Un compañero de piso siempre insiste en que veamos las películas antiguas de James Bond, y aprovechando que la emitían hoy, me puse a ver La espía que me amó. ¡Madre mía!

El comienzo, en la nieve, es ya revelador. Parece que han usado la misma técnica que con los decorados de la Hanna Barbera para Los Picapiedra. En mitad de la persecución los personajes aparecen pegados, o a 100 metros según convenga. Los movimientos se dividen en: los de risa (en los que se ve a los actores con cara de estreñidos); los de muuuy lejos (en los que los dobles saludan a cámara para que sus familiares, al verlos, los reconozcan).

Y así, durante toda la película, con escenas de "acción" que aburren a un muerto. Que si el helicóptero tras el Lotus, que si el lotus bajo el agua, que si dándose de leches con el dientes de metal en ¿Egipto?, que si... que sí, que vale, pero que ninguna secuencia produce absolutamente ninguna emoción (salvo que el bostezo sea una).

Las actuaciones, son de lo peor... tipos "duros" con cara de palo (ni Tom Cruise lo haría ¿mejor?), floreros que enseñan carne y ponen sonrisita (porque la soviética es una Mayor, seguro, vamos :-S)... por no hablar del matón gigante que persigue a Bond: ¡LAMENTABLE! ¿Se supone que trata de ser gracioso? Juro que no lo sé, de veras.

Pero bueno, el Coeficiente Intelectual de cada personaje se acerca a cero... por la parte negativa, así que tampoco es el peor de los crímenes. Bueno, como el de los humoristas encargados de los chascarrillos del guión... gilipolleces que firmaría una película de Jaimito o una actuación de Chiquito (de las tres opciones, la última, la menos mala).

Se supone que es una película de aventuras y de acción. El peor crimen, es ser soporífera. Y esta lo consigue con creces. Es rematadamente aburrida, con pausas que vienen de miedo para ir a la cocina a por algo para comer... o a por cianuro.

Por otra parte, la nominaron entre otros, al Oscar a la mejor música... madre mía, sí que debieron untar a los de la Academia...

Como nota al pie, añadir que es una producción de 15 millones de dólares de 1977:
- Star Wars es del mismo año, y tuvo un presupuesto menor. Eso sí es acción y aventura, y no este bodrio, que aún no sé cómo llega al 6 de valoración media.
- En cuanto a las dosis de humor de esta película... en fin, los también británicos Monty Python llevaban ya años demostrando qué era humor de verdad.

Maravillosa película, a la que tan sólo le sobra el discurso final (que se veía venir desde lejos), en el que el genial Chaplin hace apología de todo lo bueno que tiene el hombre y la sociedad libre, con mucho azúcar, y mucha ingenuidad.

El resto de la película es una muy agraciada aunque simple burla de la Alemania nazi, que anticipa y destaca entre las películas antifascistas que se rodaron a lo largo de las décadas siguientes.

Muy buena, aunque superada por otras obras de Chaplin.

Lo único que se salva de esta película, es la música del excelente Hans Zimmer y el bombardeo japonés sobre la isla.

El resto es empalagoso hasta la médula. Se trata de una apología vomitiva sobre el papel de los estadounidenses en la Segunda Guerra Mundial, y su masacre sobre Japón, horrible y falsamente disfrazada por una empalagosa historia de amor.

Seguramente en Estados Unidos estarán orgullosos de sacar a la luz su supuesta Historia trágica reciente, tras sesenta años. En Europa esta película debería causar nauseas por ver cómo los perversos japoneses van a por las tiendas de la Cruz Roja, mientras los yankis en tierra nipona centran todos sus esfuerzos en que no haya bajas civiles (supongo para que la bomba atómica asesine a más).

Lamentable, salvo por la música y el bombardeo nipón.

Tras decidirme a verla (hay locuras peores -o iguales- en este mundo), me esperaba al menos ver algo de acción decente, una coreografía decente en las luchas, buena banda sonora, incluso efectos especiales, de los que suelen elevar la nota media de estos truños hasta el 4... pues no.

NO HAY guión. La dirección... bueno, el director debía de estar de cubatas hasta las cejas. Las interpretaciones, como de amateurs (como de amateurs malos, claro), los efectos especiales... En fin, uno no acabaría nunca.

Si al menos la película fuese de por estos lares, uno podría recrearse (o no) con la silicona de quienes en la película no lucen más que espalda desnuda, o bikini.

No la vean por nada del mundo, de verás.

Le doy un 2, y no un 1, porque sale Devon Aoki (Miho en Sin City), e invita a imaginar que se está viendo otro tipo de película.

Confieso que quise ver esta peli con un amigo en un ataque de masoquismo sin precedentes, buscando una película mala a propósito (aficiones que tiene uno, oiga).

Y por ese camino iba el film, tendiendo a la mayor bazofia desde Showgirls, cuando comenzó a mostrarse un cierto ingenio que sólo puede partir de la parodia a las películas de espías. Aún así, no alcanza el grado de ironía e ingenio de Starship Troopers (genial parodia de las películas de acción, y de la propia acción en sí).

Por desgracia, hay momentos en que se autoparodia; por no mencionar que la vida de las chicas no interesa ABSOLUTAMENTE NADA.

Pues eso, ironía sí, pero poca.