Prisioneros
7.6
64,684
Thriller. Drama
Keller Dover se enfrenta a la peor de las pesadillas: Anna, su hija de seis años, ha desaparecido con su amiga Joy y, a medida que pasa el tiempo, el pánico lo va dominando. Desesperado, decide ocuparse personalmente del asunto. Pero, ¿hasta dónde está dispuesto a llegar para averiguar el paradero de su hija?
29 de octubre de 2013
29 de octubre de 2013
12 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Algo Sobrevalorada, puntos buenos y malos; pero entretiene."
Creo que muchos pensaran lo mismo de este título, la película entretiene, esa es la misión, y lo hace. La primera hora es muy intensa, tanto así, que sientes algo en el pecho durante esa primera hora, te identificas y te pones en la situación del personaje de Hugh Jackman, que de paso, no lo hace nada mal, por momentos, él con barba y alcoholizado, golpeando y rompiendo un lavadero a martillazos me hizo recordar a la brutalidad "Wolverine".(Nada es casualidad siempre hay una intención y por algo es)
Pero luego de esa hora, la trama toma un lado diferente mas incógnitas pocas respuestas y se torna algo pesadita, por momentos indigna la incompetencia policial y sobretodo que los dos personajes que tienen un "tornillo suelto" se queden callados soportando cuanta brutalidad exista, eso desespera tanto que colma.
Escenas muy extensas y a veces innecesarias, excesos de personajes que no terminan de fusionar con la trama como el caso de Terrence Howard. Que solo fue un personaje más y no aporto nada más que presencia.
Cabe destacar la buena fotografía y la música que acompaña muy bien las escenas de persecución , los ambientes góticos y grises le ponen mas tensión al argumento generando a veces un ambiente de claustrofobia vale la pena rescatar esos detalles.
En resumen una película que es interesante pero NO una "obra maestra" como muestra la critica por eso la valoro con un puntaje de seis estrellas porque no termino de gustar y me parece que está muy sobrevalorada tiene algunos errores en síntesis entretenida pero nada más.
Explico los puntos con más detalle
Creo que muchos pensaran lo mismo de este título, la película entretiene, esa es la misión, y lo hace. La primera hora es muy intensa, tanto así, que sientes algo en el pecho durante esa primera hora, te identificas y te pones en la situación del personaje de Hugh Jackman, que de paso, no lo hace nada mal, por momentos, él con barba y alcoholizado, golpeando y rompiendo un lavadero a martillazos me hizo recordar a la brutalidad "Wolverine".(Nada es casualidad siempre hay una intención y por algo es)
Pero luego de esa hora, la trama toma un lado diferente mas incógnitas pocas respuestas y se torna algo pesadita, por momentos indigna la incompetencia policial y sobretodo que los dos personajes que tienen un "tornillo suelto" se queden callados soportando cuanta brutalidad exista, eso desespera tanto que colma.
Escenas muy extensas y a veces innecesarias, excesos de personajes que no terminan de fusionar con la trama como el caso de Terrence Howard. Que solo fue un personaje más y no aporto nada más que presencia.
Cabe destacar la buena fotografía y la música que acompaña muy bien las escenas de persecución , los ambientes góticos y grises le ponen mas tensión al argumento generando a veces un ambiente de claustrofobia vale la pena rescatar esos detalles.
En resumen una película que es interesante pero NO una "obra maestra" como muestra la critica por eso la valoro con un puntaje de seis estrellas porque no termino de gustar y me parece que está muy sobrevalorada tiene algunos errores en síntesis entretenida pero nada más.
Explico los puntos con más detalle
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Película Sobrevalorada :
Es que es así, si ven las primeras críticas los puntajes son muy exagerados veo puntajes de diez incluso decir que es "una obra maestra" pero no pasa de ser una película regular se supone, para que sea una "obra maestra" tiene que cuadrar todos los puntos claves argumento, guion, fotografía, interpretación, música; pero esta de lejos a ser una "obra maestra" y resulta solo un thriller policiaco que entretiene y que vale la pena ir al cine a ver.
Muchas escenas innecesarias para dos horas y media mucha vuelta para un final predecible.
