El juicio de Nuremberg
1961 

8.2
14,114
Drama
En 1948, tres años después del final de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), cuatro jueces, cómplices de la política nazi de esterilización y limpieza étnica, van a ser juzgados en Nuremberg. Sobre Dan Haywood (Spencer Tracy), un juez norteamericano retirado, recae la importante responsabilidad de presidir este juicio contra los crímenes de guerra nazis. (FILMAFFINITY)
5 de julio de 2010
5 de julio de 2010
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
He venido a ver esta película recién ahora en 2010, 49 años depúes de su estreno, y por casualudad, haciendo zapping en el cable , y es la mejor experiencia cinéfila que he tenido en mucho tiempo; es un filme que te atrapa de inmediato, por la fuerza de su contenido; por unas actuaciones sencillamente brillantes, en especial Tracy, Clift y Schell; por una cámara sigilosa, respetuosa, que lo registra todo con sutileza; ha sido un placer enorme.
25 de diciembre de 2006
25 de diciembre de 2006
13 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que increíble película. A pesar de su larga duración, y de que toda la acción transcurre prácticamente en el mismo escenario, hay que darle un sobresaliente.
Es imposible enumerar aquí la cantidad de reflexiones veladas y explícitas que deja esta película: por fin alguien nos muestra no sólo las horribles escenas del Holocausto, sino además la otra cara de la guerra: cómo la vivieron los alemanes, tanto durante como después. Se plantean muchísimas reflexiones sobre grandes debates de la humanidad como la justicia, la verdad, la venganza....y cómo todo esto es siempre relativo.
Esta sí es una película "antigua" que merece ser honrada, y no por el simple hecho de ser anterior a 1970 y en blanco y negro, como pasa con muchas otras
Es imposible enumerar aquí la cantidad de reflexiones veladas y explícitas que deja esta película: por fin alguien nos muestra no sólo las horribles escenas del Holocausto, sino además la otra cara de la guerra: cómo la vivieron los alemanes, tanto durante como después. Se plantean muchísimas reflexiones sobre grandes debates de la humanidad como la justicia, la verdad, la venganza....y cómo todo esto es siempre relativo.
Esta sí es una película "antigua" que merece ser honrada, y no por el simple hecho de ser anterior a 1970 y en blanco y negro, como pasa con muchas otras
7 de diciembre de 2012
7 de diciembre de 2012
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y setenta años después, seguimos haciéndolo. Alemania se encuentra irremisible y fatídicamente unida a su pasado como muy pocas naciones del mundo lo están. No es la derrota lo que arrastran: es el peso de la culpa, siempre presta por asociación de ideas a estallarle de nuevo entre las manos.
Película madura, pétrea, contundente, objetiva y apasionada al mismo tiempo. Imposible no verse inmiscuido en los dilemas, los debates y las ideas que se desarrollan en pantalla, con unos alemanes, conscientes de sus pecados, pidiendo olvidar, y unos americanos dispuestos a que nadie, desde su punto de vista, quede impune. Así, la cámara se mueve de forma acertadísima para mostrar todos los ángulos de un juicio no exento de polémica. Un juicio que es, antes que nada, un juicio moral, y me pregunto si es realmente correcto utilizar el sistema penal para condenar la falta de ética en un acusado, máxime si tenemos en cuenta temas tan peliagudos como las responsabilidades, la jerarquía o el cumplimiento de las leyes. De hecho, el juez Haywood sustenta su fallo en aspectos filosóficos, éticos, incluso religiosos en un sentido amplio, pero no en leyes, que es lo que prima en todo proceso jurídico. ¿En serio está tan claro el veredicto? Yo no lo creo.
Interpretaciones de altísimo nivel, bocados de maestría en cada intervención de cada uno de los actores. En realidad todos merecían un Oscar pero, como eso es imposible, se tuvieron que conformar con uno solo y le tocó al más joven e inexperto, un Maximilian Schell derrochando carácter germánico en el papel del abogado defensor del acusado Ernst Janning. Sus argumentos son brillantísimos y retuercen la conciencia y las neuronas como quizá ningún otro en la película. Para lo de Montgomery Clift ya no hay ni palabras. Y para Burt Lancaster, tampoco. Genios.
