Mike Lowrey (Will Smith) y Marcus Burnett (Martin Lawrence) forman una peculiar pareja de policías que pertenece a la división de narcóticos de la Metro de Miami. Tras el robo de una alijo previamente decomisado por ellos mismos, se verán inmersos en un cúmulo de situaciones al límite tanto en su vida personal como profesional que pondrán a prueba la solidez de su amistad.

Estamos ante el debut en la gran pantalla de Michael Bay, un joven realizador proveniente del mundo de la publicidad, formando tándem junto con una de las parejas de productores más reputada de Hollywood dentro del género de la acción: Don Simpson / Jerry Bruckheimer ('Top Gun', 'Beverly Hills Cop', 'Marea Roja', 'Días de trueno'...). Este mismo tándem firmaría 1 año después la que a la postre para un servidor es la mejor obra de Bay: 'La Roca'. Con Bay a la dirección y Simpson / Bruckheimer en la producción ejecutiva un suculento presupuesto en explosiones y coches desguazados está asegurado.

La película pertenece al subgénero de 'Buddy Movie', aquellas que suelen explotar los contrastes del carácter entre la pareja protagonista proporcionando una buena dosis de situaciones cómicas ('Arma Letal' o 'Límite 48 horas', por citar dos referentes dentro del género).

Sin embargo, 'Bad Boys' tras su visionado no parece destacar demasiado ni por sus situaciones cómicas, las que suelen ser un tanto repetitivas y sobretodo muy poco elaboradas (todo un crimen ya que supone desperdiciar a dos talentos cómicos de la talla de Smith y Lawrence), ni por sus escenas de acción, pese al buen número de explosiones, fuego a raudales y a su frenética realización "videoclipera" (lejos de la calidad de referentes como Tony Scott).

Cabe destacar algunos planos llamativos y el aprovechamiento de la fotografía característica que nos ofrece Miami con sus tonos ocres al atardecer (no todo son contras en los dejes publicitarios del director) y una buena y pegadiza banda sonora que va más allá de su tema principal. Otra de las cosas que pasarán a la historia en nuestro recuerdo es la escena de Will Smith corriendo con la camisa abierta y el elegante Porsche 911 turbo de color negro.

En resumen, un aceptable debut en pantalla de Michael Bay que adivina ya sus futuras maneras pero que cojea, sobretodo, por un insulso y pobre guión y un excesivo metraje (cercano a las 2 horas) para lo que la historia pretende contar.

Carl Casper es un reputado chef de alta cocina. A raíz de una mala valoración por parte de un influyente crítico culinario junto a un desafortunado episodio en las redes sociales, Carl verá como su carrera se va al traste. Los repentinos problemas profesionales se unen a los ya personales: Separado de su mujer y la falta de tiempo para atender a las necesidades de su hijo. A partir de ahí, nuestro protagonista buscará reinventarse volviendo a los humildes orígenes que un día le llevaron al éxito a todos los niveles de la vida.

Se trata de una película para todos los públicos, con una trama sencilla, fácil de seguir y para que engañarnos, muy previsible. Sin embargo, Favreau (que dirige, escribe y protagoniza el film) es sincero con el espectador desde el primer momento ya que nos cuenta la historia de manera llana, sin pretensiones de ningún tipo, moralejas, ni lecciones morales. Se trata de un relato familiar para entretener y pasar el rato y lo consigue.

El resto del reparto cuenta con varias caras conocidas (Scarlett Johansson, Dustin Hoffman, Robert Downey Jr. y Sofia Vergara, entre otros) de las que no hay mucho que destacar sobre su contribución, la cual se limita a meros papeles secundarios sin mucho juego dentro de la trama.

Un grupo de amigos, formado por varias parejas, se reúne una noche en casa de una de ellas para cenar coincidiendo con el paso de un cometa por la órbita terrestre. Dicho cuerpo celestial provocará cambios en las leyes físicas que rigen nuestro planeta y por consiguiente en la percepción de la realidad por partes de los protagonistas, evocando todo ello a una serie de acontecimientos que conllevarán episodios de tensión, miedo y desesperación.

James Ward Byrkit dirige y co-escribe esta obra que supone su opera prima, cuyo punto fuerte reside sin duda en la atractiva trama que se nos presenta y que desde el primer momento en que se desarrollan los sucesos consigue captar la atención del espectador y despertar la curiosidad por saber qué es a lo que se enfrentan realmente los protagonistas.