Puntos buenos : Voy a coincidir en la fotografía,escenas y ambientes góticos , fríos y tenebrosos donde el sol pareciera nunca salir. Ese clima te crea una atmosfera de tensión, la música acompaña muy bien las escenas. La atmosfera es genial.
Puntos Malos : Me parece que la película se abusa precisamente del tiempo hay escenas innecesarias, también no se termina de explicar a los personajes en su totalidad, me parece que debió mas centrarse en el lado "perfil" de la abuela y los dos personajes "loquillos", la verdad que pensé que el laberinto en el papel era un lugar que existía y que me iba a sorprender si las niñas, estaban en algún lugar de esos, pero era todo "simbólico" me decepciono mucho la cuota de originalidad del final. Muchos personajes innecesarios que a veces no cumplían un rol específico o una finalidad, algunas cosas inconexas como el tipo que saca el arma al policía como si fuera un agente de la CIA y luego se dispara en la boca como un especialista. La verdad pensé que la abuela trabajaba para una organización de TRÁFICO DE PERSONAS por cómo le apuntaba con el arma en el final a Hugh Jackman me daba más aun agente secreto o algo de ese estilo o que vendían niños en el mercado negro.
Igual vayan a verla y saquen conclusiones propias.
Mi primera crítica (espero haber sido de ayuda), saludos. Renzo
Es que es así, si ven las primeras críticas los puntajes son muy exagerados veo puntajes de diez incluso decir que es "una obra maestra" pero no pasa de ser una película regular se supone, para que sea una "obra maestra" tiene que cuadrar todos los puntos claves argumento, guion, fotografía, interpretación, música; pero esta de lejos a ser una "obra maestra" y resulta solo un thriller policiaco que entretiene y que vale la pena ir al cine a ver.
Muchas escenas innecesarias para dos horas y media mucha vuelta para un final predecible.
Puntos buenos : Voy a coincidir en la fotografía,escenas y ambientes góticos , fríos y tenebrosos donde el sol pareciera nunca salir. Ese clima te crea una atmosfera de tensión, la música acompaña muy bien las escenas. La atmosfera es genial.
Puntos Malos : Me parece que la película se abusa precisamente del tiempo hay escenas innecesarias, también no se termina de explicar a los personajes en su totalidad, me parece que debió mas centrarse en el lado "perfil" de la abuela y los dos personajes "loquillos", la verdad que pensé que el laberinto en el papel era un lugar que existía y que me iba a sorprender si las niñas, estaban en algún lugar de esos, pero era todo "simbólico" me decepciono mucho la cuota de originalidad del final. Muchos personajes innecesarios que a veces no cumplían un rol específico o una finalidad, algunas cosas inconexas como el tipo que saca el arma al policía como si fuera un agente de la CIA y luego se dispara en la boca como un especialista. La verdad pensé que la abuela trabajaba para una organización de TRÁFICO DE PERSONAS por cómo le apuntaba con el arma en el final a Hugh Jackman me daba más aun agente secreto o algo de ese estilo o que vendían niños en el mercado negro.
Igual vayan a verla y saquen conclusiones propias.
Mi primera crítica (espero haber sido de ayuda), saludos. Renzo
12 de octubre de 2013
12 de octubre de 2013
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tal vez sea una de las mejores películas facturadas en Hollywood durante este año. Sin ser redonda, posee suficientes aspectos positivos para encandilar a un buen número de espectadores. Ambiciosa, reflexiva y técnicamente notable, Prisoners aborda varios de temas clásicos, pero plenamente vigentes en nuestra sociedad: la familia como núcleo vital, la incertidumbre, la indefensión, la justicia, el individualismo, la heroicidad, etc. Todo ello con un matiz de reflexión moral que aumenta su relevancia como producto artístico.
¿”Prisioneros” de qué? Buena parte de la película transcurre en lugares cerrados, escondites, agujeros, en los que los personajes ponen a prueba su condición humana. Encerramos a los demás, y nos encierran. No solo hay presos en las cárceles. Hay otros barrotes que nosotros mismos esculpimos con la abyección y la desdicha como materias primas.
