Todo parecía apuntar a una de esas películas de ficción. Un buen coctel de personajes de nuestra literatura fantástica unidos como los X-Men en pos de la humanidad, o mejor dicho de Gran Bretaña, pero ello acabó en un prtencioso producto donde Tom Sawyer es el simpatizante de una manada de engendros voluntariosos con buenos sentimientos liderados por un Sean Connery lider. Decepcionante. Por cierto el conductor del Taxi (submarino en este caso) es un Nemo que parece salido de las Mil y Una Noches. La producción de la película tuvo que enfrentarse a las serias discrepancias que surgieron entre Sean Connery y el director.