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Chile Chile · Santiago
Voto de Lawrence:
6
Romance. Drama Nick y Meg, una pareja de maduros profesores británicos con los hijos ya independizados, deciden regresar a la romántica París muchos años después de su luna de miel, con motivo de su trigésimo aniversario, para intentar revitalizar su matrimonio. (FILMAFFINITY)
8 de mayo de 2021
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¿Cuántas películas hemos visto ambientadas en París teñidas de romanticismo y protagonizadas por una pareja que encuentra o recupera el amor en su sofisticado e inconfundible entorno? Decenas, sin duda, y a pesar de eso aún es posible contar una nueva historia con esas características, que logre cautivar o conectar con el público aunque en teoría no ofrezca nada nuevo, incluso por sobre los clichés y lugares comunes. En buena medida eso pasa con este largometraje, en el que Nick y Meg, un maduro matrimonio británico algo venido a menos, viajan por unos días a la Ciudad Luz buscando recuperar algo de la magia de la luna de miel que vivieran hace mucho tiempo en la capital francesa. Pero una vez allí no todo será tan ideal como esperaban, y al tiempo que intentan darse diversos gustos y disfrutar algunos lujos, deberán enfrentarse con sus propios temores, dudas, inseguridades y resentimientos.

Así planteado, el argumento podría dar para un clásico drama existencial de esos que abundan en el cine galo, pero lo que hace más atractivo a este "Un fin de semana en París" es cómo su director, Roger Michell, despliega toques de humor a lo largo de la historia; mal que mal, en su filmografía iniciada hace ya más de dos décadas, el realizador podrá tener como crédito más popular la recordada comedia romántica "Un lugar llamado Notting Hill", pero en sus filmes han primado mayormente los elementos dramáticos. En rigor, los afilados diálogos y el tono agridulce e irónico -por momentos incluso amargo y desencantado- de este trabajo se emparenta mejor con la subvalorada "Venus", donde Michell ya exploraba los altibajos de la tercera edad y aprovechó al máximo a un memorable y septuagenario Peter O'Toole. Tal vez no es casual que en ambos casos el guión fuera escrito por el reconocido escritor inglés Hanif Kureishi.

La habilidad del cineasta como director de actores vuelve a quedar de manifiesto en este retrato otoñal de una pareja en crisis, que no es complaciente y no teme explorar lo íntimo; sobre todo porque deja su relato prácticamente por completo en manos de dos intérpretes tan talentosos y comprometidos como la escocesa Lindsay Duncan -a quien hemos visto habitualmente en roles secundarios, como por ejemplo la implacable crítica teatral de "Birdman"- y el siempre sólido Jim Broadbent, figura ineludible en el cine británico de las últimas décadas y quien ganó la Concha de Plata en el Festival de San Sebastián por su sensible y humana encarnación de este rol.

Puede que este largometraje no sea apto para espectadores impacientes -sobre todo al comienzo, se toma su tiempo y hay que saber adaptarse a su ritmo reposado- y a ratos parezca perder el rumbo, pero a cambio da sus recompensas y regala detalles y pequeños momentos que se agradecen. Y con mayor razón si además el marco visual es la cara más amable de esa maravillosa ciudad que es París.
Lawrence
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