Maravillosa cinta donde Robert De Niro nos regala una historia magistralmente retratada sobre la infancia, la madurez, el honor, la honestidad (que no es lo mismo), los ejemplos a seguir en la vida, etc.
Realmente no hay mucho que añadir. Las actuaciones son soberbias -incluso De Niro, en un papel casi pequeño, lo hace grande con pocas apariciones-, y Palminteri pinta un gangster con tantos matices que uno casi termina queriéndolo. Los diálogos también son ampliamente rescatables, sobre todo el duelo dialéctico que -a través del joven- ofrecen De Niro y Palminteri para inculcarle su propia forma de vida.
La música -principalmente el blues y el soul de los '50 a los '70-, es de colección, un verdadero halago para los oídos.
Grandes verdades sobre la vida se desgranan en este filme, que además de mantenernos pegados al tele durante sus dos horas, nos deja grandes reflexiones.
Conexiones: cualquier película de Scorsese, ya que tanto él como De Niro están cortados por el mismo patrón.