Viendo a Catherine Deneuve, hay momentos en los que hubiera querido nacer cuarenta años antes. Pero hoy, la cinta soporta fresca y moderna el paso de los años.

El personaje de Belle de jour es increiblemente sexy. Una señora en la calle y una puta en la cama de Madame Anais. La mano de Buñuel se deja ver en los tórridos sueños de la protagonista, en la escena con el duque, y en el buén hacer de todos los planos.

Un joven Francisco Rabal aporta un toque cañi a la cinta.

Película inundada de azul: de los ojos de la seductora Isabella Rossellini, de los de la recatada-con-ganas-de-marcha Laura Dern, del azul del terciopelo azul, de la embriagadora canción blue velvet, del cielo de la misteriosa ciudad de Lumberton.

Mezclado con el amarillo del inquietante Kyle MacLachlan, escondido debajo de su flequillo de niño bueno.

Removido con el rojo de las noches llenas de sadismo, voyeurs, travestis, prostitutas, sexualidad.

Con el negro de la intriga, la mafia, la corrupción, la droga.

Y con toques de un morado surrealista.

Da como resultado un azul lleno de matices, tantos como los reflejos de los pliegues del terciopelo azul.

Cuando se sabe transmitir por otros medios no hace falta mucho hablar. Como ocurre en esta película, que llega a nosotros a través de su elocuente música, la extraña ternura de sus personajes, sus escenas increibles sin ser demasiado fantásticas, la originalidad de sus trazos.

En tiempos de Pixar y Dreamworks, nos damos cuenta de que no hacen falta macrocomputadores para aportar cosas nuevas al genero animado.

Comedia negra, con más negro que comedia. No es una digestión pesada a pesar de la crudeza de los ingredientes, se deja ver, gracias a la sucesión de todos sus curiosos personajes. Siempre está bien probar platos nuevos.

Sin mirar la dirección ni la bandera de la película, y viendo la fotografía, los personajes y situaciones. Podriamos imaginar que es una película sacada del viejo continente. Una historia original, bien desarrollada, pero mal desenlazada. Todo no tiene porqué acabar bien siempre.