Por cierto que en un momento dado uno de los personajes de «¿Vencedores o vencidos?» emplea el término «Crímenes contra la humanidad», idea que siempre me ha resultado incomprensible y bastante indigna. Creo sinceramente que TODO crimen es contra la humanidad. Todo. Que no se nos olvide.
Clásico maravilloso, de obligada visión. Elegante y necesario.
Película madura, pétrea, contundente, objetiva y apasionada al mismo tiempo. Imposible no verse inmiscuido en los dilemas, los debates y las ideas que se desarrollan en pantalla, con unos alemanes, conscientes de sus pecados, pidiendo olvidar, y unos americanos dispuestos a que nadie, desde su punto de vista, quede impune. Así, la cámara se mueve de forma acertadísima para mostrar todos los ángulos de un juicio no exento de polémica. Un juicio que es, antes que nada, un juicio moral, y me pregunto si es realmente correcto utilizar el sistema penal para condenar la falta de ética en un acusado, máxime si tenemos en cuenta temas tan peliagudos como las responsabilidades, la jerarquía o el cumplimiento de las leyes. De hecho, el juez Haywood sustenta su fallo en aspectos filosóficos, éticos, incluso religiosos en un sentido amplio, pero no en leyes, que es lo que prima en todo proceso jurídico. ¿En serio está tan claro el veredicto? Yo no lo creo.
Interpretaciones de altísimo nivel, bocados de maestría en cada intervención de cada uno de los actores. En realidad todos merecían un Oscar pero, como eso es imposible, se tuvieron que conformar con uno solo y le tocó al más joven e inexperto, un Maximilian Schell derrochando carácter germánico en el papel del abogado defensor del acusado Ernst Janning. Sus argumentos son brillantísimos y retuercen la conciencia y las neuronas como quizá ningún otro en la película. Para lo de Montgomery Clift ya no hay ni palabras. Y para Burt Lancaster, tampoco. Genios.
Por cierto que en un momento dado uno de los personajes de «¿Vencedores o vencidos?» emplea el término «Crímenes contra la humanidad», idea que siempre me ha resultado incomprensible y bastante indigna. Creo sinceramente que TODO crimen es contra la humanidad. Todo. Que no se nos olvide.
Clásico maravilloso, de obligada visión. Elegante y necesario.
11 de febrero de 2007
11 de febrero de 2007
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Geniales interpretaciones. Lleno de matices, miradas que dicen todo, de citas y frases que valen oro. Cine de aquélla época que tanto disfruto, en el que no hacían falta efectos especiales para hacer buen cine, papeles correctos, educados, pacientes. Excelentes dilemas morales o éticos sobre cada uno de los temas tratados. La vida no siempre es sencilla, esa excepcion hace cumplir la norma. Dice mucho sobre todos los sistemas que intentan generar justicia y sobre aquello que símplemente hacen teatro. Yo era de los que pensaban, antes de verla, que tanto los autores como los colaboradores (como los que hicieron como que no vieron) deberían ser responsables de sus actos, pero despues de ver la gran obra, se abren las reflexiones personales y se acaban las verdades absolutas. ¿Es responsable alguien que cumple órdenes? ¿Hasta qué punto debemos desobedecer en virtud de nuestros principios? (sin que nos llamen o acusen de antipatriotas?...)
21 de noviembre de 2012
21 de noviembre de 2012
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El horror nacionalsocialista, sembró su política de odio enfermizo y de totalitarismo agresivo durante 12 largos años (1933-1945) Es cierto que el marco político y social que presentaban Europa y el Mundo en aquella época era totalmente convulso. La mala gestión de la Paz de Versalles y el Crack del 1929 asolaron Europa y dejaron en la pobreza a muchísima gente, creándose un caldo de cultivo maravilloso que favorecía los totalitarismos de corte fascista y militarista y en prejuicio de la Democracia.
