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Críticas de Luis Guillermo Cardona
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Críticas ordenadas por utilidad
7
6 de septiembre de 2023
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En un centro de reclusión juvenil, el joven Akbar está tallando un rostro en madera cuando es avisado con urgencia de que su amigo, A’la (pronúnciese A’ló), se ha cortado las venas. Desesperado, el joven corre hasta el lecho donde se encuentra su amigo; lo palmotea ansiando reanimarlo… y luego se entera de que todo era una broma… pero así queda demostrado el gran aprecio que siente por A’la. Seguidamente, los demás reclusos alzan en hombres a Akbar, para celebrar que acaba de cumplir 18 años, de los cuales, dos los ha pasado recluido por haber asesinado a su novia Maliheh… Empero, el entusiasmo desaparece enseguida, cuando Akbar se torna agresivo con su propio amigo porque ha recordado que, al hacerse adulto, ya puede ser llevado a la horca.

Lo que veremos en adelante, serán los grandes esfuerzos que, A’la, en compañía de Firuzeh, la bella hermana de Akbar, está dispuesto a efectuar en procura de que su joven amigo no sea ejecutado y, entre ésto, tendrá nada menos que persuadir al padre de la chica asesinada para que retire su denuncia.

La segunda película del notable director y guionista iraní, Asghar Farhadi (اصغر فرهادی‎), funciona como un valioso canto a la amistad, pero también como un alegato contra la pena de muerte y otras rancias, o mejor, extrañas tradiciones que aún se conservan de la cultura persa, como esa de afirmar que, “para la ley islámica, el precio de la sangre de una mujer es la mitad del precio de la sangre de un hombre”, pero, curiosamente, al padre de la víctima la ley lo obliga a pagar dos millones de tomans a los padres del asesino para que su deseo de verlo colgado pueda ser llevado a cabo, pues, así resarce a la familia que perderá a uno de sus miembros.

Como es habitual en el cine de Farhadi, tendrá lugar una lucha intestina por la suerte de principios y valores que cada personaje entiende y, al tiempo, irá surgiendo una atracción inevitable (aunque sin destino cierto por especiales circunstancias) entre el par de luchadores que se han unido por una causa común.

Localizaciones en zonas deprimidas; austeridad por donde se mire; iluminación natural en todos los exteriores, y ausencia de música con un único y emotivo tema en los créditos finales. Entre los protagonistas: 2° filme de, Taraneh Alidoosti (Firuzeh), quien de la mano del director, Asghar Farhadi, pronto se convertiría en una de las más apreciadas actrices iraníes. Babak Ansari (A’la), tenía aquí su debut, pero, éste rol lo lanzaría para convertirse en actor profesional. Faramarz Gharibian (el sr. Abolqasem Rahmati), un veterano actor, a hoy, con casi 80 créditos en cine y televisión; y entre otros, Ahu Keradmand (la sra. Rahmati), otra notable actriz que da solidez a ésta significativa historia con la que comenzaba a posicionarse uno de los más sensibles directores del siglo XXI.

Título para Latinoamérica: LA BELLA CIUDAD
Luis Guillermo Cardona
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8
3 de septiembre de 2023
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Cuando el anhelo te surge del alma, hallarás la forma de poder alcanzarlo. Determinación es poder. Un ideal claramente definido ha de ver como se abre el camino. Es Ley de Consecuencia. El Universo está para complacernos, sólo se necesita un propósito claro y una aspiración sincera y digna.

<<TRES CARAS>>, nos adentra en una historia que podría encararse como, ‘Razones para el suicidio’, cuando comenzamos viendo un video, tomado en un celular, de una chica llamada, Marziyeh Rezaeí, quien dirigiéndose a su amiga, Maedeh, le pide que lo haga llegar a la popular actriz, Behnaz Jafari. En el mensaje, la chica cuenta que es de un pueblo llamado Saran y que, desde niña, ha soñado con ser actriz para lo cual ha estudiado tanto que hasta la aceptaron en el Conservatorio de Teherán, pero su familia y su novio desaprueban esta decisión, pues, que alguien se haga actriz no está en los planes de ninguna familia ya que ésto significaría ser abandonados. Al final, vemos a la joven llegar hasta una soga colgada en forma de horca… y así comienza ésta historia cuando veremos a, Behnaz Jafari, viajando hacia aquel pueblo en compañía del director y actor, Jafar Panahi, dispuestos a verificar la veracidad del video recibido que, a ella, la tiene realmente conmovida.

