yo no quiero que el personaje de Bill y Emily se acuesten en la librería porque considero que su relación es mucho más intensa cuando imaginemos más y veamos menos.” La directora ha suavizado el final de la película, mucho más duro en el libro, utilizando una fórmula muy común en ella de dar algo de esperanza y optimismo a la vida.

Una interesante película, maravillosamente fotografiada con hermosos paisajes, de bella factura que nos recuerda a viejos clásicos de los años cincuenta. Una bonita historia que envuelve un sugerente mensaje de reivindicación feminista con cierto trasfondo social, además de una seductora invitación al placer de la lectura.
Eduargil
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
22 de octubre de 2017
35 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una nueva edición de la Seminci ha arrancado y vuelvo a sentirme afortunado por poder contaros todo lo que sucede desde dentro. Lo cierto es que puedo encontrar pocas películas mejores que ‘La librería’ (The Bookshop) para arrancar el certamen puesto que la nueva película de Isabel Coixet tiene todos los elementos necesarios para que guste al espectador del festival… y, no teman, al público en general.

Nos trasladamos a finales de los años 50, a un pequeño pueblecito de Inglaterra en donde una mujer viuda quiere abrir una librería, encontrándose con la oposición de una de las señoras mejor posicionadas, interpretada por una gélida Patricia Clarkson. Cruel y casi sin alma, no parará hasta lograr sus planes.

Emily Mortimer da vida a la protagonista, a la que podríamos definir como una buena persona, con mucho coraje y en busca de su sueño, que por el camino encontrará un buen aliado en el huraño y solitario personaje al que da vida el siempre solvente Bill Nighy.

No me equivoco si definimos ‘La librería’ como un canto por la lectura y el coraje, adaptando la novela de Penelope Fitzgerald. Es la lucha de una mujer por conseguir su sueño contra viento y marea, pero que se ve superada ante las adversidades y el poder. Por un momento, da la impresión de que el film va a escoger el derrotero más triste. Menos mal que regala al espectador un final que engloba y une muy bien todos los puntos de la historia (incluida la voz en off final). Coixet logra una película que, en mi opinión, mejora respecto a sus últimos trabajos.

Es decir, no se la pierdan.

Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com/
Hickeystyle
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 de noviembre de 2017
28 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
El principio parecía predecir un juego de dicotomías convencional: el espíritu emprendedor frente a la resistencia de lo establecido, la bondad del débil amenazada por la maldad del poderoso, el valor de alguien que quiere ser libre versus la mezquina cobardía de los acomodados. Ese es el sentido inicial de la historia, pero la sensibilidad de su directora la lleva mucho más lejos, y Coixet y su fabuloso reparto logran un película llena de matices, sorpresas y emoción.
En un pueblo costero de Inglaterra Mrs. Green, una joven viuda, tímida pero decidida (espléndida Emily Mortimer) decide poner una librería, en contra de los manejos de la gran señora de la sociedad local (Patricia Clarkson) y de su corte de pelotilleros. El magnífico Bill Nighy interpreta a un viudo a quien la librería de Mrs. Green devuelve algo parecido a la ilusión. Vive en su gran casa de campo cultivando un aislamiento total y dedicado solo a la lectura. Todo en él es contención y elegancia; nada es obvio. Con trazos finísimos el guión y la interpretación de Nighy construyen un personaje que es al tiempo reprimido y exuberante, expresivo y sugerente, tímido y violento. Ellos dos son el corazón de la película.
Contra viento y marea, Mrs. Green avanza en su proyecto, con la sola ayuda de una niña sabihonda llena de encanto y de su nuevo amigo, a quien introduce en la literatura de Bradbury y Nabokov. Lolita entra en la vida del pueblo y la librería es un sueño hecho realidad, pero el mal no descansa, y su supervivencia está amenazada. Suceden acontecimientos dramáticos que son tratados con delicadeza y creatividad. La historia desemboca en un final redondo, inesperado, tremendo.
Estamos ante una historia de soledades que se encuentran, de alegrías incipientes, de tímidas segundas oportunidades; una historia con un hondo sentido moral, en la que cada gesto es sutil, bello y emocionante. Los secundarios son de una expresividad asombrosa y hay un cuidado exquisito en los decorados, el vestuario, los paisajes; Coixet nos sorprende con caras que hablan a la cámara, con destellos de humor y con una crítica social resuelta de forma nada obvia, encarnada en seres reales que convencen, no en planteamientos rutinarios de lo políticamente correcto. Por eso enseguida la trama está muy lejos de ese relato previsible que temíamos al principio y la película es una delicia.
aldaraviendoleyendoblogspot
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 4 5 10 20 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow