A pesar de que la fotografía es preciosa, y de que cuente con un presupuesto holgado, lo cierto es que parece un spaguetti-western... y de los malos.
Lo cierto es que llega a cansar, y esto no me suele suceder en este tipo de películas.
Los intérpretes resultan funcionales y no mucho más, y la película no arranca en ningún momento, resultando pesadita.
Vista dos veces, ninguna de ellas me convenció, ni siquiera puedo decir que me gustara.
No obstante, se puede pasar el rato, pero siempre que no se le exija nada

Muy convencional western, sin nada destacable, sin duda por lo rutinario de la dirección del honesto artesano del viejo Hollywood George Sherman, autor de un carro de pelis del oeste y series de tv del mismo género.
Lo mejor y casi lo único bueno que se puede decir de ella es que sin duda no aburre, yendo la película de menos a más, pero siempre en un tono discreto.
Se olvida fácilmente por su falta de personalidad, aunque tiene cosas destacadas, como su buen elenco interpretativo en el capítulo de lo mal llamados "secundarios". Intérpretes como Jack Elam, Regis Toomey y/o Jack Ingram (a quien le sentaba como un guante el uniforme) hacen que su sabor parezca mejor de lo que en realidad es.

Es entretenidilla esta película. Quiero decir con esto simplemente que no aburre. Sin embargo es poca cosa.
Parece tener un especial seguimiento en algunos círculos esta cinta, siendo considerada incluso de culto (muy exageradamente, por cierto). Yo, la verdad, después de haberla visto, no entiendo el porqué.
Se trata de una cinta bastante vulgar, a veces lindando el spaguetti, y sin nada que destacar. Sólamente tiene su punto el ver a James Garner haciendo de malo. Por lo demás, nada de nada.
Se olvida con facilidad, sin duda por la impersonalidad de Vic Morrow (excelente actor característico que falleció rodando con Steve Spielberg en un fatal accidente).
Muchos tiros y muertos y más bien poca sustancia y rigor. Para pasar el ratillo.

Pura delicia cinematográfica.
Historia interesante que gracias a la excelente dirección de Sam Peckinpah deviene en fascinante y poética, paisajes preciosos y duros a la vez, de Arizona y Las Vegas, fotografía soberbia, interpretaciones sublimes (Jason Robards y Stella Stevens, magistrales).
El guión firme como los sueños del protagonista.
Yo la he visto por lo menos tres veces y cada vez me gusta más.
La canción de la Stevens, en mi memoria para siempre. Y la música de Jerry Golsmith, inolvidable.
Una cinta imperecedera que demostró (para los memos críticos detractores que tuvo el insigne realizador) que era uno de los mejores directores, al menos, del momento. Aquí, en España, por lo menos el círculo de escritores cinematográficos le otorgó al filme el premio a la mejor película extranjera. Y no era para menos, en su día fue sorpredente y emotiva, y con el paso de los años se ha convertido en un moderno clásico.
Una joya, sin lugar a dudas.

Western que en su época fue muy polémico debido a su violencia, nada implícita, sino explícita a más no poder.
No, Ralh Nelson, su realizador (durante muchos años, el único director negro de Los Estados Unidos que logró filmar películas comerciales y ser reconocido en la industria de Hollywood...), no deja nada en el tintero y plasma nítidamente y con todo lujo de detalles, la tropelía de parte del Ejército estadounidense contra los pieles rojas, eso sí, niños y ancianos pillados desprevenidos si podía ser.