Junji Ito (Juanjito para los amigos) es un autor de renombre en el mangaka de terror, para muchos el rey. Yo tenía pendiente su obra, pero Netflix me ha puesto a disposición una serie con algunos de sus relatos escogidos por el mismo autor, y, qué quieren que les diga, me ha parecido una delícia. Me pregunto cuántas series, ya no de horror, sino en general, mantienen un nivel tan alto durante todos los capítulos, y no son pocos. De acuerdo, quizá flojee en los dos últimos, pero es que no vamos a desmerecer el resto por un par de resbalones, si es que se puede decir así, pero, claro, acostumbrados a un nivel tan alto durante todos los capítulos...
A mí, personalmente, algún episodio, como el de las capas, me ha sobrepasado, me ha parecido una brutalidad, tan demencial que llegas a cuestionarte la cordura de su autor y de si lo que estás viendo puede dejarte algún tipo de secuela de por vida; y otros, directamente, casi me hacen expolotar la cabeza.

Personajes malsanos, terror del que te remueve por dentro, criaturas y escenarios lovecraftnianos... Por fin puedo felicitar a Netflix por apostar por el terror de calidad.
Que ya era hora.

Vayamos al grano:

Primer episodio. Este es el de Brugués, al más puro estilo serie B rollo "El terror llama a su puerta" mezclado con slasher. ¿Está bien? Hombre, pues tiene su gracia, aunque el rollo de las Scream Queens está ya más que pasado, sobado, obsoleto.

Segundo episodio. El de Joe Dante. Pues qué quieres que te diga... Promete más de lo que ofrece al final. ¿Qué tiene su parte de crítica hacia la cirujía? Hombre, pues sí, eso es más que obvio.

Tercer capítulo. Obra de Kitamura. Buena no es, pero tiene su aquél... Si te has tragado todo tipo de pelis, incluidas las italianas de Argento y cía., seguro que, como mínimo, verás ese "algo".

Cuarto èpisodio. El mejor rodado de todos. Slade hace un trabajo de terror visualmente muy competente, pero lástima que... el final... En fin, podría haber sido mejor.

Quinto episodio. Aquí Garris, padre de la criatura, hace un trabajo correcto, en la línea de lo que uno puede esperar de un refrito de películas de historias cortas de los 80.

Vamos, que nada nuevo bajo el sol.

No me gustó nada. Es una especie de mezcla cutre entre El proyecto de la bruja de Blair y 28 dias después, hecha para causar impacto en el espectador sirviéndose de apariciones súbitas, y las típicas subidas del volumen para acrecentar el impacto. Las situaciones de tensión entre los vecinos me parecieron bastante malas, había algunas que eran más propias de Aquí no hay quien viva que de una peli de terror.
Debido al éxito que tuvo en nuestro país, en USA, que siempre están a la que salta, rápidamente se lanzaron al estreno de un remake, que no he visto.

Creo que lo he dicho casi todo en el título de la crítica, digo casi todo porque, además de una canción tras otra de los Smiths y de mostrar un fanatismo exagerado, la película no está tan mal. Entretiene al estilo La chica de rosa (a la que, por cierto, hace mención), pero sin ser tan ñoña, y nos retrotrae a esa inocencia y espontaneidad de los 80, década en la que, lógicamente, está ambientada la peli, y, lo más importante, nos recuerda aquella época en que la música era capaz de salvar el mundo, o, como mínimo, a nosotros mismos.

En definitiva, si eres un fanático de los Smiths seguramente te flipará, pero si dejamos a un lado fanatismos... le sobran la mitad de las canciones.

No está hecha con la idea de ser la versión definitiva del clásico de Lewis Carroll, sino una especie de secuela donde Alicia vuelve al país de las maravillas. Hasta ahí bien, pero claro, como ahora está de moda adornar las películas con batallitas épicas, había que que destrozar el film convirtiéndolo en otra Crónica de Narnia o algo por el estilo. Una lástima, porque hasta dicha escena la película se disfruta con gusto gracias a un brillante diseño de producción marca de la casa —la recreación del feliz no cumpleaños es una pasada— y algunos detalles remarcables —ese toque fantasmagórico del Submundo...

En definitiva, Tim Burton tiene cosas mejores.