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Críticas de Víctor Taranilla
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Críticas 36
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
4
16 de diciembre de 2017
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una sombra se cernía sobre el episodio VIII de la aclamada saga de Star Wars. Se temía que el parecido entre los episodios IV y VII fuera de nuevo evidente entre “El Imperio contraataca” y “Los últimos Jedi”, pero para nuestra tranquilidad, sus creadores dejaron claro que había llegado el momento, un cambio se avecinaba y como ya adelantaba Luke Skywalker en el trailer: “Ésto no va a ir como tú crees.”

Pero ¡ay! no todos los cambios van a ser a mejor. ¿Quién lo iba a decir? Al final acabaremos echando de menos a J.J. Abrams. Porque sí, “El despertar de la Fuerza” puede parecerse a “Una nueva esperanza” más de lo deseable, pero fue una digna presentación de saga. “Los últimos Jedi” es, sin embargo, una ruidosa declaración de intenciones por parte de Disney en la que pretende dejar claro un mensaje: “Ésto ahora es nuestro, y vamos a hacer lo que nos dé la gana con ello.” También anticipado por Kylo Ren en el trailer: “Que el pasado muera.”

Esperábamos un cambio, deseábamos un cambio, y esta nueva entrega estaba llamada a ser un hermoso sacrilegio que anunciara el fin de ciclo para dar lugar a una Nueva Era. Rian Johnson podría haber erigido el cuerpo de la nueva trilogía sobre los cimientos de la obra original de George Lucas.

Sin embargo, desde el título, pasando por esas letras rojas del cartel, y hasta el último de los segundos del tráiler eran, como ya nos advirtió el Almirante Ackbar, una trampa. Nada funciona, las múltiples líneas argumentales son un montón de vaivenes que no dan a ninguna parte. Le sobra comedia, personajes que no aportan y sí, también Porgs, los cuales alguno se atreve a comparar con los Ewoks, desmereciendo su contribución a la lucha contra el Imperio. Si los Porgs aportan algo, será dinero a las arcas de Disney por la venta de muñecos. Pero es que también le falta. Falta química (la que Daisy Ridley y John Boyega demostraron en la película anterior), faltan personajes relevantes, falta un proyecto sólido, falta ese barniz mitológico que siempre ha tenido la saga, falta… la magia de Star Wars.

En definitiva, si algo es “Los últimos Jedi”, es una carta blanca que Disney se concede a sí misma para hacer lo que le venga en gana con la saga. Y mucho me temo… que sus intenciones no son nada buenas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Víctor Taranilla
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3
13 de mayo de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se veía venir. El ‘thriller’ español se había puesto de moda y los espectadores acabaríamos hastiados. Podíamos estar hablando, de algún modo, de una ‘burbuja’ de género en el cine español. Pues bien, con ‘Plan de fuga’ Iñaki Dorronsoro puede que haya pinchado definitivamente esta burbuja o, al menos, la ha desinflado notablemente. ¿Quién sabe? Tal vez hasta tengamos que agradecérselo.

Más no siempre es mejor, sobretodo si el resultado final hace intuir a quien lo ve que el batiburrillo de ideas que componen esta obra no se han planteado, ni siquiera en su origen, con un “vayamos paso por paso”. Sus propios creadores no han dado ni la más mínima oportunidad a esta historia, su desarrollo parecen patadas hacia adelante y las múltiples líneas argumentales que abre acaban siendo flecos sueltos. Diálogos pomposos y giros de guión intentan elevar esta película, pero carecen de sentido. No es, ni de lejos, tan inteligente como se cree.

En cuanto al reparto, Luis Tosar y Javier Gutiérrez, a pesar de que ninguno cuenta con una presencia que pueda calificarse de principal, ofrecen unas muy buenas interpretaciones, aunque no consiguen sacar adelante a sus propios personajes. Como ya se comentó, no se concede ni una sola oportunidad. ‘Plan de fuga’ es un producto fallido.
Víctor Taranilla
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8
9 de mayo de 2017
5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dejar huella en tierra virgen, llegar donde nadie ha llegado, hoy día ha sido llevado a límites insospechados. Bien sea por nuestro propio pie, o a través de cachivaches de nuestra propia invención, cada paso supone el ensalzamiento de la raza humana más allá de fronteras tan difíciles, e incluso “divinas”, como nuestra propia atmósfera. Para que tales locuras fueran desenmascaradas por su propia definición, y la aparente falta de juicio fuera vencida por el uso mismo de la razón, para que de verdad se pudiera dejar constancia de nuestra existencia más allá de nuestro propio planeta, hubo que dar unos primeros pasos. Y, precisamente, el espíritu aventurero que dejó huella en los rincones más remotos del mapa es el alma de ‘Z, la ciudad perdida’, la adaptación de la novela homónima que relata la ambición de Percy Fawcett, militar y cartógrafo británico, por encontrar una ciudad perdida en la Amazonia a la que llamó Z, “la última pieza del puzzle que es la raza humana”.