En el camino, Panahi, nos va dando pequeñas pistas que, de captarlas, nos irán anticipando cierta claridad sobre lo que sucede… y ésto va haciendo que la trama se teja con cierto aire de “complot” donde los detectives hemos de ser los espectadores… y quizás la señora, Jafari.

Estamos de nuevo ante una historia de marcado realismo iraní, donde la cotidianidad de la gente de la zona rural desvela una serie de tradiciones que dan cuenta del rezago cultural, y también podremos entrever las carencias y la inconformidad con el Estado que todavía se padece; pero, a la vez se nos permite apreciar la capacidad de convivencia y hospitalidad con la que aquella gente consigue salir adelante.

En vista de que, una cámara es el único recurso técnico con el que viaja el director, todas las escenas son rodadas en exteriores y, en gran parte, en una sola toma y en forma de planos-secuencia, sin aplicar siquiera el campo-contracampo para simplificar la edición. Es decir, ésta es la suerte de película de bajísimo presupuesto que sólo es capaz de hacer alguien con suficiente talento y con ideas muy claras para seleccionar únicamente aquello que significa y sirve al flujo narrativo. El resultado supera sin duda a ciertas ‘grandes producciones’ y ésto se debe a que, Panahi, es un tipo de una sensibilidad capaz de llegar al alma de la gente humilde, logrando así extraer valores, actitudes y relaciones que sorprenden.

Para mantener un fresco aire ‘documental’, los nombres de los actores son los mismos de sus personajes… y la película pasa volando porque, el caso de la joven aspirante a actriz, consigue interesarnos de principio a fin.

Título para Latinoamérica: <<TRES ROSTROS>>
Luis Guillermo Cardona
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6
1 de septiembre de 2023
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En el pasado, y visto desde la sociedad de su época, los estudios de Sigmund Freud hicieron posible establecer una conexión entre la salud, la perversión y la neurosis. La ‘normalidad’ (salud) era el resultado de la represión de los instintos sexuales y la subordinación de las zonas genitales al servicio (casi) exclusivo de la reproducción. Las perversiones correspondían a una liberalidad o desarrollo exagerado de los instintos; y la neurosis era el resultado de una represión excesiva de la sexualidad (tendencias libidinosas).

Partiendo de la teoría sicoanalítica del célebre médico austriaco y sus demostraciones sobre las neurosis –con las que no estaba totalmente de acuerdo-, sumado a sus experiencias como paciente en el hospital psiquiátrico Rockland State de New York, la estadounidense, Mary Jane Ward, publicó una novela titulada, “The Snake Pit” (1946), con la cual hizo una resuelta crítica a los métodos de tratamiento de los pacientes psiquiátricos, un tema del que apenas se hablaba en la primera mitad del siglo XX, pues, era vedado para la gente del común. El psiquiatra que atiende a la protagonista, se refiere al reconocido, Gerard Chrzanowski, quien se hacía llamar Dr. Kik, dado que su apellido resultaba impronunciable para los anglosajones.

“The Snake Pit”, fue un éxito de ventas tal que, enseguida los productores hollywoodenses se propusieron obtener los derechos para su adaptación cinematográfica y la dieron a, Frank Partos y Millen Brand, para que la adaptaran a guion, basándose en un primer borrador escrito por Arthur Laurents, a quien le denegaron el crédito tras una marrulla de los otros guionistas. Para infortunio del director Anatole Litvak, Estados Unidos de Norteamérica comenzó a padecer, en 1947, la terrible caza de brujas que se conociera como, Era Macartista, y que iría hasta el año 1956. A la polémica que ya en su momento había desatado el libro, se sumó entonces la censura y los alegatos de los siquiátricos que no querían ver empañada su imagen y la película sufrió entonces recortes y cambios que la convirtieron en algo bastante blando y casi acaramelado.

