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Voto de VíctorVirgos:
10
Voto de VíctorVirgos:
10
7.0
7,530
Serie de TV. Drama. Terror
Serie de TV (2012-2015). 2 Temporadas. 16 Episodios. En Annecy, un idílico pueblo de los Alpes, empiezan a aparecer de un día para otro personas que fallecieron años atrás; gente de diferentes edades y clases sociales, todos ellos desorientados, que intentan entrar en sus antiguas casas. Estos retornados no son conscientes de su muerte y por eso no entienden el terror, el rechazo o la alegría que provocan en unos familiares que ya ... [+]
3 de junio de 2014
3 de junio de 2014
5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Series y películas sobres resucitados, muertos vivientes, zombies, seres extraños e inclasificables las hay por doquier. Por ello, es como poco laudatorio cuando uno de estos productos trillados invoca en nosotros el encomio y la algarabía de la emoción ante una novedad que ha logrado sobrevivir al escollo del aburrimiento y el “deja-vu”.
Este es el caso de la fabulosa serie francesa “Les Revenants”. Con un ambiente de lo más inquietante, una cabecera siniestra, donde animales y enseres de la más dispar naturaleza subyacen bajo el agua, “Les Revenants” cautiva desde el primer segundo.
Uno ya se imagina, en ese preámbulo previo al inicio del capítulo, toda suerte de misterios de abstrusa exégesis. Y no desmerecen ni falsean lo pronosticado. Tiene elementos de sobra para mantenernos pegados a la butaca, como si fuésemos ya parte del tejido vetusto que la recubre. ¿Qué diantres está pasando con esa presa, que pierde caudal de agua día a día?
La serie arranca de la manera más inocente con una cotidiana excursión escolar. El autobús acaba despeñándose por un barranco y a partir de ahí, ya nada volverá a ser como antes.
Comienzan a “germinar” los “resucitados”, esos escolares infaustos, que regresan a casa muchos años después, aunque para ellos la concepción del tiempo es bien distinta y en su recuerdo, claramente deformado, acaban de marcharse y retornan tan panchos…
Estos especímenes inclasificables no supuran vísceras ni bilis, no hablan como si en el esófago tuvieran incrustada una radio averiada, no apestan a muerte ni caminan patizambos. Aparentemente están vivitos y coleando, en plena forma, salvo por dos detalles que atormentan al más pintado: no duermen nunca y tienen un hambre canina insaciable.
Los personajes están sobresalientes, mayúsculos. Excelentes interpretaciones, personajes verosímiles, gente corriente de la calle que enfatiza el matiz de la cercanía con el espectador.
“Les Revenants” está totalmente desprendida de los arquetipos norteamericanos de atrocidad, vísceras chorreando, sangre a mansalva. Su acicate principal es el clima de tensión inherente que envuelve cada capítulo como un sudario: misterio, emoción, intriga…
Quizá concite todos esos ingredientes un extraño niño solitario que lo único que hace es quedarse mirando a su “madre postiza” y comer de manera impenitente. Sin parafernalias ni efectos especiales, Simón, Adele, Víctor, Camille forman un ramillete protagonista de merecidísima preconización.
Es bastante aterrador ese túnel subterráneo recurrente, lóbrego, sórdido, donde se producen constantes ataques a mujeres imprudentes que lo cruzan a altas horas de la madrugada. El desenlace fatal, nada más verlo, ya tiene adosada a la grupa una banda sonora luctuosa.
VÍCTOR VIRGÓS. ESCRITOR. WWW-EL-HOTEL-DE-LAS-ALMAS-PERDIDAS.BLOGSPOT.COM
Este es el caso de la fabulosa serie francesa “Les Revenants”. Con un ambiente de lo más inquietante, una cabecera siniestra, donde animales y enseres de la más dispar naturaleza subyacen bajo el agua, “Les Revenants” cautiva desde el primer segundo.
Uno ya se imagina, en ese preámbulo previo al inicio del capítulo, toda suerte de misterios de abstrusa exégesis. Y no desmerecen ni falsean lo pronosticado. Tiene elementos de sobra para mantenernos pegados a la butaca, como si fuésemos ya parte del tejido vetusto que la recubre. ¿Qué diantres está pasando con esa presa, que pierde caudal de agua día a día?
La serie arranca de la manera más inocente con una cotidiana excursión escolar. El autobús acaba despeñándose por un barranco y a partir de ahí, ya nada volverá a ser como antes.
Comienzan a “germinar” los “resucitados”, esos escolares infaustos, que regresan a casa muchos años después, aunque para ellos la concepción del tiempo es bien distinta y en su recuerdo, claramente deformado, acaban de marcharse y retornan tan panchos…
Estos especímenes inclasificables no supuran vísceras ni bilis, no hablan como si en el esófago tuvieran incrustada una radio averiada, no apestan a muerte ni caminan patizambos. Aparentemente están vivitos y coleando, en plena forma, salvo por dos detalles que atormentan al más pintado: no duermen nunca y tienen un hambre canina insaciable.
Los personajes están sobresalientes, mayúsculos. Excelentes interpretaciones, personajes verosímiles, gente corriente de la calle que enfatiza el matiz de la cercanía con el espectador.
“Les Revenants” está totalmente desprendida de los arquetipos norteamericanos de atrocidad, vísceras chorreando, sangre a mansalva. Su acicate principal es el clima de tensión inherente que envuelve cada capítulo como un sudario: misterio, emoción, intriga…
Quizá concite todos esos ingredientes un extraño niño solitario que lo único que hace es quedarse mirando a su “madre postiza” y comer de manera impenitente. Sin parafernalias ni efectos especiales, Simón, Adele, Víctor, Camille forman un ramillete protagonista de merecidísima preconización.
Es bastante aterrador ese túnel subterráneo recurrente, lóbrego, sórdido, donde se producen constantes ataques a mujeres imprudentes que lo cruzan a altas horas de la madrugada. El desenlace fatal, nada más verlo, ya tiene adosada a la grupa una banda sonora luctuosa.
VÍCTOR VIRGÓS. ESCRITOR. WWW-EL-HOTEL-DE-LAS-ALMAS-PERDIDAS.BLOGSPOT.COM