Tras 15 años en prisión, Wayland regresa a su ciudad natal y se reencuentra con su antigua novia del colegio, que ahora es una madre soltera que lucha por sacar adelante a sus tres hijos. Con el paso del tiempo, él acaba convirtiéndose en una figura paterna para la familia, mientras ella mantiene vivo su sueño de vivir en Los Ángeles.