Después de ver a Freddy Kruegger por primera vez, uno sabe que no será fácil olvidarse de él, incluso seguramente soñará con él, lo cual resulta irónico viendo el argumento del film.
La verdad es que no extraña que el tipo se haya convertido en un mito del cine de terror: sombrero, jersey a rallas, cara quemada, y sobre todo, el guante de cuchillas. Eso sin tener en cuenta su peculiar forma de matar y su gran sentido del humor, gracias al cual acabas cogiéndole aprecio y deseando que acabe con cuantos niñatos pijos se tope por el camino.
En cuanto a la película en sí, destacan tanto la historia como los efectos especiales, bastante decentes para la época pero ante todo, el gran trabajo de Englund dotando de gran personalidad a Freddy, llevándolo hasta lo más alto.

Una bellísima historia, acompañada de una magnífica banda sonora; una animación prodigiosa, una ambientación increíble, unos personajes irrepetibles...
todo cabe en la chistera mágica de Tim Burton, y es que tiene una chistera muy
grande...

Historia futurista de guión confuso (me recordó ligeramente a Akira) que cuenta, por otro lado con una impecable factura. Acción rápida y contundente, buenos efectos y violencia a raudales. Una interesante paranoia "japo".

El sueño de un chico adolescente se hace realidad cuando una bella joven se instala en la casa de al lado. Y la cosa mejora cuando se descubre que ella se dedica al porno.
Aunque a priori la idea pueda parecer interesante(personalmente a mí, no), el resultado es bastante anodino y se convierte en un cúmulo de situaciones inverosímiles, a cada cual más ridícula. La película en sí parece un episodio largo de "sensación de vivir" y la joven Cuthbert no cuela en su papel de estrella porno...demasiado angelical para lo que debe implicar su papel. Y para acabar, típico final con moraleja yanki y a comer perdices.

Partiendo de una historia en absoluto original (a saber, niño que no cree en Santa), cuenta en su favor con unos efectos visuales imponentes y una animación prodigiosa. Poco más podemos añadir, salvo que por momentos se hace pesada, con bastantes escenas de relleno, sumamente repetitivas y que buscan el lucimiento técnico.
En definitiva, encantará a los pequeños y adormilará a los mayores.