Gracias al deseo expreso del hombre y el apoyo de su cónyuge de alejarse del caos de la ciudad de Lima, Mario (Julio Alemán), su esposa Delba (Sandra Riva) y Rómulo (Raúl Martin) el hijo de ambos, viven en las selvas de la región de Tingo María en Perú, donde están colonizando la zona y tienen su propia chacra, viven rodeados de naturaleza, de la llamada: muralla verde.

Basada en una novela del poeta Omar Aramayo, con guion de Juan Cuadros, fue uno de los filmes trascendentes en la historia del cine peruano, realizado por Robles Godoy el primer cineasta que alcanzó (él y sus filmes) reconocimiento internacional para este país andino. La muralla verde es una intensa obra, un drama familiar pero que además se enfoca en una lucha de clases y contra la burocracia.

El largometraje está construido en base a múltiples flashback, especialmente enfocado en la incesante lucha de Mario para que le dieran el terreno en medio de la selva virgen para irse. En este punto, Robles Godoy -quien también fue director de fotografía- hace un trabajo esplendido mostrando los enormes edificios ministeriales frente a la pequeñez del individuo y el misterio ascético de ellos.

Por la forma en como está representado, son constantes los idas y venidas entre la ciudad y la selva, de ahí que el contraste está muy bien mostrado, la ya mencionada muralla verde frente a las murallas de cemento de estos edificios. Así mismo, la caracterización dentro de la selva, los caminos, la choza en la que viven y los distintos elementos que la componen están muy bien conseguidos.

La copia que observé no le hace mérito absoluto a la obra, en especial el audio, ya que es muy evidente el doblaje en estudio, parte de la austeridad que es propia de la gran mayoría el cine de la región. Con todo y eso, la fuerza del relato supera con creces todas estas dificultades técnicas. Notable filme.