He estado leyendo todas las críticas sobre ésta película y la verdad que coincido con todas. Me parece una película encantadora, simpática y con una moraleja para los niños y los que no son tan niños. O sea, una película completa, te divierte y a la vez te enseña.

Hacía tiempo que no la veía desde pequeño y tengo que roconocer que con veintisiete años que tengo le he sacado más jugo y me ha gustado más de lo que recordaba de pequeño. Me ha transportado a mi niñez, esos años ochenta, que creo que van a ser irrepetibles, los mejores que un niño puede tener. Me refiero a que ya no hacen este tipo de películas, series, dibujos, etc, para niños. Tan llenos de vida y respetando a los demás. Tuvimos otra educación, más sana. Supongo que son modas, era otra época y tuvimos la suerte de vivirla, por lo que es difícil que se repita.

La película muy lograda, realmente te transporta a ese mundo imaginario que Sarah ( Jennifer Connelly ) se imagina, para evadirse del mundo real, "el mundo adulto". Con gran cantidad de personajes, cada cual más dispar, pero todos tienen algo en común, son simpáticos y entrañables.

La jovencísima Jennifer Connelly está espectácular, hace muy buen papel, demuestra que tiene dotes para la actuación, le dá calidad a la película. Y sin olvidar su gran belleza y dulzura que demuestra no sólo en ésta, sino en muchas de sus películas de ahora.

El rey Jareth ( David Bowie ) creo que no habría otro mejor para interpretarlo. Esos aires tan extravagantes y ambigüos pegan con la frase de "nunca las cosas son lo que parecen". Sus canciones a modo de vidioclips tan ochenteras como la película, le dan ese sello de identidad.

Y los personajes secundarios, el enano gruñon pero con buen corazón. El zorro valiente y noble. Y el gran monstruo que en el fondo no es tan monstruo como parece. Casi sería ir describiendo los valores que te quieren transmitir, como son la amistad y la confianza en uno mismo y en los demás.

Bastante recomendable para todos los públicos y sobre todo para los nostálgicos como yo.