Esta película nos hará testigos de la victoria de un hombre derrotado de nacimiento. Como dejó caer uno de los personajes de la película, Fawcett fue un hombre “desafortunado a la hora de elegir a sus antepasados”. Buscando restablecer el buen nombre de su familia, Fawcett aceptó la misión de cartografiar la frontera entre Bolivia y Brasil a fin de evitar un conflicto entre ambas naciones. Paradójicamente, un primer viaje emprendido para levantar una frontera dio pie a muchos otros cuyo fin era derribar los muros de la ignorancia y la arrogancia de quienes se llamaban a sí mismos “civilización”. Cada paso de Fawcett abría su mente, cada paso derribaba un muro, cada pisada quebrada un horizonte, cada una de sus huellas, era una victoria. ‘Z, la ciudad perdida’ es aventura, en todo y por todo.

Un sorprendente Charlie Hunnam da vida a un Percy Fawcett que, buscando el camino del reconocimiento, perdido y condenado a la esperanza, encuentra el destino de su vida. Y así como éste buscaba algún destello luminoso entre la vegetación de una jungla más paisaje interior que exterior, capaz de proyectar su caos y de exudar sufrimiento sobre los mismos personajes, James Gray, guionista y director de esta cinta, la conduce hacia esa luz. A la que es, hasta la fecha, su mayor obra. Además, todo esto ha sido posible gracias a la “mano ejecutiva” de Brad Pitt, quien acertadamente confió en Gray para dirigir esta gran pieza de cine de aventuras que quedará para el recuerdo de los espectadores.

Pitt y Gray narran la historia de forma que proyectan auténtica admiración. Juntos, han conseguido elevar la historia de tal forma que, en realidad, es posible que no haya nada más allá del ensueño del cine.
Víctor Taranilla
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6
6 de mayo de 2017
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La combinación Zalone-Nunziante, el primero como guionista y protagonista y el segundo como guionista y director, resulta francamente efectiva. No se complican, afilan con sumo cuidado sus dardos para lanzarlos sobre algún objetivo centro de sus obras.

Nos brindan así una nueva pieza de cine europeo que explota la idiosincrasia, en este caso, del funcionariado italiano. Esta película, titulada originalmente ‘Quo vado’, es un espejo deformante en el cual, tal vez sin saberlo, sus creadores han reflejado no sólo a sus compatriotas, sino también a muchos vecinos de la Unión. La historia es incluso llevada a los extremos, al contraponer muchos hilarantes tópicos de los italianos con la también tópica corrección nórdica, de una sátira que destila incorrección política.

Esta película de aspiraciones populares narra las peripecias de un funcionario que se dedica a la rutinaria pero cómoda tarea de expedir licencias de caza y pesca. Vive en casa de sus padres, mimado por su madre, con una novia con la cual no tiene intención de casarse ni tener hijos… se cree poco menos que el rey del mundo. Pero ese mundo suyo se derrumba cuando el Estado decide eliminar su unidad administrativa. Antes que aceptar una indemnización y buscar otro trabajo, el protagonista está dispuesto a aceptar traslados a las regiones más remotas de Italia. Su afán por agarrarse al puesto fijo le lleva hasta Noruega. Allí, el ácido y zafio humor inicial pierde fuelle para asentarse en tópicos fáciles y lineales. A medida que avanza la película, ésta recupera por momentos el fuelle perdido gracias a Zalone, lo que para algunos puede salvarla, y para otros hundirla, pues por momentos es muy divertido, pero en otros puede resultar cargante, incluso irritante.

En definitiva, ’Un italiano en Noruega’ entra, por poco pero entra, en esa lista, en cierto modo familiar, de recomendaciones europeas para reírnos de nosotros mismos o de ver como otros combaten sus clichés con humor: ‘Bienvenidos al norte’ (2008), ‘Bienvenidos al sur’ (2010), ‘Nada que declarar’ (2010) o ‘Bienvenidos a Grecia’ (2015) entre otras.
Víctor Taranilla
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8
5 de mayo de 2017
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los antihéroes están de moda. Unos más oscuros, otros, como éstos, gamberros -aunque con encanto-, pero todos ellos están siendo agradecidas bocanadas de aire fresco para los fans del género y, por otro lado, un interesante y divertido serial -efectivamente, esto aún no ha terminado- al que dar una oportunidad para quienes no puedan con tanta capa.

Vuelven, por lo tanto, los Guardianes, para nuestro deleite y alivio, pues conservan lo mejor de su precuela: espectacularidad y chifladura. Pero no a partes iguales, pues el delirio, las arbitrariedades y el ridículo inundan la sala para no dejar indiferente a nadie. Eso es, aunque los interesados gamberros muestren en esta ocasión su faceta más heroica, los sacrilegios que se ganaron los aplausos y las carcajadas del público siguen ahí.

La “panda de pringados” estrecha lazos, no sólo entre ellos. Quill y su padre, Gamora y su hermana, la custodia compartida de Baby Groot, un mayor acercamiento a Yondu… la trama se vuelve mucho más personal y familiar en esta segunda entrega. Para colmo, la banda sonora, el ‘Awesome Mix Vol. 2’ recorre la misma longitud de onda que la historia: sentimental, divertida y delirante a partes iguales.

P. D. sin prisa, tras el final, les aguardan hasta 5 secuencias post-créditos.
Víctor Taranilla
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