Si se mira bien la trama, no quedó incluido ningún momento realmente dramático; la neurosis de la paciente pasa a ser un antiguo complejo de Edipo convertido en esquizofrenia; los médicos y las enfermeras son excesivamente amables… y si alguien es improcedente o estricto lo es con altura profesional. El amable personaje de Grace (Celeste Holm) desaparece como por encanto; y el de Hester (Betsy Blair) sale de la nada casi al cierre… ¡y nunca sabemos nada de ellas! Robert Cunningham (Mark Stevens), es un personaje terriblemente plano; y todo se esfuerza en centrarlo sobre Virginia Stuart (Olivia de Havilland), quien está en casi todos los planos de la película. ¡Ah, e insoportable la publicidad al vicio de fumar!

Técnicamente, en <<NIDO DE VÍBORAS>> es intrascendente el uso del espacio y la cámara no nutre al clima de trastorno que se vive en el Pabellón 3 de tal manera que lograse involucrarnos… y excepto la metáfora con la que se explica el título de la película, no hay otro plano realmente descollante. En fin que, el filme no consigue conmovernos, y el alegato contra los métodos psiquiátricos la censura lo ha dejado bastante diluido… sobre todo con esa cándida manera de cerrar la historia.

Título para Latinoamérica: <<EL NIDO DE LAS VÍBORAS>>
Luis Guillermo Cardona
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8
20 de julio de 2023
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Hay tres estados en los que, personalmente, me encanta contar cuentos, anécdotas e historias: Cuando estoy dictando una charla o haciendo un foro; cuando estoy con amigos en el campo al lado de una fogata; o cuando me siento con los hijos y ellos me averiguan cosas del pasado.

Dicen que, a Pancho Villa, le gustaba contar sus aventuras cuando con sus hombres reposaba y hacían fogatas para entretener la noche… y como los abuelos, muchas de esas historias las contaba decenas de veces, pero, con su entusiasta manera de narrar, lograba que sus hombres y/o su esposa de turno, siempre las acogieran con gusto. Pronto, las historias circulaban entre amigos y entre familias… y como suele ocurrir por aquello de la olvidadiza memoria, se perdían o se añadían detalles, se modificaban cifras, se cambiaban nombres y fechas… hasta que alguien serio, al escribirlas para la posteridad, las depuraba, confrontaba nombres y datos, y las aproximaba a la verdad lo más exactamente posible.

Algo así, fue lo que hizo gente como, Paco Ignacio Taibo II, al momento de escribir su magnífico libro: “Pancho Villa. Una biografía narrativa” (2006) o lo que hiciera el director de cine, Ismael Rodríguez, para la realización de su anecdótica trilogía sobre el líder revolucionario. Es muy probable, que no todo sucedió exactamente como él lo cuenta; las frases utilizadas seguramente tienen muchas modificaciones de parte de los guionistas; y los ambientes en que se rodaron no se corresponden con aquellos en que sucedieron.

Sin embargo, queda una idea clara, y definida lo mejor posible, de la personalidad de ese combatiente que defendió hasta su muerte la causa de los desheredados y que, con el valioso y potente refuerzo de Emiliano Zapata en la Zona Sur, contribuyó hondamente al triunfo de la Revolución Mexicana.

<<CUANDO ¡VIVA VILLA..! ES LA MUERTE>>, consigue mantener el interés que ya traían las anteriores películas (“Así era Pancho Villa” y “Pancho Villa y La Valentina”) y entre los segmentos inolvidables podemos citar: “El maistro hablador”, sobre un profesor que crítica a Villa en las clases. “El Ahorcado”, acerca de un campesino que asesina a un extranjero por hablar mal del general. “Café con piquete”, excelente anécdota sobre la manera como descubre a un traidor… y para el eterno recuerdo: ‘¡Viva Villa!’, sobre sus últimos días cuando, como granjero, seguía pensando en el bienestar de los niños… y entonces es cuando se desarrolla el plan macabro surgido, al parecer, de una apuesta entre militares.

El director consigue una calificada ambientación, la fotografía es muy lograda, y las interpretaciones de Pedro Armendáriz (Pancho Villa), Carlos López Moctezuma (Fierro), Humberto Almazán (Luisito), José Chávez (el general Medina), y algunos más, resulta impecable.

