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Argentina Argentina · Colastiné
Críticas de Adela Hache
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Críticas 42
Críticas ordenadas por utilidad
Regreso a Fortín Olmos
Documental
Argentina2008
--
Documental
6
26 de noviembre de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la década del ‘60, en medio de las utopías que nacieron en la posguerra con la efervescencia de movimientos sociales progresistas tuvo lugar en el corazón del Chaco santafesino una experiencia comunitaria singular que los directores de este film conocieron en 1966, cuando formando parte de un equipo de jóvenes realizadores del ya mítico Instituto de Cine santafesino, fueron a filmar “Hachero nomás” para registrar la particular vida de los trabajadores que sobrevivían penosamente en los montes de la cuña boscosa, donde extinguido el recurso natural que generó su riqueza, se acababa de retirar La Forestal.

Cuarenta años después, Jorge Goldenberg y Patricio Coll salieron en busca de los sobrevivientes de aquel poco conocido ensayo de cooperativa fraternaria entre obreros y patrones, liderado por jóvenes sacerdotes herederos de los vientos progresistas del Concilio Vaticano II y un buen número de recién iniciados profesionales católicos que elegían ejercer su profesión como un apostolado junto a los más necesitados.

La investigación de lo que quedó de ese curioso laboratorio social es el punto de partida del documental que se va construyendo a medida que se interroga sobre el devenir de aquella experiencia, un trabajo que demandó cuatro años de filmaciones y varias versiones, que los directores fueron cambiando de acuerdo con las derivaciones que surgieron de las propias relaciones internas con el material.

Situada antes de que la violenta década del setenta arrasara con esos heroicos y generosos microemprendimientos, la película permite ver el pasado desde una perspectiva que sólo permite la distancia. Los directores logran ordenar ese diverso mundo y exponerlo hasta lograr un testimonio conmovedor sin manipular al espectador.

El documental abre una mirada lo más amplia posible sobre las contradicciones, la diversidad ideológica y la utopía de una época.
Términos como “sacerdotes obreros”, “evangelio de la pobreza”, “no violencia”, lenguaje e ideas... van exhumándose, desenterrándose hacia la luz del presente que no excluye el testimonio cargado de rencor.
Con una estética sobria y austera, intercalando blancos y negros versus color, para señalar el paso del pasado al presente, el documental privilegia la palabra, los gestos que reflejan emociones. Apela a recursos sencillos como fotografías antiguas, un mapa dibujado para reconstruir el poblado.

El relato no se deja reducir a ningún discurso dominante, abriéndose a todas las voces, contradicciones y autocríticas que aun hoy nos siguen interrogando, se constituye en un modelo respetuoso de cine político que es capaz de exponer la multiplicidad de sentidos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Adela Hache
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9
20 de marzo de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con el oficio clásico y la seriedad que lo caracterizan, el cineasta Tom Hooper realiza la transposición a la pantalla, de la novela publicada en 2000 por el joven escritor norteamericano David Ebershoff, inspirada en la historia real de la pintora danesa Lili Elbe (antes Einar Wegener); la primera mujer transexual que se sometió a una cirugía de reasignación de sexo, pionera en el intento de búsqueda de coherencia entre su interioridad y exterioridad, desafiando las condiciones adversas tanto sociales como científicas.

Parte de la crítica acusa al guión de tener un círculo narrativo estándar, ofreciendo a fin de cuentas una versión muy lavada de los múltiples retos que implica una decisión como la de Wegener/Elbe. Pero todos coinciden a favor de la película, en alabar el desempeño de Eddie Redmayne y Alicia Vikander —como Einar y Gerda, respectivamente- claves para mantener el interés del espectador y exacerbar la dimensión dramática.

La dupla protagónica logra transmitir con creces la profundidad y solidez del vínculo que persiste pese a los drásticos cambios por los que atraviesa. Especialmente la actriz Vikander conmueve con su recorrido emocional, si bien Redmayne transita la complejidad afectiva de su personaje principal con una expresividad notable, no puede evitar alguna exageración en las gesticulaciones. El rol de Alicia Vikander como Gerda, la esposa comprensiva, nos obliga a ser testigos de lo mucho que pierde para dejar partir a Eimar y dar vida a Lili.
La corrección, contención, elegancia y transparencia narrativa de la película son encomiables. A la excelencia de la fotografía se añade el vestuario de Paco Delgado y la dirección de arte cuidadísima, que atenúa un tanto el drama psicológico y el peligro extremo del proceso médico al que se somete el protagonista.

