En una época en la que es mucho más fácil viralizar una crítica destructiva que una constructiva estoy viendo soltar mucha bilis contra el reinicio de la obra de Tolkien. No voy a comentar nada sobre la existencia de elfos negros porque, creo que cualquier comentario al respecto en un mundo inventado es absolutamente innecesario y, sinceramente, si te saca de la serie un detalle así, es mejor que te replantees tus puntos de vista.

A ver, no es que ‘Los anillos de poder’ haya sido, en su primera temporada, una obra maestra a la altura de las películas de Peter Jackson, claro que no. Hay cosas que pulir, maquillar y dejar muchas de las tramas crecer porque, si es así, os daréis cuenta del maravilloso final de temporada que hemos tenido y donde sus showrunners han mostrado las bazas con las que querían trabajar.

Querían darnos más de una sorpresa en una historia que conocemos de sobra según vayamos avanzando. Y, lo cierto, es que han funcionado. Principalmente toda la trama que involucra a esta nueva versión de Galadriel, atrevida y guerrera y anclaje para que me interese todo lo suficiente. Hay tramas mejor llevadas que otras, pero ahí estaba Galadriel para elevar el listón. Han sabido crear un personaje referente y reconocido para el gran público.

A partir de aquí, paciencia y esperar. Roma no se construyó en un día. Es una serie que augura muchas, muchas temporadas partiendo de donde parte. Si queréis ver a Frodo y compañía, rescatad la imprescindible obra de Jackson. Sed abiertos de mente por favor, echadle un ojo y disfrutadla.

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