Mala mujer
8.2
15,067
Cine negro. Drama
Nueva York, año 1934. Christopher Cross es un simple cajero, infelizmente casado, cuya única pasión es la pintura. Una noche conoce a Kitty March, una atractiva buscavidas de la que se enamora y le hace creer que es un pintor de éxito. La chica y su novio Johnny, un tipo sin escrúpulos, aprovechan la ocasión para intentar explotar al pobre hombre, pues creen que sus cuadros valen mucho dinero.
(FILMAFFINITY)
(FILMAFFINITY)
24 de febrero de 2023
24 de febrero de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fritz Lang volvió a contar en esta joya del cine negro con Joan Bennett, Edward G. Robinson y Dan Duryea, es decir, el mismo trío protagonista con el que ya había trabajado en la también extraordinaria "La Mujer Del Cuadro".
Con el tema de la dominación sentimental en primer plano, Lang retrata de manera abrumadora y fascinante tanto a la mujer fatal, hermosa y cruel, como al hombre despiadadamente vejado y humillado por su obsesión amorosa.
La película, de texturas sombrías y atmósfera abatida, refleja de manera arrebatadora las emociones entre los tres personajes centrales de la trama, con el deseo amoroso, el desengaño y el destino fatalista como elementos principales sobre los que pivota esta obra absorbente y magistral.
Con el tema de la dominación sentimental en primer plano, Lang retrata de manera abrumadora y fascinante tanto a la mujer fatal, hermosa y cruel, como al hombre despiadadamente vejado y humillado por su obsesión amorosa.
La película, de texturas sombrías y atmósfera abatida, refleja de manera arrebatadora las emociones entre los tres personajes centrales de la trama, con el deseo amoroso, el desengaño y el destino fatalista como elementos principales sobre los que pivota esta obra absorbente y magistral.
30 de enero de 2025
30 de enero de 2025
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dirigida por Fritz Lang, Scarlet Street es un oscuro y trágico estudio psicológico sobre la corrupción moral y la manipulación. La película sigue a Christopher Cross (Edward G. Robinson), un hombre modesto y solitario que se ve envuelto en una espiral de engaños y tragedias tras conocer a Kitty March (Joan Bennett), una mujer manipuladora, y a su amante, Johnny Prince (Dan Duryea). A medida que su obsesión por Kitty crece, Cross comete actos cada vez más desesperados, hundiéndose en su propia ruina.
Uno de los temas centrales de la película es la moralidad y el engaño. Cross, que inicialmente parece un hombre honorable, se corrompe gradualmente debido a su inseguridad y su necesidad de ser amado. En contraste, Kitty y Johnny representan la codicia y la manipulación, explotándolo sin remordimientos. Lang juega con la idea de que nada es lo que parece, tanto en la historia como en su estructura narrativa, donde las apariencias engañan y la percepción de la realidad es constantemente distorsionada.
Visualmente, la película utiliza el claroscuro característico del cine negro para reflejar la ambigüedad moral de los personajes. La iluminación tenue, las sombras profundas y los ángulos de cámara expresivos crean una atmósfera opresiva y claustrofóbica que refuerza el deterioro emocional y psicológico de Cross. Su relación con Kitty es una exploración de cómo la ilusión del amor puede llevar a la autodestrucción, mostrando cómo el deseo puede cegar y corromper.
En última instancia, Scarlet Street no solo es una historia de crimen y fatalidad, sino también una reflexión sobre la percepción y la subjetividad. Lo que los personajes creen ver está moldeado por sus propias proyecciones y deseos inconscientes, lo que los lleva a interpretar la realidad de manera sesgada, con consecuencias trágicas.
Con una narrativa implacable y una estética visual impecable, Scarlet Street es una obra maestra del cine negro que sigue resonando por su exploración de la desesperación humana y la inexorable caída de su protagonista.
Uno de los temas centrales de la película es la moralidad y el engaño. Cross, que inicialmente parece un hombre honorable, se corrompe gradualmente debido a su inseguridad y su necesidad de ser amado. En contraste, Kitty y Johnny representan la codicia y la manipulación, explotándolo sin remordimientos. Lang juega con la idea de que nada es lo que parece, tanto en la historia como en su estructura narrativa, donde las apariencias engañan y la percepción de la realidad es constantemente distorsionada.
Visualmente, la película utiliza el claroscuro característico del cine negro para reflejar la ambigüedad moral de los personajes. La iluminación tenue, las sombras profundas y los ángulos de cámara expresivos crean una atmósfera opresiva y claustrofóbica que refuerza el deterioro emocional y psicológico de Cross. Su relación con Kitty es una exploración de cómo la ilusión del amor puede llevar a la autodestrucción, mostrando cómo el deseo puede cegar y corromper.