Sin saltos temporales o inserciones oníricas, la narración empieza y termina en el paisaje nórdico de la infancia: árboles que se recortan fantasmales, resistiendo estilizados en medio del paisaje nevado. Cabe señalar que la trayectoria circular del film se inicia y termina en ese paisaje, donde una frase de Gerda (“Déjalo volar”) acompañará una imagen poética de alto lirismo que sintetiza la espiritualidad liberada de su prisión física.
En síntesis, “La chica danesa” es una biopic amable antes que complaciente, que trasciende los preciosismos y las injustas denostaciones de blandura conceptual.
Adela Hache
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5
1 de junio de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tibia y edulcorada pero así y todo lejos de la categoría de comedia con que se la promociona en algunos medios y más cerca del melodrama, "Palabras mágicas" queda a mitad de camino entre la transposición fílmica de un libro de autoayuda y un intento superador de los clisés habituales.

El desarrollo de su anécdota avanza con un ritmo tal vez más propicio a la literatura que al cine, sin mayores profundidades, y eso deriva en un product epidérmico que no emociona pero al menos deja pensando.

Adaptada de una novela de gran éxito en los Estados Unidos, esta historia reconstruye la existencia de cuatro integrantes de una familia aparentemente perfecta, aunque en realidad se encuentra al borde mismo de su desintegración.

El padre (Richard Gere) es profesor de Teología hebrea en Berkeley, pero en su propio hogar resulta más expresivo cocinando que hablando. Admite no haber avanzado más allá del conocimiento intelectual y se muestra obsesivo en imponer a sus hijos una búsqueda de virtuosismo.

Su esposa Miriam (Juliette Binoche) parece muy reconcentrada en sí misma, hasta el punto de parecer ausente y el desarrollo de la película develará el porqué.

De los dos hijos del matrimonio, el mayor es un adolescente que encuentra en la experiencia con una religión diferente una forma de canalizar su rebeldía. Por su parte, la hija menor, Eliza, una niña en el umbral de la pubertad interpretada por Flora Cross, pareciera ser invisible ante el resto de su familia, hasta que gana un concurso de deletreo. Esta singular habilidad hace reconcentrar sobre ella la atención de sus padres y su hermano, quienes estarán pendientes de los sucesivos concursos donde se destaca como ganadora. De esta forma, Eliza siente que su habilidad le acerca la atención y el afecto familiar.

Pero la niña va por más y, a partir de su singular destreza, llegará a una instancia superior y subjetiva en donde las palabras ya no serán signos o formas sino creadoras de realidad. Por ahí anda el sentido de la película, tematizando las ideas de carencias y necesidades que no alcanza a cubrir la vida cotidiana. Señala que algo roto puede reconstruirse a partir de fragmentos, una acción sanadora que los tibetanos llaman "Tikum Olam".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Adela Hache
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Oro nazi en Argentina
Documental
Argentina2004
6.1
133
Documental
7
19 de febrero de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más allá de que todos alguna vez escuchamos hablar sobre la llegada de oro nazi a nuestro país, el tema no pasó de la mitología de charlas de café hasta que, en tiempos más recientes, estos hechos fueron abordados desde investigaciones más rigurosas, que produjeron publicaciones de interés internacional.
Precisamente, el cineasta argentino Rolo Pereyra, fallecido meses antes del estreno de su obra, se basa para la realización de su documental, en dos libros del periodista Jorge Camarasa, ‘Los nazis en la Argentina‘ y ‘Odessa al sur‘.

El film sigue los movimientos de esa oscura fortuna, paralela al arribo a la Argentina, al desmoronarse el Tercer Reich, de importantes criminales de guerra como Adolf Eichmann, Josef Menguele y Erich Priebke, entre otros.
La simpatía de Perón por el régimen nazi es un secreto a voces que el filme retoma, aunque también se encarga de establecer que el vínculo entre el lavado de dinero y las autoridades argentinas sobrepasó el ámbito del gobierno y el mismo período histórico, denunciando la necesaria participación de bancos suizos y del Estado Vaticano para que ese traslado fuera posible.

Las imágenes nos llevan de la Patagonia hasta el Buenos Aires de los años cuarenta, cuando ya se perfila en toda su fuerza el surgimiento del movimiento popular que impulsó al entonces joven coronel Perón. En estos años previos a la Segunda Guerra Mundial, ya se respiraba un sentimiento predominantemente antisemita y se realizaban fuertes transferencias de dinero para propaganda y espionaje.

