Un viaje sin miedos al tedio y al miedo del post-amor, del amor después del amor. Llena de diálogos interesantes, hilarantes, desesperados, enfermizos, sensuales y sexuales. Diálogos de esperanza y sin esperanzas. Eterno retorno, vuelta a la búsqueda de la libertad solo para descubrir cuánto tememos a ella y cuanto podemos seguir calzando zapatos viejos solo para no incomodarnos en comprar unos nuevos. Magnífica película.

Un gran director que sabe manejar dos elementos a cabalidad: la escogencia de las actrices y la creación de la historia. Lucia por estos dos elementos debió ser una de las grandes cumbres del cine, pero no lo es. Ello se debe desde mi punto de vista, a la pequeñez de los papeles masculinos construidos para la película y a la falta de lo que se me ha ocurrido denominar coherencia dinámica. Por que esta cinta tiene una historia definida como ya lo decía, desde ese punto de vista es dinámica, pero es incoherente en muchos diálogos y salidas que parecen alejarse del eje temático de la película, que en algún sentido permiten al espectador aburrirse por momentos, en papeles interpretados mal, sin fuerza actoral, aunque sospecho que más bien sin fuerza de dirección y estos son, como ya lo había mencionado, aquellos interpretados por hombres, sin excepción.
En la Ardilla Roja, la protagonista tiene demasiada fuerza y vitalidad frente a su co-protagonista masculino, pero no lo desaparece, ella es grande pero sin anonadarlo, en cambio aquí... es como una sombra el protagonista masculino y los actores de reparto masculino, quita esto mucha fuerza a la película. No digo que no pueda girar una película en torno a la grandeza de las actuaciones femeninas, pero ello debe ser contextualizado, por que al fin y al cabo la mesera es Lucía y Lorenzo el escritor.

La biblioteca del congreso de los Estados Unidos es la más grande del mundo. Esto es solo la más grande mentira. En Rusia hay dos bibliotecas que tienen mayor cantidad de volúmenes que la biblioteca del congreso de los Estados Unidos. Llena de signos de grandeza se encuentra esta película, la cual le lleva con pequeñas cápsulas (algunas verdaderas y otras falsas) a recorrer la historia de los Estados Unidos al estadounidense promedio. Al lado de ello, están los masones, quienes al igual que religiones y otras poderosas sectas o que tendencias intelectuales, brindan explicaciones omnicomprensivas del mundo, las cuales en el caso de ellos les llevan a asegurar que todos los grandes hombres de la historia son masones. Encuentra uno en este sentido, masones que aseguran que Jesús, Marx, Bolívar, entre otros eran masones. La historia esta por tanto construida por y para ellos. Estos elementos: masonería e historia de Estados Unidos se conjugan para formar esta nueva versión de Indiana Jones, que tiene la misión de recrear el sentimiento estadounidense y concatenarlo con una historia de grandes logros que explique la actual brillantez y que de seguro los conecte con un futuro de prosperidad. Es esto lo que llama Freud el sentimiento oceánico, el cual aunque es propio de las creencias religiosas refleja en realidad el ansia de control y explicación de todos los fenómenos y la necesidad de permanecía del ser humano, que se niega a aceptar la imposibilidad de abarcar todo el conocimiento y de dominar todo. En ultimas patética resulta la historia y la película, la cual sin embargo se hace pasable, sobre todo por la fotografía y el recorrido histórico por la hermosa capital de los gringos.

Abre los ojos, y diferencia la realidad de la fantasía cuando estas soñando. ¡Difícil!, ¿no? Más no imposible. El sueño puede ser manipulado por uno, pero sin embargo, la dificultad de hacerlo reside en el difícil manejo del preconciente y del ello (para usar categorías freudianas). La mayoría negamos nuestros deseos más primitivos y cuando despertamos de una resaca, nuestra mente los veta y nos inhibe de recordar lo malo que hicimos la noche anterior, pero nuestro superyo, nos trae flechazos hirientes que nos hacen recordar pequeñas escenas, las cuales aunque descontextualizadas, son suficientes para aterrorizarnos del monstruo que habita en nosotros mismos y al que raramente dejamos salir en estado conciente, dado que el superyo lo vigila de cerca y lo flagela cada que vez que intenta liberarse. Por eso, cuando nos enlagunamos, suele ser normal que digamos, ya no más, es la última vez que bebo.
Y este estado de angustia de la resaca, en ocasiones, a algunos nos asecha por la noche en forma de sueño (pesadilla) que nos tiene y nos mantiene sumidos en un estado de ansiedad y dolor continuo mientras dormimos y nos hace despertar en las mañanas cansados de lo que vivimos la noche anterior y sin fuerzas para enfrentar el día. Las fuerzas nos faltan y pasamos el día con una modorra tenaz, y vemos a las otras personas como fantasmas aburridos que se nos cruzan por los ojos, sin interés alguno hasta que vuelve la noche de sufrimiento.
Eso, es lo que nos muestra Amenabar en la película, aunque hay un pequeño detalle que me hace sospechar que nunca leyó Freud y es que menciona el subconciente, categoría esta ajena al autor vienes. ¿Pero, pues eso que importa? Con una dirección extrema y tan bien llevada como las que sen ven en The Others y Tesis, el director, lo mantiene todo el tiempo a uno con los ojos en la pantalla, pues si uno se distrae un momento, pierde muchísimo, y hace una historia que de pronto no sea tan original pero resulte buena. Es que yo quiero recordar aquí una película, la cual por calidad, es incomparable con esta pero en la cual, se había propuesto la misma historia, aunque desarrollada con la estupidez común de las películas holliwodenses. Me refiero a Vengador del Futuro (Desafío total), en la cual también a una persona se le permite comprar una vida y vivirla como un sueño perfecto.

Si el objetivo de una cinta como esta es asustar y producir algunos gritos, no hay duda que lo lograra. Pero, aparte de ello es una historia muy vacía de la típica familia que muere en su casa y que asusta a los demás o los mata. Lo que si es muy bueno es la fotografía y el poder ver algo japonés. Lastimosamente el director ni siquiera opta por rodar toda la película en japonés sino partes pequeñas. El concepto de demonio en Freud explica perfectamente el miedo que se suele sentir hacia los muertos y que constituye parte de la dicotomía de sentimientos que se siente por ellos, aparte del escalofrió que se siente frente a quien ha sido asesinado. Estos elementos conjugados con la soledad son los que crean al demonio en los que se basan este tipo de películas casi sin excepción. En fin, si tuviera algo de historia podría haberse logrado una buena cinta, pero no fue así.