En última instancia, Scarlet Street no solo es una historia de crimen y fatalidad, sino también una reflexión sobre la percepción y la subjetividad. Lo que los personajes creen ver está moldeado por sus propias proyecciones y deseos inconscientes, lo que los lleva a interpretar la realidad de manera sesgada, con consecuencias trágicas.
Con una narrativa implacable y una estética visual impecable, Scarlet Street es una obra maestra del cine negro que sigue resonando por su exploración de la desesperación humana y la inexorable caída de su protagonista.
27 de marzo de 2017
27 de marzo de 2017
10 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para madres bondadosas capaces de apiadarse de un hijo tonto y que se compadezcan de un personaje como el que dibuja el "pintor" Edward G. Robinson.
El cine negro se condimenta con ambición, maldad, engaños y la tensión del crimen. Edward G. Robinson engrandenció este género pero en esta ocasión la torpe dirección del consagrado Lang anula su personaje.
Vemos un cincuentón sin carácter que sufre a su enérgica esposa y que se ilusiona como un chaval con una pelandusca que está dominada por la caricatura de un tipo aprovechado. Aquí no hay nadie malo. El tonto se deja manipular por la guapa que se enreda en un plan infantil que urde el chulo que la pega y al que, no entendemos por qué, ama.
A partir de esta estructura, el espectador tiene que poner todo de su parte para creer que esa historia no la ha escrito un adolescente. ¿Cine rosa, quizá? Me ha defraudado pero sigo creyendo en las capacidades del elenco que ha participado en otras obras memorables.
El cine negro se condimenta con ambición, maldad, engaños y la tensión del crimen. Edward G. Robinson engrandenció este género pero en esta ocasión la torpe dirección del consagrado Lang anula su personaje.
Vemos un cincuentón sin carácter que sufre a su enérgica esposa y que se ilusiona como un chaval con una pelandusca que está dominada por la caricatura de un tipo aprovechado. Aquí no hay nadie malo. El tonto se deja manipular por la guapa que se enreda en un plan infantil que urde el chulo que la pega y al que, no entendemos por qué, ama.
A partir de esta estructura, el espectador tiene que poner todo de su parte para creer que esa historia no la ha escrito un adolescente. ¿Cine rosa, quizá? Me ha defraudado pero sigo creyendo en las capacidades del elenco que ha participado en otras obras memorables.
25 de noviembre de 2016
25 de noviembre de 2016
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es verdad, como aquí ha dicho alguien, que los grandes directores tienen un plus de buena crítica hagan lo que hagan o casi.
A Fritz Lang le debemos grandes cosas, pero no esta. Los giros del guión son a veces inverosímiles, como la vuelta al cabo de cinco años del marido de la viuda y no cuento más.
Robinson está bien, como suele, pero ni Joan Bennet ni Dan Duryea están a la altura, porque su papel es bastante falso y está montado en la nada.
Está muy bien rodada, porque se nota el gran oficio de Lang, pero ni la trama ni el guión dan mucho de si.
Es interesante si se desea conocer toda la trayectoria de Lang, pero si uno la ve sin saber que es de él desde luego es difícil darle un diez.
Y el final, al spoiler.
A Fritz Lang le debemos grandes cosas, pero no esta. Los giros del guión son a veces inverosímiles, como la vuelta al cabo de cinco años del marido de la viuda y no cuento más.
Robinson está bien, como suele, pero ni Joan Bennet ni Dan Duryea están a la altura, porque su papel es bastante falso y está montado en la nada.
Está muy bien rodada, porque se nota el gran oficio de Lang, pero ni la trama ni el guión dan mucho de si.
Es interesante si se desea conocer toda la trayectoria de Lang, pero si uno la ve sin saber que es de él desde luego es difícil darle un diez.
Y el final, al spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La película podría haber acabado de varios modos en lugar del que tiene, que es muy malo.
Podría acabar simplemente con el ajusticiamiento del chulo, sin más.
O, en plan cínico, con un primer plano de Robinson sonriendo, que sería fantástico, porque han pagado quienes se han estado riendo de él.
En cambio, oye voces de ultratumba de Kitty y su chulo, que no novio. Intenta ahorcarse con tal poco éxito que sobrevive. Después se nos dice que lleva cinco años de mendigo por la ciudad. ¿No se podría haber matado veinte veces en esos cinco años?
Un buen final es siempre difícil, pero esto es una gran equivocación, ni fu ni fa.
Podría acabar simplemente con el ajusticiamiento del chulo, sin más.
O, en plan cínico, con un primer plano de Robinson sonriendo, que sería fantástico, porque han pagado quienes se han estado riendo de él.
En cambio, oye voces de ultratumba de Kitty y su chulo, que no novio. Intenta ahorcarse con tal poco éxito que sobrevive. Después se nos dice que lleva cinco años de mendigo por la ciudad. ¿No se podría haber matado veinte veces en esos cinco años?
