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España España · Madrid
Críticas de Áralan
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Críticas 83
Críticas ordenadas por utilidad
7
18 de noviembre de 2017
30 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
De la misma manera que ahora se abusa en series y películas de los procedimientos policiales, hace unos años se estrenaron cantidad de películas basadas en criminales que pasaban por las manos de psiquiatras y eran estos los que tenían que desentrañar lo que había pasado. La tensión radicaba en el procedimiento y si el analizado era culpale o no quedaba en un plano completamente secundario.

Bien, pues esto es Alias Grace: un thriller psiquiátrico magníficamente ambientado en el Canadá de mediados del siglo XIX cuya magnética y fabulosa protagonista va narrando al psiquiatra que ha sido contratado para exonerarla los sucesos que llevaron a los asesinatos de su señor y de su superiora junto con otro criado... o no.

En esta ambigüedad reside su mayor fuerza y también su mayor debilidad. A través de este "sí pero no", la trama cobra interés a través de continuos flashbacks donde vemos el día a día de una criada del siglo XIX y a cómo era la situación de estas (y de las mujeres en general) en aquellos años, que supongo era el objetivo principal de la autora: abusos constantes por parte de padres, hombres, amos, hijos de amas y las estrategias que debían adoptar para poder evitarlos. El diseño de producción, vestuario y la dicción de los protagnistas es sobresaliente y dan mucho realismo a cada escena que contemplas. Gracias a todo ello, enseguida empatizas con la presunta asesina y te sumerges en su tiempo, cada paso de la investigación te lleva a querer saber más, sobre todo en los cuatro primeros episodios.

Lamentablemente, en los dos últimos el magnífico guion empieza a "hacer un Lost" (término surgido de la serie del mismo título cuyo argumento y final dejó bastante que desear). Empieza a dar una de cal y de otra de arena simplemente por el ánimo de mantener la tensión dramática. Ahora soy culpable, ahora soy inocente. Dos argumentos distintos para un mismo suceso surgidos de la misma boca. Conscientes de que deben aclarar un poco el lío en el que se están metiendo, abren cuadro y salen nuevos personajes para aclarar lo que pasó (el abogado de Toronto). Desgraciadamente, una sesión de hipnosis con posible truco viene a enmarañar ineccesariamente una trama cuyo desenlace puede ser interpretado como que era culpable, inocente, las dos cosas a la vez o ninguna en absoluto, ya que el objetivo de la protagonista en todo momento durante las charlas era otro, al igual que el de la autora, como señalo más arriba.

Cualquier final es válido; o ninguno, porque el guion permite cualquiera de esas conclusiones dependiendo de qué partes del hilo argumental prefieras seguir. Y esta es su mayor debilidad, que abre tantos frentes que termina haciendo un Lost.

Pero para mí, retomo, el final no me parece tan abierto como dicen y lo mejor ha sido ver las intepretaciones, una buena ambientación y una relación de personajes fuerte y muy trabajada al servicio de una historia que sí, que podía haber sido mejor pero que no ha estado nada mal.

Espero que os guste.
Áralan
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7
16 de noviembre de 2017
26 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Porque esto es una comedia de acción, que nadie se confunda, con homenajes constantes a Terminator hasta el punto de que uno de los episodios más descacharrantes, ácidos y sarcásticos se desarrolla en la que en el futuro será la casa de James Cameron. En otros puntos, los que vienen del futuro piden que les dé la ropa a unos moteros y cuando el prota se va a hacer una acto heorico se despidé con un 'I´ll be back' (volveré). Así, todo el rato. Y también hay alguna que otra referencia externa a Cameron, como las de Regreso al futuro con tanto viaje por diferentes épocas (los 70, 80...).

En todo momento es muy consciente de que la ironía, la comedia y la acción tienen que ir de la mano y es quizá en ese equilibrio donde la serie de 13 episodiios (de final abierto) subraya su mayor virtud. Wolf y Tiger son el equivalente humano a un robot asesino y Josh al del chaval que tiene que educar al Terminator en los sentimientos con unos diálogos y situaciones que mejoran capítulo a capítulo. La interacción entre ellos va ganando enteros y la evolución de los personajes y sus "cambios de oficio" y de ser, entre broma y broma con retranca, no pierden el punto cómico ni el interés de la trama. Los secundarios, el policía y los padres, son de traca, por cierto. Hasta tenemos una comedia de enredo en el capítulo 8, creo recordar.

Así, asistimos a que Josh, el prota, tras vencer a un videojuego imbatible se encuentra reclutado para salvar al mundo evitando que un "villano" encantador cree un cura universal con la que tiranizará al mundo... sin querer. En medio, unos queriendo a este "malo bueno" de todas las formas posibles y el otro intentando que no se produzca tanto el asesinato como el fin del mundo, quizá una tarea de lo más atrevida para un conserje limpiador de un laboratorio biológico.

Pero oye, la mezcla a mí me ha gustado.
Y sí, los momentos nostálgicos y las sonrisas están garantizadas, en mi opinión.

Que la difrutéis si os animáis.
Áralan
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8
3 de febrero de 2018
53 de 81 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seguramente, esta serie recuerde en la idea de base que desarrolla todo el argumento a El Sexto día; en el diseño de las ciudades a Blade Runner, en los interrogatorios virtuales a Black Mirror y en que los ricos vivan por encima de las nubes y los desheredados en la tierra bajo ellas al concepto básico de Elysium. De hecho, no son los únicos homenajes. En una secuencia de dos segundos, aparecen enfocados unos pies enfundados en botas deportivas ochenteras sobre un monopatín iluminado a lo Regreso al Futuro. Y si buscamos, podemos encontrar más todavía.