Prisoners parte de dos premisas clásicas del thriller contemporáneo: unas niñas perdidas y un posible asesino en serie. Dos familias de clase media, religiosas, sufren en sus carnes la agonía de la desaparición de dos niñas. El escenario, un pueblo del norte, lluvioso y solitario, actúa como marco ideal para la trama. No es la primera vez, ni será la última. La lluvia incesante, el cielo cerrado, el barro, la suciedad, el óxido… No sorprende, pero actúa como recurso eficaz creador de atmósfera.
En este sentido, tanto Denis Villeneuve (director) como Aaron Guzikowski (guionista) exhiben un dominio solvente de los elementos clásicos del thriller. Lo primero, crear atmósfera, empapar al espectador de un aire denso, afilado, que anuncie la tragedia, que aumente la tensión dramática. A ello hay que añadir una interesante fotografía que, sin caer el formalismo, se saborea con gusto.
Y como buen thriller, un suceso inesperado obliga a los protagonistas a tomar partido. Hugh Jackman y Terrence Howard, los dos padres, asumen actitudes diferentes, que son arquetípicas. El líder implacable, determinado y enfervorecido y el seguidor, dubitativo, confuso. Pronto llega el detective, un Jake Gyllenhaal que aspira a encontrar la madurez con este papel y olvidar de, una vez por todas, al adolescente lúcido de Donnie Darko. El personaje de Gyllenhaal, escasamente perfilado, sin necesidad de caer en recursos trillados tipo padre borracho, resulta satisfactorio y eficaz. A la media hora, Prisoners ha logrado su objetivo: estamos enganchados.
A medida que profundizamos en la historia, crece la tensión, al atmosfera se torna casi irrespirable, mientras algunos personajes se abandonan a sus instintos y otros luchan por no salirse del camino. Del camino correcto. El conflicto moral es el principal elemento catalizador de este relato. No es baladí que una cruz aparezca colgando de un coche en los primeros minutos. Pero Prisoners tampoco se pierde en estrategias populistas. La religión forma parte de la sociedad, estadounidense en este caso. Y punto.
La cinta cuenta también con algunos elementos de misterio, y un par de equívocos narrativos, habituales en el género. Y salen a relucir las imperfecciones del relato. Echando la vista atrás, lamentamos que algunos sucesos de la película sean anecdóticos y no tengan otro objetivo que alargar la agonía y confundir al espectador. En este sentido, y a nuestro modo de ver, varios cabos sueltos no se anudan al final de la película, perjudicando la valoración final.
Pero tal es el grado de ambición por parte de los creadores de Prisoners que debemos quedarnos con lo bueno de la cinta. Y ser magnánimos. No hay película perfecta.
En resumen, Prisoners encandilará a los que en su día contuvieron el aliento con Seven, espectadores que prefieran encontrar en la sala de cine algo más (o diferente) que noñería, explosiones y sonido estruendoso. Por cierto, notable banda sonora.
Lo Mejor: La atmósfera. La solvencia en el uso de los recursos propios del thriller. La reflexión moral.
Lo Peor: No posee un mecanismo narrativo perfecto, ya que varios de sus elementos podrían ser eliminados sin perjudicar el desarrollo central de la trama. Algunos cabos sueltos.
[crítica publicada en alucine.es]
¿”Prisioneros” de qué? Buena parte de la película transcurre en lugares cerrados, escondites, agujeros, en los que los personajes ponen a prueba su condición humana. Encerramos a los demás, y nos encierran. No solo hay presos en las cárceles. Hay otros barrotes que nosotros mismos esculpimos con la abyección y la desdicha como materias primas.
Prisoners parte de dos premisas clásicas del thriller contemporáneo: unas niñas perdidas y un posible asesino en serie. Dos familias de clase media, religiosas, sufren en sus carnes la agonía de la desaparición de dos niñas. El escenario, un pueblo del norte, lluvioso y solitario, actúa como marco ideal para la trama. No es la primera vez, ni será la última. La lluvia incesante, el cielo cerrado, el barro, la suciedad, el óxido… No sorprende, pero actúa como recurso eficaz creador de atmósfera.
En este sentido, tanto Denis Villeneuve (director) como Aaron Guzikowski (guionista) exhiben un dominio solvente de los elementos clásicos del thriller. Lo primero, crear atmósfera, empapar al espectador de un aire denso, afilado, que anuncie la tragedia, que aumente la tensión dramática. A ello hay que añadir una interesante fotografía que, sin caer el formalismo, se saborea con gusto.
