No seria una película especialmente interesante para entretenernos, mantenernos en vilo, o que la sigamos con interés.
El mensaje de la confianza en uno mismo, ..., la rebelión contra los cánones establecidos, ...., y todo salpicado con una casi inexistente historia de amor, ...., al final es el resumen de todo lo que acontece.
En su tiempo ya se le califico a Gary Cooper como excesivamente adulto, para dar vida a lo que tendría que ser un joven arquitecto que tiene sus ideas, y que quiere plasmar fielmente a sus proyectos.
También, hubo algún revuelo por la ya existente relación sentimental entre Gary Cooper y Patricia Neal, años antes del estreno de la película.
No es en absoluto una filmación aburrida, ya que los diálogos entre los tres personajes principales, y lo que va aconteciendo, nos lleva a momentos realmente amenos.
De hecho Raymon Massey, es el que está mejor en su papel de gran magnate de los negocios.
No obstante, no es para recomendar con pasión a nadie, ni para que nos deje un buen recuerdo para volverla a ver.

En esta ocasión solo expresaré el 50% de mi opinión, ya que era tal la sencillez, absurdez, y poco atractivo de la historia que decidí parar en ese momento.
Un caso claro de director famoso, que no siempre nos da un acierto seguro a la hora de escoger una película.
Por otra parte, la presencia de Spencer Tracy, y John Garfield, tambien le daba un atractivo para decidirse por el film.
Al margen de lo alocados que son los personajes, lo nervioso que te puede poner el comportamiento de alguno de ellos y lo tontos que pueden llegar a ser, ...., pasan los minutos, y solo se ve, ....lo mismo de lo mismo.
Aparece la chica, y más de lo mismo.
Vamos, ...., para olvidar, aunque solo sea ese 50%.
Pido perdón...., por opinar sin haberla visto entera.