Termino con una de las frases inolvidables de Pancho Villa, que hoy (100 años después del cruento atentado que terminó con su vida, el 20 de julio de 1923), todavía sigue teniendo vigencia:
“Hay muchos políticos ambiciosos que ningún bien hacen a la gente; pasan el tiempo discutiendo tonterías y robándose el dinero que le pertenece al pueblo”.
Luis Guillermo Cardona
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7
19 de julio de 2023
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Pancho Villa se casó ¡27 veces!... y se dice, 27, en vista de que dos veces se casó con, María de la Luz Corral, porque se le había olvidado que ya se había casado con ella. ¿Cuántos hijos tuvo? Él admitió 26, pero, se dice que adoptó a cerca de 300 niños en un mismo día, cuando caminando por el Eje Central Lázaro Cárdenas, se percató de la gran cantidad de pequeños que deambulaban con frío, enfermos y hambrientos por las calles. Con lágrimas en los ojos -el llamado Centauro del Norte era bastante emotivo- y acordándose de los tiempos en que él mismo pasó hambre y penurias, mandó a recoger a los chiquillos y se los llevó a Chihuahua, donde los adoptó para que fueran cuidados y tratados con dignidad.

Las mujeres fueron, pues, muy importantes en su vida; y en ésta segunda parte de las anécdotas de Pancho Villa, que el director, Ismael Rodríguez, ha titulado, <<PANCHO VILLA Y LA VALENTINA>>, éstas volverán a tener su lugar, en especial, Valentina Ramírez Avitia, ‘La Leona de Norotal’, una revolucionaria de la que poco se hablaba, hasta ahora que comienza a reconocerse, más ampliamente, el rol de las mujeres en la historia.

Durante la Revolución Mexicana, algunas mujeres optaron por vestirse como hombres, cortarse u ocultar sus cabellos entre el sombrero, afectar la voz, montar a galope a caballo… y hasta aprender a pelear con los puños y manejar las armas. Valentina y, Rosa Padilla Camacho, son talvéz las más recordadas, pero, será la primera la que, en este filme, tendrá un rol coprotagónico, luciendo, quizás, demasiado bella y fascinante al ser interpretada por uno de los tres rostros perfectos del cine mexicano: Elsa Aguirre. Los otros dos, para mi gusto, son los de Elvira Quintana y Alma Delia Fuentes.

Como en el filme anterior, se inicia con la voz en off de Pancho Villa (interpretado de nuevo y de manera muy satisfactoria por Pedro Armendáriz) y, en otros 7 segmentos, conoceremos anécdotas simpáticas y también inolvidables del célebre héroe revolucionario. El guion -escrito de nuevo por el mismo equipo de, “Así era Pancho Villa” (I.Rodríguez, R.A. Pérez, J.L. Celis…)- goza de muy buena narrativa, efectivos apuntes de humor y situaciones dramáticas que dan altura a la historia.

Entre los que sobresalen: ‘El Perro Chato’, donde el muy duro, capitán Fierro, pretende poner en la hoguera a un joven por haberle puesto de nombre a su perro: Pancho Villa. ‘El Guajolote’, mostrará lo implacable que, en su momento, podía ser el líder revolucionario y, ‘Que siga el baile’, dará cuenta de lo recursivo que podía ser el general.

En, ‘Por mis pistolas’, Pedro Armendáriz, compartirá escena con Domingo Soler, veterano actor que ya había representado a Villa en, “¡Vámonos con Pancho Villa!”, y aquí veremos al futuro líder cuando todavía era un bandido, y al ser nombrado Capitán se convierte en revolucionario… y quizás aprenda a obedecer, aunque no esté de acuerdo.

Y siguiendo a, ‘El Generalito’, historia con un bebé que rememora el rol de Armendáriz en el filme de John Ford, “3 Godfathers”, la película se cierra con, ‘La Valentina’, una encantadora y trágica aventura amorosa, donde entrarán en escena situaciones que recuerdan al Shakespeare de, “La Fierecilla Domada”.

Al final, queda uno con ese gusto a cine divertido, aleccionador… y con aroma a muy dura, pero, contra todo grata historia.
Luis Guillermo Cardona
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