El Nazismo es la prueba de lo perversa, retorcida y malvada que resulta esta ideología. Una pandilla de maníacos que engañan a un pueblo humillado y se dedican a criminalizar a todo aquel que fuera distinto y diferente. No solo los judíos, si no los comunistas, socialdemócratas, conservadores opuestos a Hitler, gitanos, testigos de Jehovha, Homosexuales, Enfermos mentales, eslavos prisioneros de guerra, negros prisioneros de guerra, españoles exiliados de la dictadura franquista, miembros de la resistencia antinazi de toda Europa. Sin olvidar los crímenes cometidos en segunda línea y los bombardeos atroces y criminales.
Si es cierto que los aliados tampoco fueron unos santos, que hicieron cosas muy malas durante la guerra. Pero el exterminio enfermizo, malvado y generalizado del nacionasocialismo, finalmente fue castigado. El problema fueron todos aquellos bastardos de las SS que escaparon y jerarcas nazis que acabaron con su vida antes de enfrentarse a la espada de la justicia y que el mundo supiera el horror y las atrocidades de sus crímenes.
El señor Kramer, reconstruye de forma minuciosa y precisa esta genial película apoyada en un elenco actoral sublime. En las 3 horas de duración se desengranan las maldades que cometieron los nazis, y que solo la sagrada alianza de las Naciones Unidas pudo torpedear y hundir.
Considero que esta cinta habría que ponerla en todos los colegios, no solo en escuelas de cine por la perfección técnica y lo cuidado de los planos que tiene Krammer. Si no por la rigurosidad con la que tratan un hecho histórico y uno de los mayores precedentes del Derecho Internacional.
Lo peor es que a día de hoy, hay negacionistas que no merecen otra cosa que la prisión por negar las atrocidades y maldades cometidas por el régimen nazi y encima hacer apología del III Reich como baluarte y defensor de Occidente.
El Nazismo es la prueba de lo perversa, retorcida y malvada que resulta esta ideología. Una pandilla de maníacos que engañan a un pueblo humillado y se dedican a criminalizar a todo aquel que fuera distinto y diferente. No solo los judíos, si no los comunistas, socialdemócratas, conservadores opuestos a Hitler, gitanos, testigos de Jehovha, Homosexuales, Enfermos mentales, eslavos prisioneros de guerra, negros prisioneros de guerra, españoles exiliados de la dictadura franquista, miembros de la resistencia antinazi de toda Europa. Sin olvidar los crímenes cometidos en segunda línea y los bombardeos atroces y criminales.
Si es cierto que los aliados tampoco fueron unos santos, que hicieron cosas muy malas durante la guerra. Pero el exterminio enfermizo, malvado y generalizado del nacionasocialismo, finalmente fue castigado. El problema fueron todos aquellos bastardos de las SS que escaparon y jerarcas nazis que acabaron con su vida antes de enfrentarse a la espada de la justicia y que el mundo supiera el horror y las atrocidades de sus crímenes.
El señor Kramer, reconstruye de forma minuciosa y precisa esta genial película apoyada en un elenco actoral sublime. En las 3 horas de duración se desengranan las maldades que cometieron los nazis, y que solo la sagrada alianza de las Naciones Unidas pudo torpedear y hundir.
Considero que esta cinta habría que ponerla en todos los colegios, no solo en escuelas de cine por la perfección técnica y lo cuidado de los planos que tiene Krammer. Si no por la rigurosidad con la que tratan un hecho histórico y uno de los mayores precedentes del Derecho Internacional.
Lo peor es que a día de hoy, hay negacionistas que no merecen otra cosa que la prisión por negar las atrocidades y maldades cometidas por el régimen nazi y encima hacer apología del III Reich como baluarte y defensor de Occidente.
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