Un buen final es siempre difícil, pero esto es una gran equivocación, ni fu ni fa.
2 de agosto de 2022
2 de agosto de 2022
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pienso que no me ha gustado porque los códigos sociales de antaño me dejan fuera de juego, no la entiendo del todo, no es una historia atemporal.
Me refiero, por ejemplo, a que el salario medio mensual era de unos 50$ o 100$, y el infeliz se desvive por tratar de conseguir sumas como 500$ o 1000$, con tal de impresionar a su objeto de adoración, sin haber obtenido aún absolutamente nada a cambio. Además hay cosas que se notarían un poco, si bien en última instancia una mujer siempre te puede engañar, un hombre de esa edad, por muy tímido que sea, va a percibir si al menos agrada en algo. O mejor dicho, el embuste tendría que ser mucho más elaborado, la femme fatale mostrarse más cercana y seductora.
Me refiero, por ejemplo, a que el salario medio mensual era de unos 50$ o 100$, y el infeliz se desvive por tratar de conseguir sumas como 500$ o 1000$, con tal de impresionar a su objeto de adoración, sin haber obtenido aún absolutamente nada a cambio. Además hay cosas que se notarían un poco, si bien en última instancia una mujer siempre te puede engañar, un hombre de esa edad, por muy tímido que sea, va a percibir si al menos agrada en algo. O mejor dicho, el embuste tendría que ser mucho más elaborado, la femme fatale mostrarse más cercana y seductora.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Cierto que ella no lo buscaba, que la cayó del cielo: ahí la crítica lleva razón cuando habla de 'el engañoso poder de la imaginación'. Porque ella en realidad no era más que una vaga, una cara bonita y pintada sin ningún tipo de talento ni virtud, y que disimulaba esa realidad con su coquetería y poder de manipulación. Como consecuencia, solo podría sentirse enamorada de alguien que la maltratase y la manipulase, el cazador cazado. Aunque ella en el fondo tampoco era tan malvada, yo diría que la palabra limitada define su naturaleza con mayor precisión, porque su inteligencia no llegaba a tanto. Como mucho, podría llegar a ejecutar una orden elemental, o seducir en un momento puntual poniendo mohínes, pero ocurrírsele un complejo plan de estafa no. Si vemos como es Johnny el que insiste y tira de ella todo el rato para que 'le saque más pasta al viejo'. Luego ella ve que puede y también se sube al carro.
¿O qué es eso de que la mujer de Robinson guarda un par de miles de dólares (de los de entonces) en el cajón? ¿Con lo que se odían ella y su marido nunca se ha preocupado del bienestar de ese dinero? A lo mejor eso antes sería impensable de lo civilizada que sería la población, pero es algo que visto a día de hoy no se entiende, pues hay casos reales de hombres que se tiran desde un noveno porque su mujer no les quiere dar para el café.
No me gusta el final porque el sentimiento de culpa de Robinson lo veo absurdo, lo han estado jodiendo entre todos (su propia mujer, su primer marido truhán que regresa de entre los muertos y lo quiere chantajear, la femme fatale, su chulo) y las circunstancias se dan de tal modo que todos ellos pasan a una vida mejor, ¿qué hay de malo? Es lo mejor que podía haber pasado, ¿de qué hay que arrepentirse? Bueno, quizás solo de robarle al inocente jefe. Como contrapunto, otra vez se nos viene a la mente Johnny, el cual estaba engañando a quien se pusiera de por medio y nunca se le ha visto muy preocupado por nada. ¿Quién sufre menos?
¿O qué es eso de que la mujer de Robinson guarda un par de miles de dólares (de los de entonces) en el cajón? ¿Con lo que se odían ella y su marido nunca se ha preocupado del bienestar de ese dinero? A lo mejor eso antes sería impensable de lo civilizada que sería la población, pero es algo que visto a día de hoy no se entiende, pues hay casos reales de hombres que se tiran desde un noveno porque su mujer no les quiere dar para el café.
No me gusta el final porque el sentimiento de culpa de Robinson lo veo absurdo, lo han estado jodiendo entre todos (su propia mujer, su primer marido truhán que regresa de entre los muertos y lo quiere chantajear, la femme fatale, su chulo) y las circunstancias se dan de tal modo que todos ellos pasan a una vida mejor, ¿qué hay de malo? Es lo mejor que podía haber pasado, ¿de qué hay que arrepentirse? Bueno, quizás solo de robarle al inocente jefe. Como contrapunto, otra vez se nos viene a la mente Johnny, el cual estaba engañando a quien se pusiera de por medio y nunca se le ha visto muy preocupado por nada. ¿Quién sufre menos?
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