Instintos ocultos
5.0
2,252
Ciencia ficción. Thriller
Crónica de la odisea de 30 hombres y mujeres jóvenes que son enviados al espacio remoto en una misión multigeneracional con el propósito de hallar un nuevo hogar para la especie humana. Poco a poco la tripulación comienza recuperar el estado más primitivo del ser humano, lo que les convierte en la auténtica amenaza de la misión. (FILMAFFINITY)
20 de enero de 2022
20 de enero de 2022
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Colin Farrell, nombre más conocido de esta película "de adolescentes", tiene una carrera como actor algo irregular donde alterna personajes interesantes con otros bastante más flojos. En Instintos ocultos su personaje, el único adulto que cuida de una treintena de chicos adolescentes, escogidos y manipulados genéticamente para un largo viaje espacial intergeneracional a un planeta distante, me atrevería a ponerlo entre sus actuaciones "razonables" pero soy consciente que la mediocridad en la que se desenvuelve Richard (su personaje) juega a su favor por contraste con las actuaciones tan deplorables que tiene el grupete de chavales que lo acompaña. El tuerto en el país de los ciegos.
Voyagers, título original de esta película de Neil Burger de 2021 cuya traducción en España es, en mi opinión, mejor que el original porque lo de "viajeros" se queda un poco corto e inconexo con la trama en sí.
La cosa va de que estos chicos, paternalmente dirigidos por Farrell, son educados en un régimen muy rigoroso de estilo de vida, donde todos visten más o menos igual, todos son más o menos iguales dentro de lo posible. Han sido seleccionados también buscando representación de todas las etnias de la Tierra y una cierta paridad.
Se supone que se ha previsto de antemano que el viaje será larguísimo y se ha evitado a toda costa que en un ambiente absolutamente claustrofóbico: pasillos interminables, los más estrechos que recuerdo en una película (dan más miedo que los de El Resplandor de S. Kubrick ¡y ya es decir!), sin ningún ambiente natural dentro de la nave (¿A nadie se le ha ocurrido que el ser humano necesita espacios abiertos, plantas, flores, algún animalito de compañía, una fuente, diversiones...?), todo metal y cristal o plástico o lo que sea, resulta que se les obliga a tomar un misterioso líquido azul que sirve para evitar instintos primarios "negativos" que podrían aflorar en condiciones cerradas de convivencia forzada.
Estos instintos dan pie al título en español de la cinta y terminan siendo la gran lacra que lastra el guion de esta película. Cuando uno de los personajes, un día, se niega a tomar el líquido azul, descubre que se ve "liberado" de sus responsabilidades y buenas maneras y empieza a comportarse como un auténtico psicópata asesino, sin empatía y cruel. Por lo visto, el ser humano debe ser drogado para no ser un salvaje, según la tesis de la película.
Todo ocurre además inmediatamente. En cuanto los personajes dejan de tomar la "poción del comportamiento cívico" se vuelven violentos especímenes sin control ni cura.
Uno de los elementos más disonantes de este argumento es la visión que se da del deseo sexual. Se le considera inevitable detonador de la zozobra mental que atenaza a un ser humano si no toma esta especie de "bromuro" azul. Uno se pregunta: ¿No hubiera sido más fácil, barato y natural permitir que los chicos tengan sexo libremente con unas mínimas medidas profilácticas y educándolos en el respeto hacia los demás?
Siguiendo la filosofía de la película, dejar de tomar lo azul les convierte literalmente en violadores potenciales. Además se da por hecho que son los hombres quienes sienten este deseo "animal" irrefrenable y solo algunas chicas aceptan este "instinto oculto".
En resumen, una película de ciencia ficción que podía haber tenido una historia interesante pero tremendamente mal planteada, peor dirigida y horrible en actuaciones.
Muy floja.
Voyagers, título original de esta película de Neil Burger de 2021 cuya traducción en España es, en mi opinión, mejor que el original porque lo de "viajeros" se queda un poco corto e inconexo con la trama en sí.
La cosa va de que estos chicos, paternalmente dirigidos por Farrell, son educados en un régimen muy rigoroso de estilo de vida, donde todos visten más o menos igual, todos son más o menos iguales dentro de lo posible. Han sido seleccionados también buscando representación de todas las etnias de la Tierra y una cierta paridad.
