Me parece importante no devaluar éste acongojante film ninguneándolo frente a la "La semilla del diablo" (por cierto "excelente" forma de desvelar la trama; espero que al genio que tradujo Rosemary's Baby le saliese un herpes labial, cuanto menos) Ambas comparten la atmósfera claustrofóbica y paranoica en un vecindario, pero no la profundidad existencial del argumento.

Ninguna película me ha hecho plantearme mi propia vida como "El quimérico inquilino": el concepto de lo que realmente somos, el encasillamiento, anonimidad y fagocitación en el que nos sumerge la sociedad, usurpando nuestro verdadero yo (si es que existe), el miedo a perder la identidad, la paranoia inherente al mundo actual... son muchos los factores que hacen de este film mucho más que una simple cinta de terror; es la primera ocasión en la que estuve tentado de salirme del cine, y no precisamente por falta de calidad...