Porque aunque cada uno por separado ha hecho alguna cosa que pueda alabarse, últimamente su cuesta abajo es pronunciada e inexorable. La historia de casa invadida y familia atrapada está más sobada que el pie de San Pedro en el Vaticano, y los giros pretendidamente audaces de la trama son previsibles como que va a haber anuncio de El Almendro a casa por Navidad.
Hacia el final, me importó cero lo que les ocurriera a los personajes "buenos" de la historia, o acaso que en un alarde de originalidad la cosa no fuera por donde el hastío indicaba. Pero no, mediocridad absoluta. Espero que a ambas ex estrellas rutilantes les haya servido para incrementar el número de castores a él, a ella el número de visitas a los doctores milagro.
Nota: 3,15.