Se supone que se ha previsto de antemano que el viaje será larguísimo y se ha evitado a toda costa que en un ambiente absolutamente claustrofóbico: pasillos interminables, los más estrechos que recuerdo en una película (dan más miedo que los de El Resplandor de S. Kubrick ¡y ya es decir!), sin ningún ambiente natural dentro de la nave (¿A nadie se le ha ocurrido que el ser humano necesita espacios abiertos, plantas, flores, algún animalito de compañía, una fuente, diversiones...?), todo metal y cristal o plástico o lo que sea, resulta que se les obliga a tomar un misterioso líquido azul que sirve para evitar instintos primarios "negativos" que podrían aflorar en condiciones cerradas de convivencia forzada.
Estos instintos dan pie al título en español de la cinta y terminan siendo la gran lacra que lastra el guion de esta película. Cuando uno de los personajes, un día, se niega a tomar el líquido azul, descubre que se ve "liberado" de sus responsabilidades y buenas maneras y empieza a comportarse como un auténtico psicópata asesino, sin empatía y cruel. Por lo visto, el ser humano debe ser drogado para no ser un salvaje, según la tesis de la película.
Todo ocurre además inmediatamente. En cuanto los personajes dejan de tomar la "poción del comportamiento cívico" se vuelven violentos especímenes sin control ni cura.
Uno de los elementos más disonantes de este argumento es la visión que se da del deseo sexual. Se le considera inevitable detonador de la zozobra mental que atenaza a un ser humano si no toma esta especie de "bromuro" azul. Uno se pregunta: ¿No hubiera sido más fácil, barato y natural permitir que los chicos tengan sexo libremente con unas mínimas medidas profilácticas y educándolos en el respeto hacia los demás?
Siguiendo la filosofía de la película, dejar de tomar lo azul les convierte literalmente en violadores potenciales. Además se da por hecho que son los hombres quienes sienten este deseo "animal" irrefrenable y solo algunas chicas aceptan este "instinto oculto".
En resumen, una película de ciencia ficción que podía haber tenido una historia interesante pero tremendamente mal planteada, peor dirigida y horrible en actuaciones.
Muy floja.
29 de diciembre de 2021
29 de diciembre de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La ciencia ficción siempre resuelve los viajes espaciales con la suspensión criogénica del cuerpo humano. Pero si no existiera eso, la única opción es educar a una generación para vivir y morir en la nave, dando paso a otra generación, con los problemas de educación y convivencia que implica eso.
La película explora terrenos ya vistos sobre el condicionamiento y los típicos personajes que quieren desarrollar su individualidad y salirse del rebaño cuestionándose la realidad y el sistema establecido. Son temas ya vistos en títulos como “La isla”, “1984” o “Un mundo feliz”.
No hay aventura aquí, sino sociología y drama, aunque de una forma menos profunda y filosófica que en las obras citadas.
Simplemente, estos chicos quieren experimentar el sexo y otras emociones que tienen reprimidas, lo cual pondrá en serio peligro la misión vitalicia que tienen.
Colin Farrell hace aquí uno de los mejores papeles que le he visto hacer en mucho tiempo, teniendo en cuenta que su carrera hace muchos altibajos.
También podemos ver al de “Ready player one” y a la chica de “Fundación”, pero sus personajes no les permiten lucirse mucho a nivel de actuación.
La película no llega nunca a ofrecer grandes cotas de interés o emoción, pero sin duda entretiene lo suficiente dentro de sus limitaciones. Cuando la cosa se descontrola en la nave, me ha recordado también a “El señor de las moscas” pero con jóvenes algo más mayores y mucha menos fuerza en el guion.
Es una película funcional, que te entretiene mientras la estás viendo, pero que mucho me temo que es de las que a la semana de verla (si ves mucho contenido audiovisual como es mi caso), se te habrá olvidado casi por completo.
La película explora terrenos ya vistos sobre el condicionamiento y los típicos personajes que quieren desarrollar su individualidad y salirse del rebaño cuestionándose la realidad y el sistema establecido. Son temas ya vistos en títulos como “La isla”, “1984” o “Un mundo feliz”.
No hay aventura aquí, sino sociología y drama, aunque de una forma menos profunda y filosófica que en las obras citadas.
