La última película de Scorsese, con DiCaprio y De Niro a la cabeza, es un retrato duro y sin concesiones de la crueldad y la ambición desmedida, ejemplo de cómo tantos y tantos nativos americanos fueron despojados de todo, en este caso con el negocio del petróleo de por medio. Los personajes y sus miserias son fielmente retratados con la maestría que caracteriza al director y el film no se hace largo a pesar de sus más de 200 minutos; el problema, en mi opinión es que el ritmo es bastante irregular, corriendo mucho la historia en según qué fases y recreándose en otras, de forma que a pesar de su duración a veces parece ir un poco precipitada la trama. En cualquier caso es de agradecer que aún siga Scorsese trayéndonos trabajos como éste, que como mínimo resultan notables.

Al igual que en la primera entrega, la segunda parte de Avatar, por encima de todo, es un auténtico espectáculo visual por encima de todo. Se le puede achacar, como a la anterior, que su argumento ha sido mil veces visto (a la anterior se le acusaba de ser una Pocahontas con ciencia ficción). Pero es innegable que como blockbuster palomitero es sencillamente un disfrute, tanto por el color y las texturas como por la acción, las criaturas, el entorno...
Es cierto que no sorprende como lo hizo la película de 2009, como es lógico, y que ya conocemos Pandora y su naturaleza, pero dan un giro y nos adentramos en el mar, que aunque a mí personalmente me gusta menos que la selva, la verdad es que mantiene toda la aventura y entretenimiento en todo lo alto.

Miniserie documental de 5 episodios con el actor Frank Grillo viajando a distintos países y mostrarnos la lucha más característica del país en cuestión. México, Tailandia, Birmania, Senegal e Israel son los destinos desde donde se mostrará el día a día de boxeadores, luchadores de Muay Thai, de Lethwei, de Laamb o de Krav Maga. Y la verdad es que, aparte del boxeo o, en menor medida el Muay Thai (o Boxeo Tailandés), el resto de artes marciales es menos conocido para el gran público y podemos ver desde dentro cada una de ellas. Grillo se pone los guantes en cada país y trata de empaparse y aprender no solo cómo usar las técnicas sino entender la filosofía de vida que llevan consigo. En general es interesante, y al ser solo 5 episodios, pasa muy rápido y se ven con facilidad.

TEMPORADA 1:
Warrior llega (y nunca mejor dicho), dándonos en la boca desde el inicio con contundencia. Las coreografías y la ambientación son intensas y muy logradas, y la trama y el personaje principal son lo bastante interesantes como para que te atrape desde el principio, aunque no sea nada que no se haya visto antes, pero todo está bien hecho y consigue que el espectador conecte, dejando el final de la temporada con ganas de seguir (7/10).

TEMPORADA 2:
En la línea de la temporada anterior, Warrior mantiene el mismo ritmo, interés y acción que la primera entrega, de forma que todo lo que interesaba desde el inicio sigue vivo y los distintos personajes a los que sigue y sus arcos hacen que el espectador no baje las expectativas que se pusieron al comenzar la serie, a la espera de ver qué sucede en la 3ª (7/10)

TEMPORADA 3:
Ante la sorprendente cancelación por parte de HBO de la serie (y la más que probable continuación en Netflix), la tercera temporada está claro que se hizo contando con seguir la historia, porque deja las espadas en alto y la trama está muy interesante. Las coreografías y la ambientación sigue siendo de la misma calidad e incluso la historia se torna, si cabe, más intrigante. Es una serie de acción y coreografías de peleas cuerpo a cuerpo realmente notable y sigue manteniendo el nivel que incluso diría que sube en la tercera entrega. (8/10)

TEMPORADA 1:
Miniserie cuanto menos original con Steven Yeun y Ali Wong en los papeles principales y la cadena de sucesos que se desencadenan por un encuentro inicial y la espiral de situaciones que ello acarrea. Con mucha sátira, mucha mala baba y retratando las situaciones por las que una persona puede pasar a causa del estrés, las crisis matrimoniales, la rutina o la presión social de cualquier índole, "Bronca" es ácida, por momentos incómoda y con unos protagonistas que consiguen transmitir lo que pretenden. Lo que le resta, en mi opinión, es que la espiral en la que cae la trama se vuelve tan retorcida que parece demasiado. Pero en líneas generales es muy interesante y no cabe duda que es particular y original.