Y como buen thriller, un suceso inesperado obliga a los protagonistas a tomar partido. Hugh Jackman y Terrence Howard, los dos padres, asumen actitudes diferentes, que son arquetípicas. El líder implacable, determinado y enfervorecido y el seguidor, dubitativo, confuso. Pronto llega el detective, un Jake Gyllenhaal que aspira a encontrar la madurez con este papel y olvidar de, una vez por todas, al adolescente lúcido de Donnie Darko. El personaje de Gyllenhaal, escasamente perfilado, sin necesidad de caer en recursos trillados tipo padre borracho, resulta satisfactorio y eficaz. A la media hora, Prisoners ha logrado su objetivo: estamos enganchados.
A medida que profundizamos en la historia, crece la tensión, al atmosfera se torna casi irrespirable, mientras algunos personajes se abandonan a sus instintos y otros luchan por no salirse del camino. Del camino correcto. El conflicto moral es el principal elemento catalizador de este relato. No es baladí que una cruz aparezca colgando de un coche en los primeros minutos. Pero Prisoners tampoco se pierde en estrategias populistas. La religión forma parte de la sociedad, estadounidense en este caso. Y punto.
La cinta cuenta también con algunos elementos de misterio, y un par de equívocos narrativos, habituales en el género. Y salen a relucir las imperfecciones del relato. Echando la vista atrás, lamentamos que algunos sucesos de la película sean anecdóticos y no tengan otro objetivo que alargar la agonía y confundir al espectador. En este sentido, y a nuestro modo de ver, varios cabos sueltos no se anudan al final de la película, perjudicando la valoración final.
Pero tal es el grado de ambición por parte de los creadores de Prisoners que debemos quedarnos con lo bueno de la cinta. Y ser magnánimos. No hay película perfecta.
En resumen, Prisoners encandilará a los que en su día contuvieron el aliento con Seven, espectadores que prefieran encontrar en la sala de cine algo más (o diferente) que noñería, explosiones y sonido estruendoso. Por cierto, notable banda sonora.
Lo Mejor: La atmósfera. La solvencia en el uso de los recursos propios del thriller. La reflexión moral.
Lo Peor: No posee un mecanismo narrativo perfecto, ya que varios de sus elementos podrían ser eliminados sin perjudicar el desarrollo central de la trama. Algunos cabos sueltos.
[crítica publicada en alucine.es]
16 de enero de 2014
16 de enero de 2014
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Thriller policial muy entretenido, de intrincado argumento, soportado en unas interpretaciones que rondan la perfección. Quizás el guión no sea tan eficiente, debido a que aborda todos los temas con la misma profundidad e intensidad, lo que sumerge al espectador en un laberinto confuso. Si esta historia hubiera caído en las manos de David Fincher (“Seven”, “Zodiac”), posiblemente habríamos asistido a un film excepcional.
La película se emparenta con “La Cacería” (2012) de Thomas Vinterberg, al transferirle decisiones policiales, judiciales o incluso religiosas a simples personas de clase media, que abordan esas decisiones desde la emoción y prescinden del raciocinio más elemental.
Los mejores personajes son Keller Dover (Hugh Jackman) y el detective Loki (Jake Gyllenhaal), soberbiamente bien interpretados. Dover es un hombre profundamente religioso (voz en off de oraciones cristianas), que es capaz de llevar la violencia a niveles extremos en nombre de la verdad de Dios. Su esposa, luego de saber de las torturas que ha aplicado su marido, simplemente agradece a Dios por lo que hizo: “Hizo lo que tenía que hacer… es un buen hombre”. Loki por su parte es un hombre no religioso, pero obsesionado tanto por su trabajo como por los resultados. No deja cabo suelto y su oportunidad para actuar salvará vidas (contrapunto al sheriff de “No Country for Old Men” de los hermanos Coen, ganadora del Oscar en 2007). Dover es el arquetipo de la emoción desatada (encontrando en la religión sus fundamentos). Loki en cambio es más equilibrado y, pese a que no tiene familia, se construye a partir del pensamiento deductivo, sin dejar de lado las emociones, que lo convierten en un detective de primera línea. Loki llegará por lo general a develar los misterios que investiga, representando a un hombre que desempeña con corrección su profesión, más allá de las apariencias y del beneplácito de su patético jefe.