Simplemente, estos chicos quieren experimentar el sexo y otras emociones que tienen reprimidas, lo cual pondrá en serio peligro la misión vitalicia que tienen.
Colin Farrell hace aquí uno de los mejores papeles que le he visto hacer en mucho tiempo, teniendo en cuenta que su carrera hace muchos altibajos.
También podemos ver al de “Ready player one” y a la chica de “Fundación”, pero sus personajes no les permiten lucirse mucho a nivel de actuación.
La película no llega nunca a ofrecer grandes cotas de interés o emoción, pero sin duda entretiene lo suficiente dentro de sus limitaciones. Cuando la cosa se descontrola en la nave, me ha recordado también a “El señor de las moscas” pero con jóvenes algo más mayores y mucha menos fuerza en el guion.
Es una película funcional, que te entretiene mientras la estás viendo, pero que mucho me temo que es de las que a la semana de verla (si ves mucho contenido audiovisual como es mi caso), se te habrá olvidado casi por completo.
26 de abril de 2021
26 de abril de 2021
4 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existe consenso entre la mayoría de los científicos sobre la necesidad, antes o después, de colonizar otros mundos si se pretende que el ser humano perpetúe su presencia en el cosmos. Calentamiento global, sobrepoblación, recursos naturales menguantes, conflictos, guerras. Hay nubarrones cerniéndose sobre el horizonte. En ese contexto se desarrolla 'Voyagers', última película de Neil Burger. Unos niños van a ser criados y educados para que de jóvenes emprendan un viaje sin retorno de 86 años de duración, rumbo a un planeta dónde la tercera generación de estos pioneros logre asentarse.
Les acompaña su instructor y padre del programa (Colin Farrell). La planificación es exhaustiva: roles bien definidos; fecundación in vitro de las mujeres para que tengan descendencia; medicinas que aplacan el efecto efervescente de las hormonas, plan de vuelo sin espacio para la improvisación. Un incidente en la nave amenaza con desatar el caos, derrumbando un entramado cuidadosamente hilado, dejando paso al desorden.
Burger intenta reproducir a pequeña escala, en un entorno que en estos tiempos sabe a confinamiento, gran parte de los males que aquejan a la humanidad (envidia, lucha por el poder, liderazgos autoritarios, traición, crimen). Sabe contar historias y la alegoría subyacente a la narración mantiene la tensión. Sin embargo, el perfil trazado de los personajes apenas si tiene capas.
Es en esa superficialidad dónde 'Voyagers' pierde fuelle y el drama interior de estos jóvenes (que nunca fueron dueños de su destino) no acaba de explotar, como hiciera James Gray en 'Ad Astra' con la búsqueda contrarreloj de un viejo astronauta. Tampoco impone esa atmósfera magnética de películas como 'Aniara', ni destaca en su aspecto visual, que es cuidado, pero en ningún caso brillante. Llegado el clímax, se deja poco espacio para la sorpresa, incluyendo un mensaje con sabor a moralina un tanto tosco, a partir de su obviedad.
Escrito por Juan Pablo Martínez Corchano para http://rockandfilms.es
Les acompaña su instructor y padre del programa (Colin Farrell). La planificación es exhaustiva: roles bien definidos; fecundación in vitro de las mujeres para que tengan descendencia; medicinas que aplacan el efecto efervescente de las hormonas, plan de vuelo sin espacio para la improvisación. Un incidente en la nave amenaza con desatar el caos, derrumbando un entramado cuidadosamente hilado, dejando paso al desorden.
Burger intenta reproducir a pequeña escala, en un entorno que en estos tiempos sabe a confinamiento, gran parte de los males que aquejan a la humanidad (envidia, lucha por el poder, liderazgos autoritarios, traición, crimen). Sabe contar historias y la alegoría subyacente a la narración mantiene la tensión. Sin embargo, el perfil trazado de los personajes apenas si tiene capas.
Es en esa superficialidad dónde 'Voyagers' pierde fuelle y el drama interior de estos jóvenes (que nunca fueron dueños de su destino) no acaba de explotar, como hiciera James Gray en 'Ad Astra' con la búsqueda contrarreloj de un viejo astronauta. Tampoco impone esa atmósfera magnética de películas como 'Aniara', ni destaca en su aspecto visual, que es cuidado, pero en ningún caso brillante. Llegado el clímax, se deja poco espacio para la sorpresa, incluyendo un mensaje con sabor a moralina un tanto tosco, a partir de su obviedad.
