No tenía nada mejor qué hacer y me decidí a ver esta película, que resultó ser una agradable sorpresa. Sí, sé que el argumento suena más a fantasmada que otra cosa (los grupos ecoterroristas no son nada nuevo en la vida, sin embargo nunca han sido tan poderosos, ni hablar de la compañía de seguridad privada, tan secreta como inaccesible, ¡y que tiene su sede a la vista de todo el mundo!), no obstante, Zat Batmangli, el director, es lo suficientemente competente como para que pasemos eso por alto y nos centremos más en la organización conocida como The East, lo que hacen, y sobre todo, por qué lo hacen, a través de los ojos de Sarah, la espía que es la protagonista. Incluso logra que sintamos simpatía por ellos. A pesar de la correcta actuación de Brit Marling y Alexander Skarsgard, los que más destacan son Toby Kebell y Ellen Page.
Necesaria más que nunca en estos tiempos, para no olvidar que el poder en las manos incorrectas es terrible, la inacción lo es más, pero no toda "revolución" es válida.