El documental tiene convincente rigor en su reconstrucción y le suma un ritmo de intriga policial. Fue rodado en Argentina, Suiza, España, Alemania e Italia, ya que en la pista del dinero ciudades como Roma, Madrid, Ginebra y Zurich fueron claves. Allí se recogen testimonios inéditos y se muestran lugares protagonistas. Con una poderosa producción, evidente en las ficcionalizaciones que exigen reconstrucción de época, Oro nazi... es un documental ágil que privilegia sobremanera el ritmo, al mezclar entrevistas con episodios reconstruidos y un narrador en off, lo que aporta un ritmo de intriga policial y espionaje.
Además de los trabajos del periodista Camarasa, quien figura como coguionista y entrevistado y al que vemos en numerosas tomas in situ, junto con un equipo de colaboradores entre documentos visiblemente deteriorados, el documental se nutre de los trabajos ‘Perón y los alemanes‘, de Uki Goñi, y ‘Negocios son negocios‘, de Daniel Muchnick, que brindan su testimonio en el film, junto a otros prestigiosos investigadores como Jean Ziegler, Rogelio García Lupo, Juan Gasparini y Beatriz Gurevich, entre otros.

Amplia en su investigación e inteligente en la presentación de la trama política que rodeó aquellas oscuras maniobras, podría decirse que esta obra pone énfasis en la falta de memoria que como país nos caracteriza y que se evidencia en el descuido de muchas fuentes de archivo. ‘Somos un país saqueado, también en la memoria‘, se reflexiona al respecto.
La película sugiere que muchas conexiones van más allá del período histórico determinado, quedando claro que el poder del dinero no tiene ideologías ni exclusividad con un solo gobierno.
En síntesis, se trata de una mirada desmitificadora de un período y de personajes de la historia argentina, donde no todo lo que brilla es oro, y si brilla, es nonc santo.
Adela Hache
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6
14 de diciembre de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Salí de ver la película con una sonrisa y de buen humor. Tuve que remontarme a la infancia y pubertad para recordar que entonces eso era habitual en lugar del fastidio, la angustia, el regusto amargo que nos llevamos al levantarnos de las butacas con el cine de nuestro
tiempo. Más allá de las genialidades y virtudes de las películas actuales, representa todo un desafío para el espectador de hoy y aquí, cargar por anticipado con la idea de que saldrá (en el mejor de los casos) malherido en su mente y su corazón ante la lucidez de discursos implacables o probablemente atontado por la gravidez del ritmo, la impasibilidad que se critica desde el mismo lugar en que se origina, o peor todavía, por el pesado aburrimiento,consecuencia (la peor alternativa) de un experimento fallido.

Al ver “La Boleta” pensé en que solamente una película nacional me recordaba ese estado de sentimientos y sensaciones encontradas “Más que un hombre”, de nuestro santafesinísimo Dadi Brievas que pasó con más pena que gloria por las salas marquetineras conformadas a la medida de los tanques extranjeros que reciclan sin cesar viejas recetas en moldes de sofisticada tecnología.
También la película tiene parentesco con “De Caravana” la pelicula cordobesa hecha por un puntano, pero director de tierra adentro, que proponía un tour por la villa y sus peligros, a partir de un protagonista de clase media, ajeno a los avatares y peligros que pululan entre narcos,
travestis y gente muy humilde que como puede y a pesar de todo trata de sobrevivir y salir a flote. Con esta película "La boleta" comparte el disparador de la trama: un hombre común o mejor dicho alguien que pertenece y vive en un nivel social medio debe cruzar el umbral a donde se sobrevive en medio del peligro, las privaciones y el delito. Esa realidad marginal a las grandes ciudades se describe desde la óptica humorística que es una perspectiva siempre escéptica y distanciada de juicios morales que reemplazarían la comicidad por la compasión.

Los personajes son más que queribles (el dúo adolescente, su padrino Nino, el protagonista y su improvisado amigo boxeador retirado, el cura villero ¡excelente resurrección de Ricardo Bauleo!

Estéticamente la película es desprolija, sobre todo su inicio y su remate, hecho con prisa pero con entusiasmo, siempre pendiente de la acción cada vez más delirante. Desbordante de humor y de alternativas que mantienen el interés hasta llegar a un desenlace con sorpresas, La boleta es un buen exponente de un género bien nativo:el sainete grotesco.

Al eficaz protagónico de Damian De Santo lo acompaña un formidable Marcelo Mazzarello y efectivas caracterizaciones de Claudio Rissi, Roly Serrano y otros buenos secundarios.
Si el espectador se dispone a divertirse y a entrar en la propuesta todo va a andar bien, porque se trata de reírse de la mala suerte y por lo tanto, de conjurarla.
Adela Hache
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