Escrito por Juan Pablo Martínez Corchano para http://rockandfilms.es
2 de mayo de 2021
2 de mayo de 2021
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Voyagers (2021) es la nueva película de ciencia ficción del director Neil Burger, que como en Divergent (2014) enfrenta a distintos grupos de adolescentes. En este caso, se encuentran en una nave espacial en tránsito hacia un nuevo planeta. El film, medianamente entretenido, no logra ser profundo.
Por Nicolás Bianchi
El espacio exterior sirve de trasfondo para narraciones en las que se exploran cuestiones trascendentales para el ser humano, como su naturaleza. En Voyager el intento de lograr tal profundidad está, aunque el film erra el objetivo. Las distintas formas de ser de los personajes, que los lleva a enfrentarse, son solo artilugios maniqueos para lograr el conflicto porque no hay un sostén narrativo para que los villanos y los héroes sean como son. Están ahí como si fueran solo posibilidades azarosas de la condición humana y no características que se desarrollan en contacto con el medioambiente social.
Richard (Colin Farrell) es el único tripulante adulto, en principio, de una misión espacial que parte en el año 2064 para colonizar un nuevo planeta en el que la vida humana puede ser viable. El viaje tomará más de 80 años por lo que quienes iniciarán la instalación de una nueva sociedad serán los nietos de los niños que Richard tutela en la nave espacial. Luego de una apresurada introducción, donde se menciona que los humanos parten de la Tierra por el calentamiento global, hay en la historia un salto de diez años. Richard es ahora un poco más grande y los niños ya son adolescentes.
Los mejores amigos Christopher (Tye Sheridan de Ready player one) y Zac (Fionn Whitehead) descubren que la dieta que llevan en la nave incluye un brebaje con una medicina que les sosiega la actividad hormonal normal. O sea, los jóvenes que son la primera generación del viaje no experimentan pasiones, deseos ni grandes pulsiones, sino que son un manso grupo de trabajadores prácticamente automatizados.
Cuando ambos dejan de ingerir el preparado sus sentimientos y necesidades se sintonizan con las que experimentan los adolescentes en la pubertad. Christopher y Zac comienzan a experimentar el deseo sexual pero también la violencia y el contacto físico. Christopher, el héroe, será elegido como jefe de la nave y Zac, el villano, comienza un sublevamiento contra su viejo amigo.
Voyagers abandona cualquier posibilidad de profundidad cuando el relato deriva en un enfrentamiento provocado por la maldad de Zac, que no tiene mayor explicación. Una vez que dejaron de vivir en un estado vital anestesiado uno se desarrolló como un hombre noble y el otro como un violento embaucador. Completan el elenco de jóvenes Sela (Lily Rose Depp, la hija de Johnny) y el frío Richard (Isaac Hempstead Wright, que parece no poder salir del papel del inexpresivo Bran Stark que interpretó en Game of Thrones).
Voyagers carece de un desarrollo original, ya que el planteo inicial se desdibuja cuando todo se reduce a peleas y escenas de acción. En Divergent había también facciones de jóvenes, enfrentamientos y romances cruzados. Es como si Burger hubiera hecho de vuelta la misma película. Para los fans del género que combina adolescentes y fantasía (The Hunger Games y The Maze Runner, entre otros títulos), Voyagers puede ser un entretenimiento razonable mientras que quienes busquen algo más es probable que no queden satisfechos.
Por Nicolás Bianchi
El espacio exterior sirve de trasfondo para narraciones en las que se exploran cuestiones trascendentales para el ser humano, como su naturaleza. En Voyager el intento de lograr tal profundidad está, aunque el film erra el objetivo. Las distintas formas de ser de los personajes, que los lleva a enfrentarse, son solo artilugios maniqueos para lograr el conflicto porque no hay un sostén narrativo para que los villanos y los héroes sean como son. Están ahí como si fueran solo posibilidades azarosas de la condición humana y no características que se desarrollan en contacto con el medioambiente social.
