El verdugo
1963 

8.2
42,687
Comedia
José Luis, el empleado de una funeraria, proyecta emigrar a Alemania para convertirse en un buen mecánico. Su novia es hija de Amadeo, un verdugo profesional. Cuando éste los sorprende en la intimidad, los obliga a casarse. Ante la acuciante falta de medios económicos de los recién casados, Amadeo, que está a punto de jubilarse, trata de persuadir a José Luis para que solicite la plaza que él va a dejar vacante, lo que le daría derecho ... [+]
15 de febrero de 2009
15 de febrero de 2009
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Posiblemente El verdugo sea una de las películas españolas más unánimemente elogiadas. Y es que pocas veces una película ha hilado tan fino a la hora de esconder bajo la careta de una espléndida comedia un alegato tan contundente contra la pena de muerte.
El verdugo del título es José Isbert, un buen hombre al que, después de toda una vida ejerciendo de verdugo, le llega la hora de la jubilación. Él siempre ha aceptado su trabajo con total naturalidad y mucho oficio, pese a que siempre ha estado mal visto por la gente. Al jubilarse pierde los derechos que le permitían acceder a una nueva vivienda. Y la única forma de no perderla es que el nuevo marido de su hija consiga la plaza que él deja vacante.
Berlanga y Rafael Azcona hacen de nuevo un trabajo de una sutileza extraordinaria al contarnos una historia de trasfondo profundamente dramático como si fuera la más deliciosa de las comedias. Cada situación, cada línea de diálogo son de una frescura contagiosa. La cautela con que el personaje de Nino Manfredi trata al principio a su futuro suegro, y la desesperación con la que se enfrenta después a su nueva obligación como verdugo están retratadas de forma tan viva como creible, lejos de dramatismos forzados y discursos previsibles. Sólo cuando al final llegamos a la magistral secuencia en la que el condenado es conducido a la muerte con total resignación, mientras que el verdugo es arrastrado como si él fuera el que va a morir, es cuando nos damos verdadera cuenta de que lo que hemos visto es una historia mucho más dura y contundente de lo que a primera vista puede parecer.
Con esta película además Berlanga alcanza una notable madurez como director consiguiendo una puesta en escena de una sencillez casi deslumbrante. Además se vuelve a beneficiar de un reparto excelente, con el gran José Isbert a la cabeza. Sin él El verdugo no sería la película que es. Además la carnalidad de una joven Emma Penella, y el ingenio del matrimonio que forman José Luis López Vázquez y María Luisa Ponte, redondean un trabajo de interpretación perfecto.
Más de cuatro décadas después de su rodaje El verdugo sigue siendo una película tan vigente como lo fue en su día, y un homenaje a una forma de entender el cine que probablemente ya no vuelva.
El verdugo del título es José Isbert, un buen hombre al que, después de toda una vida ejerciendo de verdugo, le llega la hora de la jubilación. Él siempre ha aceptado su trabajo con total naturalidad y mucho oficio, pese a que siempre ha estado mal visto por la gente. Al jubilarse pierde los derechos que le permitían acceder a una nueva vivienda. Y la única forma de no perderla es que el nuevo marido de su hija consiga la plaza que él deja vacante.
Berlanga y Rafael Azcona hacen de nuevo un trabajo de una sutileza extraordinaria al contarnos una historia de trasfondo profundamente dramático como si fuera la más deliciosa de las comedias. Cada situación, cada línea de diálogo son de una frescura contagiosa. La cautela con que el personaje de Nino Manfredi trata al principio a su futuro suegro, y la desesperación con la que se enfrenta después a su nueva obligación como verdugo están retratadas de forma tan viva como creible, lejos de dramatismos forzados y discursos previsibles. Sólo cuando al final llegamos a la magistral secuencia en la que el condenado es conducido a la muerte con total resignación, mientras que el verdugo es arrastrado como si él fuera el que va a morir, es cuando nos damos verdadera cuenta de que lo que hemos visto es una historia mucho más dura y contundente de lo que a primera vista puede parecer.
Con esta película además Berlanga alcanza una notable madurez como director consiguiendo una puesta en escena de una sencillez casi deslumbrante. Además se vuelve a beneficiar de un reparto excelente, con el gran José Isbert a la cabeza. Sin él El verdugo no sería la película que es. Además la carnalidad de una joven Emma Penella, y el ingenio del matrimonio que forman José Luis López Vázquez y María Luisa Ponte, redondean un trabajo de interpretación perfecto.
Más de cuatro décadas después de su rodaje El verdugo sigue siendo una película tan vigente como lo fue en su día, y un homenaje a una forma de entender el cine que probablemente ya no vuelva.
6 de marzo de 2010
6 de marzo de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me parece muy recomendable tanto para quienes estén a favor de la pena de muerte como para los que no. Me gusta mucho que el personaje principal sea el verdugo, no el reo ni los abogados. Me encanta que la película no sea sólo una reflexión sobre tan espinoso asunto, sino que tenga también la historia de amor de Nino Manfredi con Emma Penella.
Mi momento preferido: Cuando se va a llevar a cabo la ejecución, el reo no dice ni mu, mientras que el nuevo verdugo pregunta "¿Por qué?".
Mi momento preferido: Cuando se va a llevar a cabo la ejecución, el reo no dice ni mu, mientras que el nuevo verdugo pregunta "¿Por qué?".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y al final, pese a que Nino Manfredi diga que no lo hará más, yo me quedo con la duda de si será cierto.