Aunque es cierto que la temática tratada así como el núcleo de la trama son muy interesantes hay que subrayar también que el guión adolece de algún elemento introducido de manera forzada para hacerlo más comprensible (como el libro) y que algunas de las situaciones son resueltas de manera poco creíble o incoherentemente (aunque debido a la complejidad y el abanico de posibilidades de lo que se nos presenta, es hasta cierto punto comprensible y perdonable).

La película está rodada prácticamente en su totalidad en la misma localización (la casa) y ello hace que nos encontremos ante uno de esos filmes en que el peso de la acción está llevado por completo por los actores y en especial por sus diálogos. Acerca de la interpretación tampoco cabe destacar nada en concreto, correctas por parte de todos los actores y poco más (quizás Emily Foxler sobresale un poco por encima del resto en parte por las exigencias del guión).

Desde el punto de vista técnico no destaca por la búsqueda de una estética preciada, las tomas están grabadas en su mayoría "camara en mano" transmitiendo cierto nerviosismo y en ocasiones abusando demasiado de los primeros planos.

En definitiva aunque con sus defectos y limitaciones, estamos ante una propuesta fresca y muy meritoria por parte de su autor teniendo en cuenta que se trata de su debut en la gran pantalla y las reservas de presupuesto que ello conlleva (la película fue rodada en menos de una semana), cuyo elemento clave es un interesante guión que consigue despertar el interés del espectador y captar su atención.

Western ambientado en México durante el contexto de la guerra civil entre los partidarios del emperador Maximiliano y los rebeldes juaristas. Gary Cooper y Burt Lancaster interpretan a dos mercenarios estadounidenses que alquilan sus servicios al bando del emperador pero siempre movidos por sus propios intereses, los cuales irán desviándose a medida que entran en juego otros factores.

A priori tanto el contexto de la guerra civil mexicana como el gran reparto y la dirección de Aldrich forman un cóctel que invita al optimismo, sin embargo muy a nuestro pesar la película trata muy superficialmente el contexto histórico y se centra básicamente en el contraste entre los dos actores principales cuyo gran oficio e interpretación son los que sostienen en todo momento la película.

La principal debilidad del film la encontramos en un guión muy poco elaborado (ya no sólo por el trato al contexto histórico) que resuelve algunas situaciones y conflictos de manera bastante absurda (escena de los niños cuando son rodeados en el poblado). La resolución final de la trama es muy floja y carece de toda épica en un duelo totalmente insulso y que se solventa sin transmitir la más mínima tensión.

A destacar las actuaciones de Gary Cooper (sobriedad, caballerosidad y elegancia que en el pasado estuvieron al servicio de unos valores) y Burt Lancaster (impetuoso y oportunista canalla de simpática sonrisa blanca) que interpretan dos buscavidas solitarios con personajes muy contrapuestos y el aliciente de ver a una joven y bella Sara Montiel en el papel de una rebelde y pícara juarista. Por el contrario, al terminar el visionado nos econtramos con la sensación de que con todos los elementos que juega la película el resultado no termina de satisfacer la expectativas iniciales.

Se le mojó la pólvora a Robert Aldrich, lástima.

Una historia de amor sencilla, llana y sin florituras que surge casualmente tras un fatal acontecimiento que hace regresar a un post-adolescente al lugar en el que se crió. El protagonista que ahora ejerce como actor en Hollywood abandona la vorágine de la meca para regresar por unos días a su pueblo natal típico del interior de los USA.

Hasta aquí ningún problema. Me encantan las historias de amor y si son simples y llanas, es decir, creíbles, mucho mejor; pero en 'Algo en común' nos enfrentamos a casi dos horas de pura desidia, como el protagonista, parece que el ritmo y la trama están hasta arriba de antidepresivos. Es lenta, demasiado. Estamos con la eterna sensación de que no ocurre nada y esperando a que surja algo que justifique esas buenas críticas (que al menos yo he leído previo a su visionado) pero acabamos con la decepción de no encontrar justificación alguna. La película sobrevuela todos los personajes y acontecimientos sin profundizar, muy fría.

Hay películas lentas y mucho más largas que no transmiten la sensación de pesadez ni provocan la ansiedad de esperar que suceda ese "algo". No puedo destacar nada de este film (salvo un par de planos: El del espejo y el de la chimenea), me parece mediocre en todos los sentidos excepto en el apartado musical, donde coincido con los gustos de Braff.

Guión muy superficial y estirado en demasía. No la recomiendo.