Después de haber sufrido "Annie Hall", de Woody Allen, y su histérica desorientación perpétua, no se imaginan el placer que me produce encontrarme con una película de la mísma época que se rie (y de qué manera...) del psicoanális.

Comedia estupenda con altas dosis de crítica al poder establecido, a la pena de muerte, a la manipulación de las masas... Ni que sea por el director y los intérpretes, ya es imprescindible verla.

Lo ves Woody, había gente que llevaba mejor el resacón que os ganásteis en los sesenta.