La película es un torbellino de acontecimientos, pero le falta la atmósfera que insinúa al comienzo con la aspereza del tronco o la violencia de la tormenta. Le falta detener la cámara, enclavarse en el vórtice del huracán para describir, a partir de ese punto, la tragedia que envuelve a la historia y que a ratos le falta oxígeno.
Queda en un segundo plano la supuesta tía de Alex Jones. Su personaje está trabajado a medias para no develar la trama, aunque junto a su pareja, suponen unos fanáticos que luchan contra Dios, posiblemente por haber estado ligados a la religión con anterioridad.
“Prisoners” es un título sugerente: la mayoría de los personajes terminan presos de sus obsesiones. Dover presumiblemente terminará en la cárcel y su esposa se ha envenenado con somníferos. Se percibe un daño cerebral en Anna producto del envenenamiento. A la otra familia, los Birch, la culpa los hará replantear su realidad religiosa. Los antagónicos son sicópatas o deficientes mentales. Y el detective Loki también termina con heridas en su cabeza. Lo anterior plantea un mundo cerrado, lleno de túneles y cárceles donde moran sus habitantes.
La película se emparenta con “La Cacería” (2012) de Thomas Vinterberg, al transferirle decisiones policiales, judiciales o incluso religiosas a simples personas de clase media, que abordan esas decisiones desde la emoción y prescinden del raciocinio más elemental.
Los mejores personajes son Keller Dover (Hugh Jackman) y el detective Loki (Jake Gyllenhaal), soberbiamente bien interpretados. Dover es un hombre profundamente religioso (voz en off de oraciones cristianas), que es capaz de llevar la violencia a niveles extremos en nombre de la verdad de Dios. Su esposa, luego de saber de las torturas que ha aplicado su marido, simplemente agradece a Dios por lo que hizo: “Hizo lo que tenía que hacer… es un buen hombre”. Loki por su parte es un hombre no religioso, pero obsesionado tanto por su trabajo como por los resultados. No deja cabo suelto y su oportunidad para actuar salvará vidas (contrapunto al sheriff de “No Country for Old Men” de los hermanos Coen, ganadora del Oscar en 2007). Dover es el arquetipo de la emoción desatada (encontrando en la religión sus fundamentos). Loki en cambio es más equilibrado y, pese a que no tiene familia, se construye a partir del pensamiento deductivo, sin dejar de lado las emociones, que lo convierten en un detective de primera línea. Loki llegará por lo general a develar los misterios que investiga, representando a un hombre que desempeña con corrección su profesión, más allá de las apariencias y del beneplácito de su patético jefe.
La película es un torbellino de acontecimientos, pero le falta la atmósfera que insinúa al comienzo con la aspereza del tronco o la violencia de la tormenta. Le falta detener la cámara, enclavarse en el vórtice del huracán para describir, a partir de ese punto, la tragedia que envuelve a la historia y que a ratos le falta oxígeno.
Queda en un segundo plano la supuesta tía de Alex Jones. Su personaje está trabajado a medias para no develar la trama, aunque junto a su pareja, suponen unos fanáticos que luchan contra Dios, posiblemente por haber estado ligados a la religión con anterioridad.
“Prisoners” es un título sugerente: la mayoría de los personajes terminan presos de sus obsesiones. Dover presumiblemente terminará en la cárcel y su esposa se ha envenenado con somníferos. Se percibe un daño cerebral en Anna producto del envenenamiento. A la otra familia, los Birch, la culpa los hará replantear su realidad religiosa. Los antagónicos son sicópatas o deficientes mentales. Y el detective Loki también termina con heridas en su cabeza. Lo anterior plantea un mundo cerrado, lleno de túneles y cárceles donde moran sus habitantes.
14 de noviembre de 2013
14 de noviembre de 2013
12 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya he dicho mil veces antes, que el cine depende mucho del estado de ánimo en que nos enfrentemos a él; hay épocas en que sólo quieres que entretengan (como suele ocurrir en verano) y épocas en que te apetece ver buen cine, como es mi caso ahora mismo. Pues que sepáis que estoy de enhorabuena: llevo vistas tres películas magníficas seguidas: GRAVITY, la que nos ocupa y otra de la que os hablaré en mi próxima entrada.
