Las expectativas son altas, dada la nota que tiene esta película y muchas críticas positivas. Me encanta el género de terror, no me asusta lo gore, ni el terror psicológico ni lo perturbador (me gusta más bien) y es por todo ello que me dispongo a ver esta peli.

He leído que tiene todo ello y que además es una muy buena peli, pero cuál es mi sorpresa cuando la película empieza a avanzar y no sucede nada. Paciencia, tiene que llegar, algún suceso puntual hace que dé la sensación de que por por fin va a empezar la acción; y con la acción, quiero decir los hechos, sucesos perturbadores, momentos que me hagan sentir escalofríos... pero nada, sigue sin suceder NADA DE NADA.

Llevo una hora y cuarto y tengo que parar la peli porque no aguanto más. Semanas más tardes (semanas sí) me decido a verla acabar, y necesito la ayuda del botón que avanza 10 segundos para usarlo cada dos por tres de forma que la maldita peli termine de una vez y pueda tratar de entender el porqué de tan buenas notas. La película termina y sigo sin entenderlo. ¿Acaso tanta gente no ha visto buenas películas de terror psicológico, de verdadero suspense?

En fin, que incomprensible que la película tenga más de un 4 en esta web. Es soporífera, pesada, lenta, muy lenta, a veces poco creíble, otras indignante.

Si te dispones a ver esta serie, has de tener claro que la cultura woke impera desde el minuto 1 de la serie y es tal reparto lo que vertebra el guión. A partir de ahí se desarrolla una serie con buena idea, pero a la espera de más capítulos por ver (solo he visto el primero pero necesitaba desahogarme ante tanto 'progreso'.

Las criaturas sobrenaturales están bien hechas aunque recuerdan más a Silent hill que a la película original.

La música alcanza la cúspide cuando aparece Willow y con él la melodía de la película original.

Por lo demás, mucho diálogo milenial y unos créditos finales que desentonan profundamente con el espíritu de la serie.

Por cierto FilmAffinity, llamáis remake a la serie cuando claramente la historia continúa la película original. Yo le diría secuela más bien.

Cuando el cine era libre, sin cuotas de mercado, sin ideología, solo puro entretenimiento... aparecían estas grandes joyas en donde dos pedazo de actores, una banda sonora soberbia y un diseño de producción maravilloso unidos a un buen guión lleno de tensión y suspense nos daban como resultado estas pequeñas joyas.

Una batalla dialéctica de mandos militares. Un gran ego lleno de experiencia contra una gran inteligencia aún por pulir. Más banda sonora magnífica, hecha a ordenador pero genial igualmente, eso que hizo a Hans Zimmer ser hoy quién es... Y el resultado, pura tensión nuclear, submarinos, guerra fría y sentimiento e idealismo pacifista (y no es para menos).

En serio, recomendable película que gustará a cualquier buen nostálgico del cine militar, marítimo y con algo de contexto político. El final es acertado. Solo queda disfrutar y no olvidarse de la música que enriquece cada diálogo.

Así podría titularse. Plantea los mismos interrogantes relacionados con el futuro inmediato, uso de tecnologías, peligros, ética y límites.

En algunas partes el guión se sostiene con pinzas pero el mensaje llega y es verdad que aunque nadie suele ser tan bobo como para regalar su intimidad de esa manera, tiene que haber de todo y la historia y la vida en general nos ha demostrado que donde hubo un ingenuo llegará otro que lo sea aún más.

Tom Hanks está espléndido, como siempre. La única lástima es que solo sea un secundario de la película que protagoniza Emma Watson.

Si te gusta Black Mirror, te gustará esta película. Aunque tal vez añores la duración de menos de una hora de cada capítulo de esa serie.

A mis 39 años llevaba 28 esperando la segunda parte de una película que, siendo niño, me hizo reír y disfrutar de un Eddie Murphy pletórico en aquella época y la decepción ha sido considerable.

La película empieza muy bien, mantiene la esencia de la primera parte pero esto dura 15 minutos pues no llevamos ni medio metraje cuando todo se torna en una mala telecomedia de enredo y tonterías cuyo protagonismo releva a Eddie Murphy a un segundo plano y, seamos sinceros, todo el que viene a ver esta película quiere Eddie Murphy puro, Eddie Murphy de los 80, y eso, a pesar de las grandes espectativas dado un elenco que logra reunir a casi la totalidad de los personajes de la primera parte, se estrella por culpa de una historia sin gracia ni gancho. Es una verdadera pena. He de decir que me costó terminarla pero lo hice por respeto a una película cuya primera parte fue gloriosa.

Cabe destacar el cuidado doblaje que, a pesar de la elevada edad de sus protagonistas, respeta el reparto original en la medida de lo posible y de Juan Fernandez (Eddie Murphy) solo queda agradecer que siga retomando el atril a pesar de estar ya jubilado.