Aún así, Altered Carbon se las apaña para desarrollar su propio mundo y su propia mitología. Los personajes están bien definidos y sus acciones, coherentes con su bagaje; las mujeres, afortunadamente, no son damiselas en apuros. De hecho, son más duras que los machos alfa y estos a veces se muestran más sensibles que ellas, lo que es bienvenido en una superproducción estadounidense. También procura alejarse de la moralina dominante sobre la perfección de la familia, del puritanismo al mostrar al sexo tal cual, así como los desnudos masculinos y femeninos, y la brutalidad que se espera producida por hombres y mujeres criados en el dolor y madurados en la guerra y el sufrimiento.

Además, el diseño de producción es sobresaliente, realmente impecable. Las ciudades tienen un brillo sucio, la tecnología es lógica, lo que es básico para que la trama se desarrolle, pues esto es un puro thriller policíaco de ciencia ficción cuyo misterio, nudo y desenlace pasan por esta premisa. De haber fracasado en este punto, habría fracasado la serie entera. La soberbia fotografía subraya esto en todo momento. Quizá la enrevesada investigación se podría haber aligerado un tanto porque hay algunos momentos que enlentece el ritmo. Por otro lado, en cada giro aparece un personaje nuevo que enriquece la historia y, curiosamente, no la complica, hasta que llegamos a un desenlace coherente con lo propuesto en el in medias res. No hay una solución fácil al final.
Y eso es bueno.

Los actores masculinos protagonistas y secundarios saben dar los matices adecuados a sus personajes, así como gran parte del reparto femenino. Hasta a la Inteligencia Artificial le han sabido dar alma, con lo que surge siempre la pregunta de si puede haber más humanidad en seres de silicio que en los de ADN orgánico. Pero no, no es que haya mucha filosofía en esta serie, aunque sí es cierto que se te plantean preguntas interesantes en todo momento.

Y para los amantes de la acción, decir que la coreografía de las luchas es magnífica también, aunque las he visto mejores, y que las escenas de combates están muy bien rodadas.

En resumen, una muy, muy buena serie cuyos diez episodios pasan en un santiamén (van desde los 48 minutos hasta la hora y cinco) y que engrandece la palabra "serie".

No os la perdáis.

PD: si tenéis el privilegio de gozar de una pantalla de cine y proyector HD, por favor vedla en este formato. Su ya de por sí excelente espectacularidad gana enteros.
Áralan
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2
1 de noviembre de 2018
27 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las actuaciones son lamentables.
El guion, absurdo. Las frases y las conversaciones, puros clichés.
El montaje parece hecho por un bonobo ebrio.
La dirección es terrible.
La banda sonora no hace juego con las imágenes.
Los personajes son todos insoportables.
La historia está muy mal contada.
La producción es correcta.
Las batallas aéreas... las hemos visto mucho mejores.

Trabajo puramente alimenticio de Bruce Willis y Adrien Brody... y se les nota.
Del resto de "actores" y "actrices" mejor no hablar.
Áralan
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6
2 de noviembre de 2018
42 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace un año vi Thank You for your Service. Versaba sobre cómo los soldados estadounidenses eran tratados por el sistema una vez que se reincorporaban a la sociedad civil con todos sus problemas de PTSD (Síndrome de Estrés Postraumático). Fue relevante averiguar que 22 veteranos y veteranas de guerra se suicidan cada día en EEUU; es decir, unos 8.000 al año.

Homecoming es una vuelta de tuerca de este tema convertido en un thriller (¿médico, personal, conspirativo, a secas?) de diez episodios con una duración de media hora cada uno. El resultado es, para mí, normalucho.

Los tres primeros episodios pasan sin pena ni gloria entre una banda sonora que va desde la música clásica, pasando por esquemas anticuados de las BSO de los 60 y 70 hasta de las de extraterrestres de esa misma época. Es decir, más que crear ambiente, parece impostada. Hasta aquí, la parte más interesante es la del investigador del Departamento de Defensa, Thomas Carrasco (Shea Wigham), y la más aburrida, la de Heidi (Julia Roberts) y las entrevistas con su paciente (porque sí, esto va solo de uno de ellos), así como las eternas conversaciones con su jefe, que padece de una incontinencia verbal mucho más marcada que en su actuación en Mr. Robot. .

Los episodios del cuatro al ocho son los más interesantes. Se va desenvolviendo la historia, vas entendiendo todas las partes y hasta por qué filman en ese molestísimo formato 4:3 para el presente y 16:9 para el pasado. Los diálogos mejoran y, de nuevo, lo mejorcito es el siempre efectivo Shea Wigham.

El penúltimo vuelve a ser normalucho y el último es todo un pastelazo.

La dirección es buena (aunque machaca demasiado unas tomas cenitales que no aportan nada, solo exotismo en la perspectiva), el montaje es excelente, la producción es la que se espera y las actuaciones son de la misma calidad que podemos encontrar en un montón de series de hoy (Game of Thrones, The Man in the High Castle, Homeland...). Lamentablemente, el guion me parece que pincha y sobra el 50% de las conversaciones, ya que reitera unos temas y otros (como las paranoias de Shrier y de la madre) están muy mal fundamentados. El conjunto hace que capítulos de treinta minutos se te hagan de una hora.

Así, el sentimiento final es de ambivalencia, de haber presenciado momentos muy buenos e inspirados dentro de una serie que me ha dejado un regusto de insatisfacción.

Pero bueno, esto es cuestión de gustos. A la mayoría de la crítica especializada le ha encantado y a mí no, así que si os animáis a probar, espero que os deje un regusto como el de la crítica especializada.

Suerte.
Áralan
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