La tres son buen cine, magnífico cine, CINE con mayúsculas; del que entretiene, emociona, sorprende, arrastra y hace disfrutar.
PRISIONEROS, la película de hoy, es un thriller oscuro, denso, desapacible, intenso, inquietante y profundamente humano, que te arrastra dentro de su inhóspito universo de personajes de vidas grises, desde el primer minuto hasta el último (el 146), y te sube a un carrusel de emociones intensas y encontradas que te deja psicológicamente agotado.
Así expuesto puede parecer una de esas películas complejas e imposibles de entender capaces de dormir a un caballo. Nada más lejos de la realidad: Tiene los dos elementos principales que hacen grande a una película:
1) un magnífico guión:
Es un thriller pausado pero siempre entretenido. Una historia sencilla que desarrolla todas sus ramificaciones y posibilidades en un guión perfectamente escrito, desarrollado y filmado que lo convierten en grande. Una historia en que continuamente están pasando cosas, aunque a veces no lo parezca. Donde hay lugar para la sorpresa, el asco, la compasión, la esperanza y la desesperación. Una historia que se ramifica en muchas historias y que por arte del buen cine, y del saber y querer hacer, vuelven a ser una.
2) Unas igualmente magníficas interpretaciones:
No hay ni un personaje que no encaje. No hay ni un sólo intérprete que no esté soberbio, y creíble. Jake Gyllenhaal destaca por encima de todos con su contenida recreación de un policía absolutamente gris. Paul Dano nos da una lección aún mayor de moderación en un personaje que en otras manos podría haber llevado a ridículos excesos. Viola Davis desprendiendo humanidad por cada poro. Maria Bello creíble y resolutiva como siempre. Terrence Howard aportando un poco de sensatez a esta demoledora historia. Melissa Leo brutal. Incluso el siempre enfadado Hugh Jackman cumple con creces haciendo de odioso y fascistoide padre, como no, enfadado.
Además de estos dos elementos clave en cualquier buena película, y que curiosamente suelen descuidarse con demasiada frecuencia, hay una dirección firme y muy personal. Un director canadiense (a quien por desgracia desconocía y a quien juro seguir de cerca desde ahora) llamado Denis Villeneuve que sabe lo que quiere contar, cómo quiere hacerlo, y que no parece estar dispuesto a dejarse arrastrar por convencionalismos ni imposiciones de la industria. Por sensiblerías fáciles. Capaz de plantearte dilemas morales sin prejuzgar y sin obligarte a juzgar. Posturas todas ellas muy de agradecer.
Sólo se le puede reprochar alguna que otra escena más o menos torpe y/o reiterativa, "pecata minuta" en un conjunto tan sólido e inusual, que se acerca mucho, si no a la perfección narrativa, sí a la coherencia y, como dice mi amigo Regino Mateo: "a la intencionalidad de hacer una gran película".
En este caso sí lo consigue: ES UNA GRAN PELÍCULA.
Sólo dos consejos:
1) No dejes que nadie te cuente nada de la película.
2) Que e Trailer no te desanime: aunque pueda parecer que destripa toda la trama...sólo destripa (escasamente) la primera media hora de película.
La tres son buen cine, magnífico cine, CINE con mayúsculas; del que entretiene, emociona, sorprende, arrastra y hace disfrutar.
PRISIONEROS, la película de hoy, es un thriller oscuro, denso, desapacible, intenso, inquietante y profundamente humano, que te arrastra dentro de su inhóspito universo de personajes de vidas grises, desde el primer minuto hasta el último (el 146), y te sube a un carrusel de emociones intensas y encontradas que te deja psicológicamente agotado.
Así expuesto puede parecer una de esas películas complejas e imposibles de entender capaces de dormir a un caballo. Nada más lejos de la realidad: Tiene los dos elementos principales que hacen grande a una película:
1) un magnífico guión:
Es un thriller pausado pero siempre entretenido. Una historia sencilla que desarrolla todas sus ramificaciones y posibilidades en un guión perfectamente escrito, desarrollado y filmado que lo convierten en grande. Una historia en que continuamente están pasando cosas, aunque a veces no lo parezca. Donde hay lugar para la sorpresa, el asco, la compasión, la esperanza y la desesperación. Una historia que se ramifica en muchas historias y que por arte del buen cine, y del saber y querer hacer, vuelven a ser una.
