Genial montaje para un film absolutamente entretenido, con unas excelentes actuaciones y una banda sonora que quita el hipo.

A pesar de lo que pueda aparentar, es un film con historias encadenadas y bien llevadas, sin perder el ritmo en ningún momento, todo esto acompañado de un humor negro y una BSO atractiva a la par que oportuna.

Sorprende gratamente, al no caer en el típico film de matanzas adolescentes.

11:14 - Destino Fatal 2003

Peli de esas que al principio no la pillas pero lluego todo cuadra.
Con un humor negro simpatico, actuaciones correctas aunque no sorprendentes.
Me gustó luego el desenlace rollo todo liado.
Muy entretenida, la recomiendo.
Mi nota: 6

Cuando consideramos lo que ocurre a nuestro alrededor solemos ver únicamente aquello que nos afecta a cada uno, pero en realidad cada acto, forma parte de un todo. Así, una sencilla decisión nuestra puede desarrollarse como una cadena de acciones que desemboquen en una catástrofe mucho peor de la que podríamos imaginar.
Estamos frente al trabajo de Greg Marcks, guionista y director de esta película, montada de forma poco habitual. Su construcción nos ofrece una selección de historias que se interrelacionan conformando otra más grande, con personajes y hechos comunes. Ofreciéndonos en detalle las vivencias de cada uno de los personajes que deben enfrentarse a coyunturas potencialmente comprometidas. Llevándoles a intentar tapar estas con acciones aun peores que enmarañan y suelen empeorar la situación. La descripción del lugar y los diálogos tienden a ser más realistas de lo habitual, aunque tal vez los personajes son demasiado grises y descorazonados. Evitando ofrecer ninguna esperanza o personalidad alegre en toda la cinta. A este realismo también ayuda no encasillar la cinta en un género. Aquí encontraremos drama, thriller, humor todos correctamente mezclados. A la historia le pierde el valorar de manera tan elevada el conformar, el enlazar todas las pequeñas historias en una que encaje correctamente. Haciendo esto la película comete el error de dejar cabos sueltos, renunciando aclarar lo sucedido a cada personaje.
La película avanza muy rápido, todo es necesario para poder comprender el conjunto. En realidad se planifica todo evitando añadir nada superfluo, pero aun contando tantas cosas sientes que están vacías de trascendencia. Porque no tener referencias de hacia donde se dirige la cinta no ayuda a interesarnos por su desarrollo. Añade a eso tanto personaje no central que tiene poco más que sus diez minutos de gloria y tendrás un carrusel de actores cada uno con su estilo personal que convierten la película en irregular.
Podemos comparar esta cinta a otras que tienen una estructura similar. Memento resulta una obra menos previsible, pero sobre todo con más tensión y mejor ambiente. En el punto de mira contiene mucha más acción trepidante y está mejor producida.
Dependiendo que busques la película puede resultar interesante. Si buscas una representación de las miserias de una sociedad a través de personas normales con una muy mala suerte esta es una buena elección. Pero no esperes quedar intrigado o maravillado a cada instante porque todo lo contado aquí lo has visto en otras producciones antes.

Se agradece este breve -una hora y veintidós minutos- divertimento argumental en el que sucesivas historias, obra coral, confluyen en explicar el macabro suceso con que se inicia la película. Así pues, la destrucción de la linealidad del tiempo narrativo y el interés por el descubrimiento de la verdad son dos de los tres alicientes de la obra.

El primer elemento sitúa el interés en el ajuste de las piezas del puzzle narrativo, objetivo que se alcanza aplacando así al neurótico amante de la perfección matemática que llevamos dentro.

El segundo elemento encasilla la película dentro del género posmoderno neo-noir, con personajes turbios y pecados y crímenes perpetrados en la oscuridad, y donde el investigador del crimen es la misma técnica narrativa, como si un detectivesco demonio omnisciente, amo del tiempo y entretenido en verificar la inevitable proclividad del ser humano al mal, se hubiera enfrascado en componer la causalidad de la aparente casualidad. Me admitirán que este infernal punto de vista es el tercer aliciente de la película.

Salir airoso de la dificultad inherente a la complejidad de la narración nos garantiza un satisfactorio apartado técnico. Los actores también cumplen. Un ejercicio de virtuosismo interesante.