Richard (Colin Farrell) es el único tripulante adulto, en principio, de una misión espacial que parte en el año 2064 para colonizar un nuevo planeta en el que la vida humana puede ser viable. El viaje tomará más de 80 años por lo que quienes iniciarán la instalación de una nueva sociedad serán los nietos de los niños que Richard tutela en la nave espacial. Luego de una apresurada introducción, donde se menciona que los humanos parten de la Tierra por el calentamiento global, hay en la historia un salto de diez años. Richard es ahora un poco más grande y los niños ya son adolescentes.
Los mejores amigos Christopher (Tye Sheridan de Ready player one) y Zac (Fionn Whitehead) descubren que la dieta que llevan en la nave incluye un brebaje con una medicina que les sosiega la actividad hormonal normal. O sea, los jóvenes que son la primera generación del viaje no experimentan pasiones, deseos ni grandes pulsiones, sino que son un manso grupo de trabajadores prácticamente automatizados.
Cuando ambos dejan de ingerir el preparado sus sentimientos y necesidades se sintonizan con las que experimentan los adolescentes en la pubertad. Christopher y Zac comienzan a experimentar el deseo sexual pero también la violencia y el contacto físico. Christopher, el héroe, será elegido como jefe de la nave y Zac, el villano, comienza un sublevamiento contra su viejo amigo.
Voyagers abandona cualquier posibilidad de profundidad cuando el relato deriva en un enfrentamiento provocado por la maldad de Zac, que no tiene mayor explicación. Una vez que dejaron de vivir en un estado vital anestesiado uno se desarrolló como un hombre noble y el otro como un violento embaucador. Completan el elenco de jóvenes Sela (Lily Rose Depp, la hija de Johnny) y el frío Richard (Isaac Hempstead Wright, que parece no poder salir del papel del inexpresivo Bran Stark que interpretó en Game of Thrones).
Voyagers carece de un desarrollo original, ya que el planteo inicial se desdibuja cuando todo se reduce a peleas y escenas de acción. En Divergent había también facciones de jóvenes, enfrentamientos y romances cruzados. Es como si Burger hubiera hecho de vuelta la misma película. Para los fans del género que combina adolescentes y fantasía (The Hunger Games y The Maze Runner, entre otros títulos), Voyagers puede ser un entretenimiento razonable mientras que quienes busquen algo más es probable que no queden satisfechos.
13 de diciembre de 2021
13 de diciembre de 2021
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como película de ciencia ficción, deja mucho que desear. Básicamente porque es una película de adolescentes para adolescentes, donde la ciencia queda relegadísima.
Las interpretaciones tampoco son una maravilla. El niñato chulito se hace odioso, eso sí, pero más por la agresividad de su papel que por su interpretación.
No está mal para pasar el rato, pero no va a pasar al olimpo de las grandes películas de ciencia ficción. Ni siquiera se acordará nadie de ella dentro de tres o cuatro años. En el spoiler doy más detalles.
Las interpretaciones tampoco son una maravilla. El niñato chulito se hace odioso, eso sí, pero más por la agresividad de su papel que por su interpretación.
No está mal para pasar el rato, pero no va a pasar al olimpo de las grandes películas de ciencia ficción. Ni siquiera se acordará nadie de ella dentro de tres o cuatro años. En el spoiler doy más detalles.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Se supone que son niños genéticamente seleccionados de padres intelectuales. Formados desde la más tierna infancia en la ciencia. Pero ahí los ves actuando irracionalmente, creyendo en aliens que viven en el vacío interestelar (¿respirando qué y alimentándose de qué?), e incluso negando evidencias tan palpables como una grabación en vídeo de un asesinato.
Disparan alegremente dentro de una nave espacial. ¿Quién teme a una descompresión de la nave, o a una fuga de oxígeno?
Y oye, comer lo justo todos los días es aburrido. Vamos a darnos un atracón aunque mañana muramos de hambre.
Lo dicho, que no pasa ningún filtro cientifico, ni racional.
Disparan alegremente dentro de una nave espacial. ¿Quién teme a una descompresión de la nave, o a una fuga de oxígeno?
Y oye, comer lo justo todos los días es aburrido. Vamos a darnos un atracón aunque mañana muramos de hambre.
Lo dicho, que no pasa ningún filtro cientifico, ni racional.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here