6 de abril de 2010
6 de abril de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es curioso cómo, a pesar del tiempo que ha pasado, todo sigue siendo igual. Tal vez no penalmente: por fortuna la pena capital fue abolida en España en 1978, pero hay actitudes que parecen intrínsecas al hecho de formar sociedad. No faltará nunca aquel que exige la consecución de tal o cual tarea a pesar de que considere de buen gusto mantenerse alejado de ella. El verdugo muestra un ejemplo extremo (pero tristemente realista), que podría ser extrapolado a muchas situaciones cotidianas: cuanto más descendemos el escalafón social más sucias están nuestras manos. Y es que todos queremos ver la calle limpia, pero que sea otro el que se avenga a la tarea. Es cierto que el film es un alegato contra la pena de muerte, pero es que por otro lado, sería de estupidez supina intentar armar un relato que tratase el tema y que per se, no se erigiera como grito a la contra: es imposible retratarla sin mostrarla y por consiguiente, refutarla. Lo difícil sería elaborar una vindicación que resultara sensata, coherente y digerible.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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Tremendamente explícita, y a colación con lo que cuento, la escena en la que arrastran al verdugo (más alterado y contrariado que el propio reo), que se encuentra en condiciones lamentables, a ejercer un "trabajo" que nadie quiere hacer pero que todos quieren ver hecho: prefieren convencer al pobre infeliz a base de alcohol que armarse de esa "hombría" que predican y tomar su puesto.
4 de mayo de 2010
4 de mayo de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
José Luis (Nino Manfredi) es un enterrador que se enamora de Carmen (Emma Penella), hija de Amadeo (Pepe Isbert), que trabaja de verdugo. Inicialmente sin la total aprobación por parte de Amadeo, José Luis y Carmen se casan, y para mantener su nivel de vida en su nuevo piso, José Luis deberá heredar la profesión de su suegro, a quien le quedan dos meses para jubilarse. Esa es la única condición que pone el Patronato de Vivienda, y lo cierto es que a José Luis no le hace ninguna gracia. Menos gracia le hará cuando llegue el primer condenado, y José Luis se verá en la disyuntiva de, o bien ejecutarlo y pasar un terrible mal trago, o bien abandonar el piso y quedarse con su familia en la calle.
Como no podía ser de otra manera, el guión de esta obra maestra corre a cargo de Rafael Azcona, referente del cine español. Azcona y Berlanga observan la sociedad española. Y la observan tan de cerca, tan con lupa, que agrandan sus defectos y nos los muestran con el estilo más cómico.
En las películas del director valenciano la crítica social es increíblemente feroz. En el caso de El verdugo, se centran en la pena de muerte, tratando el tema con una frivolidad y un humor negro como posiblemente jamás veremos en las pantallas, con tanta brillantez y elegancia. Por supuesto, la Iglesia también se lleva su parte en esta película de 1963, y el elenco de actores no puede ser mejor.
Hay quien dice que esta es la mejor película de Berlanga, y desde luego que es una de las mejores. Pero a mí, personalmente, la que considero la película perfecta, majestuosa y más increíble de Berlanga es Plácido.
Como no podía ser de otra manera, el guión de esta obra maestra corre a cargo de Rafael Azcona, referente del cine español. Azcona y Berlanga observan la sociedad española. Y la observan tan de cerca, tan con lupa, que agrandan sus defectos y nos los muestran con el estilo más cómico.
En las películas del director valenciano la crítica social es increíblemente feroz. En el caso de El verdugo, se centran en la pena de muerte, tratando el tema con una frivolidad y un humor negro como posiblemente jamás veremos en las pantallas, con tanta brillantez y elegancia. Por supuesto, la Iglesia también se lleva su parte en esta película de 1963, y el elenco de actores no puede ser mejor.
Hay quien dice que esta es la mejor película de Berlanga, y desde luego que es una de las mejores. Pero a mí, personalmente, la que considero la película perfecta, majestuosa y más increíble de Berlanga es Plácido.
21 de enero de 2011
21 de enero de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
José Luis Rodríguez es un enterrador que desea casarse con Carmen, la hija del verdugo Amadeo. Cuando éste alcance el período de jubilación, José Luis no tendrá otro remedio que sustituir a su suegro en sus tareas, hecho que no termina de convencerle del todo.
Junto con ‘¡Bienvenido, Míster Marshall!’ y ‘Plácido’ una obra maestra de Luis García Berlanga y su mejor película. Una sátira magistral que critica, censura y se opone en contra de la pena de muerte. El soberbio guión de Rafael Azcona, del propio Berlanga y de Ennio Flaiano, trata a la perfección la comicidad y la negrura. En el reparto, maravillosas las actuaciones de un sublime José Isbert, de un extraordinario Nino Manfredi y de una fabulosa Emma Penella. No se pierdan los agradables cameos de José Luis López Vázquez como sastre y Alfredo Landa como monaguillo. Excelente fotografía en blanco y negro de Tonino Delli Colli, para una de mis películas preferidas del cine español.
Junto con ‘¡Bienvenido, Míster Marshall!’ y ‘Plácido’ una obra maestra de Luis García Berlanga y su mejor película. Una sátira magistral que critica, censura y se opone en contra de la pena de muerte. El soberbio guión de Rafael Azcona, del propio Berlanga y de Ennio Flaiano, trata a la perfección la comicidad y la negrura. En el reparto, maravillosas las actuaciones de un sublime José Isbert, de un extraordinario Nino Manfredi y de una fabulosa Emma Penella. No se pierdan los agradables cameos de José Luis López Vázquez como sastre y Alfredo Landa como monaguillo. Excelente fotografía en blanco y negro de Tonino Delli Colli, para una de mis películas preferidas del cine español.
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