2) Unas igualmente magníficas interpretaciones:
No hay ni un personaje que no encaje. No hay ni un sólo intérprete que no esté soberbio, y creíble. Jake Gyllenhaal destaca por encima de todos con su contenida recreación de un policía absolutamente gris. Paul Dano nos da una lección aún mayor de moderación en un personaje que en otras manos podría haber llevado a ridículos excesos. Viola Davis desprendiendo humanidad por cada poro. Maria Bello creíble y resolutiva como siempre. Terrence Howard aportando un poco de sensatez a esta demoledora historia. Melissa Leo brutal. Incluso el siempre enfadado Hugh Jackman cumple con creces haciendo de odioso y fascistoide padre, como no, enfadado.
Además de estos dos elementos clave en cualquier buena película, y que curiosamente suelen descuidarse con demasiada frecuencia, hay una dirección firme y muy personal. Un director canadiense (a quien por desgracia desconocía y a quien juro seguir de cerca desde ahora) llamado Denis Villeneuve que sabe lo que quiere contar, cómo quiere hacerlo, y que no parece estar dispuesto a dejarse arrastrar por convencionalismos ni imposiciones de la industria. Por sensiblerías fáciles. Capaz de plantearte dilemas morales sin prejuzgar y sin obligarte a juzgar. Posturas todas ellas muy de agradecer.
Sólo se le puede reprochar alguna que otra escena más o menos torpe y/o reiterativa, "pecata minuta" en un conjunto tan sólido e inusual, que se acerca mucho, si no a la perfección narrativa, sí a la coherencia y, como dice mi amigo Regino Mateo: "a la intencionalidad de hacer una gran película".
En este caso sí lo consigue: ES UNA GRAN PELÍCULA.
Sólo dos consejos:
1) No dejes que nadie te cuente nada de la película.
2) Que e Trailer no te desanime: aunque pueda parecer que destripa toda la trama...sólo destripa (escasamente) la primera media hora de película.
13 de septiembre de 2014
13 de septiembre de 2014
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Thriller escabroso que plantea dilemas morales, con una personal idea de la justicia que se atribuye un padre al que le han secuestrado su hija de corta edad. Una película de misterio y horror, donde se muestra la cara más siniestra del ser humano. Keller Dover (Hugh Jackman) un padre desesperado ante la puesta en libertad de un sospechoso retrasado mental, al que la policía no encuentra pruebas de culpabilidad, se toma la justicia por su mano ignorando las normas cívicas y legales establecidas.
El film tiene un error substancial de guión: la desaparición del joven discapacitado, no parece afectar a ningún miembro de la comunidad, van pasando los días, nadie pregunta por él y nadie sospecha de Dover, cuando lo hemos visto furioso zarandeando al sospechoso, por el hecho de que la policía le haya soltado.
Villaneuve es un interesante cineasta canadiense que acepta el reto del cine americano con una cierta convención, expresando las raíces del odio, la semilla de la venganza, presentando una América turbadora y provinciana por medio del detective Loki (Jake Gyllenhaal), un policía honesto desbordado por la presión social encarnada por los padres de las niñas, pues junto a la hija de Dover también desapareció su amiga de color y vecina. Una película de intriga visualmente perfecta, con un guión poco elaborado y buenas interpretaciones.
El film tiene un error substancial de guión: la desaparición del joven discapacitado, no parece afectar a ningún miembro de la comunidad, van pasando los días, nadie pregunta por él y nadie sospecha de Dover, cuando lo hemos visto furioso zarandeando al sospechoso, por el hecho de que la policía le haya soltado.
Villaneuve es un interesante cineasta canadiense que acepta el reto del cine americano con una cierta convención, expresando las raíces del odio, la semilla de la venganza, presentando una América turbadora y provinciana por medio del detective Loki (Jake Gyllenhaal), un policía honesto desbordado por la presión social encarnada por los padres de las niñas, pues junto a la hija de Dover también desapareció su amiga de color y vecina. Una película de intriga visualmente perfecta, con un guión poco elaborado y buenas interpretaciones.
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